CAPITULO 33 CERCA DE LOS 45

272 28 18
                                    



Tengo varias cosas en mi cabeza, pero en ninguna de ellas esta continuar en este incomodo escritorio.

Me costó más de lo que me esperaba convencer a Evans de que lo esperaría afuera de su oficina.

El piensa que aún no vi a súper-pene, con esa nariz que se manda ahora entiendo hasta por qué el nombre le queda bien.

Salgo de la oficina tirándole un beso al aire, es simpático como agarra en el aire y lo guarda en el corazón.

A veces pienso ¿qué hago? con un niño enjaulado en el cuerpo de un hombre, MI HOMBRE.

Ahora llego la hora de marcar mi territorio me repito una y otra vez, mientras acomodo bien mi ropa.

Tratando de obviar la incomodidad de estar mojada entre mis piernas.

¿Quién DEMONIOS DIJO QUE ES SEXI TENER SEMEN RECORRIENDO entre las piernas?

¡No se siente nada sexi!

Me digo mientas me dirijo al baño, sintiéndome pegajosa y temiendo que mi ropa quede manchada.

No es nada bonito, ir a buscar casa con ropa dura.

En mi vida solo dos cosas nunca puedo controlar, una mi cabello y otra mi temperamento.

Y ver a pene con una ropa insinuante cerca de mi hombre es una de las cosas que saca el demonio de mi temperamento.

Para mi alegría y para su desgracia, el camino al baño está en su camino.

¡Oh oh! no lo sabía ....

Ella siente mi presencia, se gira y me enfrenta con esa su mirada altanera, la muy tonta no se da cuenta que ahora todo esto es mi territorio.

-Pero mira a quien tenemos aquí- dice dejando caer el trapo sobre la moto en la cual estaba trabajando.

-Pero que te sorprende si nos viste sobre el escritorio – contesto acercándome.

Por los cielos como quiero pegarle en su nariz, de verdad me molesta últimamente.

-No quiero problemas, solo quiero trabajar, además es más que sabido que tú, no respetas nada, TODO LO TOMAS SIN IMPORTARTE NADA, NI A QUIEN LASTIMAS – su mirada de santita desaparece, demostrando a la perra que verdaderamente es.

- Eso dicen de mí, mira que locura, después de todo eres tú la que estás detrás de un hombre casado y con un hijo en camino – le contesto bajando la voz.

-No te queda tu papel de mujer abnegada, eres una muñeca de plástico –me fulmina con la mirada- por tus venas corre la sangre inmoral igual que tu madre una mujer fácil –escupe.

-Nunca en tu vida vuelvas a hablar de mi madre –le lanzo un puñetazo en su horrenda nariz –nunca en tu vida vuelvas a hablar de ella –ella cae tocándose la nariz.

-Solo tomo lo que no tiene dueño, y si tome algo tuyo .........-coloco mis manos sobre mi boca después de decir- entonces nunca fue tuyo –

-Eres una hipócrita, con esos tus aires de niña buena, no eres más que una manipuladora, traicionera...........y dentro de poco Evans se dará cuenta de la mujercita que tiene – se levanta.

Bostezo...de verdad esta chica me aburre, me imagino mil formas de reparar su nariz.

Capaz si le golpeo más fuerte la próxima, le estaría haciendo un favor.

No sé por qué las personas dicen que soy mala, solo soy solidaria.

-Evans era mío – dice y le interrumpo.

Escapando de Alysa       (+ 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora