capitulo 24 TERRENO NEUTAL

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Me remuevo en la cama mientras intento no despertar, pero como hacerlo si Evans está hablando o mejor dicho gritando, en nuestro nuevo confesionario el baño

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Me remuevo en la cama mientras intento no despertar, pero como hacerlo si Evans está hablando o mejor dicho gritando, en nuestro nuevo confesionario el baño.

-Alysa me estas escuchando.

-Cómo voy a no escucharte todos en la casa lo hacen.

-Deja de ser tan remolona, y levántate.

-Evans te odio –digo dándome la vuelta con la almohada.

-Además vendrá tu hermana, no se ..............................-lo cierto es que no entiendo nada.

Con rabia me levanto de la cama y le tiro la almohada, mientras el solo se ríe, maldito sea.

-Ha ya estas despierta –mi mirada ha de ser asesina porque deja de reírse.

-Sabes que si tú me dejaras en paz de noche yo me levantaría más temprano, pero no tienes un poquito de consideración conmigo, me tienes hasta altas horas de la noche y luego me levantas temprano, que maldito vicho te pica Evans –digo gritando las últimas palabras, me tienen cansada.

-No grites amor ¿por qué te pones nerviosa?

Salgo de la habitación dejando que hable solo, pero se las voy a cobrar.

Bajo la escalera y corro a la cocina, veo a todos en el comedor, seguro nadie se atreve a hablarme después de escuchar nuestros gritos, a medida que pasos todos quedan en silencio.

Escucho la puerta de la habitación abrirse, y luego cerrarse de seguro es Evans persiguiéndome, pero no me va alcanzar hasta darle su merecido.

Llego al lugar donde están las cestas de frutas, escucho los saludos de su familia a Evans, si o si primero debe pasar por el comedor antes de la cocina.

Saco el cuchillo y cuando veo que entra con su mirada cargada de furia, procedo a cortar el limón y comenzar a chuparlo, como si fuera la cosa más rica del mundo.

-Alysa que estás haciendo –y luego de unos minutos su cara se descompone.

Mi sonrisa debe ser de lo más maquiavélica, me mira con ojos acusadores mientras yo sonrió.

-Vida quieres un jugo de limón –me acerco a el –quieres papito.

Me mira con rabia mientras salgo de la cocina con dirección a la habitación moviendo mis caderas deliberadamente.

Y rio cuando escucho a Evans.

-Mama no soporto otra vez esta maldita acides.

No escucho lo que dice mi suegra, entro en la habitación, si quiero domarlo necesito llevarlo a un territorio neutral donde no esté su familia.

No quiero ni imaginarme si se entera que estoy embarazada y prefiero no contarle por un tiempo.

Entro al baño y luego de un largo rato salgo, encuentro a Evans acostado con su cara descompuesta por la acides.

Escapando de Alysa       (+ 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora