Capítulo 25

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Capítulo 25:

Loreto:

Después de la visita de Damián y Felipe la noche se tornó más agradable. Sol estaba más alegre, e Iris se atrevió a narrar por completo lo que había ocurrido con Felipe antes de entrar en casa, cosa que nos había adelantado a Victoria y a mí en la cocina, mientras preparábamos algo de comer.

Estaba radiante de felicidad, y el encuentro tierno que había tenido con mi hermano hacía un rato, había sido precioso. Todos veíamos como encajaban a la perfección el uno con el otro. Por su parte la visita de los chicos había tenido un sabor agridulce para mí.

Damián había abrazado a Sol como me gustaría que lo hiciese conmigo, y Sol se había arrebujado contra él cariñosamente, como si llevase esperando y deseando el momento toda la vida, es mi mejor amiga… ¿por qué me hace eso? Por otro lado Damián se acordaba de nuestro paseo y eso me alegró, espero poder darlo con él mañana… aún así, no va a pasar nada, pero al menos estaré algo de tiempo a solas con él.

- Lors, estás triste

Sol me sacó de mis pensamientos, siempre sabe como me siento con solo mirarme. Se supone que estamos aquí para animarla a ella, no para deprimirnos las demás y engrosar el drama…

- ¡Qué va! Para nada – mentí – es solo que estaba pensando y estoy un poco cansada, nada más.

- Si… ha sido un día duro – apuntó Victoria – ¡Y para colmo no he visto a Fran! Voy a pensar que soy gafe…

No había secretos entre nosotras cuatro. Todas sabíamos que llevo siglos amando a Damián, que Iris bebe los vientos por mi hermano, que Victoria lo mismo por Fran y que Sol estaba enamorada perdidamente de Miguel, cosa que ya jamás volverá a ocurrir. Reímos con el comentario de Victoria, que justamente pretendía animarnos.

- Pues si hija, vienes tu y mira lo que pasa – rió Sol – de todas maneras he de agradecértelo, porque ahora estoy soltera y entera y pienso pasarlo bien y disfrutar de mi nueva condición.

- Ole, así se habla Sol – la animó Iris

- ¡Esa es nuestra chica! – secundé casi al unísono

- Si, si, pero yo me quedo sin Fran – reímos todas de nuevo gracias a Vic.

- Oye, ¿os apetece una partida de cartas? – Les propuse. Asintieron con gran animación. Parece que se han olvidado de mi tristeza, menos mal que finjo bien.

- Que sepáis que os voy a meter un palizón a todas, porque ya sabéis lo que dicen: “afortunada en juego, desafortunada en amores” – dijo Sol con una radiante sonrisa, recuperando el brillo perdido de sus ojos.

-¡Venga ya! No seas agorera – contestó Vic.

- Ya está la refranera, ¡acuéstate Sol! – le dijo Iris dándole un almohadazo.

Me fui a por el mazo de cartas, me llevó un rato encontrarlo, y cuando volvía por el pasillo me topé con Iris de frente.

Tormentas de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora