Escapando de Alysa (+ 18)

Capitulo 13 AYUDA DIVINA

                    dedicado a @ElizabetMariani y @Larissa8902 gracias chicas 

Aprieto su cuerpo al mío y siento el aire por mi rostro, cierro mis ojos para el impacto, inminente que nunca llega.

Abro mis ojos al sentir algo tibio envolver mi cuerpo y quedo en la oscuridad absoluta, esperando el golpe final.

No hay nada que uno pueda hacer estado en el aire.

El calor que rodea mi cuerpo es más intenso, pego el cuerpo de Alysa al mío.

Bonita manera de morir, ella soñando y yo viviendo una pesadilla.

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Ágata ve como Ámbar dice una plegaria, en un idioma inentendible para los oídos humanos.

Está en posición de loto el medio del círculo, alza sus alas extendiendo como un pájaro en vuelo, las velas se apagan unos minutos, y luego se vuelven a encender en mayor intensidad, el aroma de la casa cambia a fresco a olor a selva tropical.

-Prende elixir de ángeles y llama a tu mensajero de luz, prende te lo ordeno ahora. Cuida a tu portadora –termina Ámbar cayendo inconsciente al suelo y sus alas desparramadas en el suelo, de su cuerpo sale un calor.

Ágata corre a socorrer a la mensajera que dio más de lo que tiene permitido dar, cada modificación en la tierra tiene un pequeño precio, que ser saldado.

Arael entra en la pequeña casa llenando de luz con su sola presencia, su cara estaba inexpresiva, no pensó que Ámbar desobedecería sus órdenes.

Ágata al verlo se aleja de Ámbar, él se agacha junto a su mensajera desvanecida, acaricia su rostro.

Era consciente que su mensajera acaba de pasar el portal de lo no permitido.

Las reglas lo dicen claramente. Los destinos están escritos de acuerdo a las acciones de los humanos, un mensajero no puede interferir en un destino por muy buena que sea la acción.

Y aquí estaba viendo a una de sus mensajeras caídas, la energía utilizada la dejo fuera de su ser y su energía tardaría en volver, dependiendo de la gravedad de la ayuda la energía era renovada, ese era el momento preciso para que los guadianeses oscuros tomaran a los mensajeros, por el simple hecho de probar su poder.

Arael mil veces escucho hablar de Ámbar, la describían como la mensajera que robaba la belleza de todo a su paso.

Nunca la vio de cerca, pero ahora aquí frente a ella, pudo apreciar que los rumores son reales.

Por casualidad intercepto su llamado de ayuda, el cual fue dirigido a Orión un ángel guardián.

Ágata no puede dejar de admirar lo majestuoso de este mensajero maestro, observa como alza a Ámbar en brazos y como las alas de la mensajera barren el piso.

-Se pondrá bien – dice cuando el sale por la puerta.

Él se gira para dedicarle unas palabras.

-Sabes, no sé qué haces aun aquí si tu lugar está en la ciudad de luz, cuánto tiempo más te quedaras atada aquí –su voz es profunda.

-No me extrañes tanto Arael, pronto me tendrás en tus filas – dice forzando una sonrisa.

El echa su cabeza y ríe, coloca una mano su cabeza, con un gesto de cansancio se dirige a Ágata.

-Solo no armes un caos, recuerda todo tiene un pequeño precio y por favor deja en paz a mis mensajeros, o vendré aquí a llevarte yo mismo.

Fueron sus últimas palabras antes de emprender vuelo con Ámbar en sus brazos.