capitulo 30 \ VOLVIENDO A CASA \

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Hay recuerdos que nunca se borraran y personas que nunca se olvidaran.

Aún recuerdo el olor de las flores al ser tocadas por el roció de las mañanas, las nubes alzarse majestuosas, dejando una impresionante estampa del sol radiante prometiendo un hermoso día.

La imagen de nuestros vestidos rosados, mis dedos recuerdan todavía la textura porosa de la tela, había pasado día insistiendo a mi madre que me comprara igual que los de Nayara y Zoé, mis nuevas amigas.

Quería encajar en el grupo, sentirme amada, aceptada.

Recuerdo como si fuera ayer, las risas, las alegrías, en ese momento no solo la vida me dio dos hermanas, además me dio una abuela que amar, una abuela que con los ojos brillosos parecía ver más allá de mi alma.

-Hola Alysa –decía con su voz melodiosa, con esos ojos dulces, sacaba un chupetín.

-Hola, abuela de Nayara –no me atrevía a tomar el chupetín, tenía prohibido los dulces en casa.

-Tómalo no te hará nada que comas uno decía – mis manos pequeñas se aferraron al dulce.

Ella sonreía, mientras yo desenvolvía el dulce.

Mi boca se hace agua al recordar el sabor de fresa, ella sonreía al ver mi expresión.

Años más tardes me veo con una blusa estampada y una pollera corta, tenía 13 años.

El día estaba negro, los relámpagos caían y la lluvia azotaba las ventanas.

Al entrar en la casita, me seca con una toalla.

Me sirve chocolate caliente mientras entre llantos le cuento como Evans se había burlado de mi.

Las gotas se deslizaban por mis cabellos, por mis ojos.

Ella solo me abrazaba y daba el consuelo que necesitaba, explicándome una y otra vez que las cosas nunca son lo que parecen.

Era tan pequeña que nunca se me ocurrió preguntar que se refería.

Mas recuerdos invaden mi mente, y aprietan mi corazón hasta hacerlo doler, me quede sin el refugio de sus brazos, el refugio de su cariño.

Ya no está para hacerme girar en una fogata desnuda, ya no está para darme sus consejos.

Qué triste es saber que ahora si estoy sola, enfrentando la vida sin una brújula.

Ahora si tomo decisiones equivocadas quien me ayudara a reparar los errores, llego el momento de caminar sola y tengo miedo a hacerlo.

Adiós abuela, adiós amiga como duele decirte adiós cuando no estoy preparada para dejarte ir, soy egoísta por querer dormir y pensar que es un sueño.

Quiero volver al tiempo donde comía tus galletas, al tiempo que bailaba bajo la luna, al tiempo donde tus palabras calmaban los miedos de mi corazón.

Por qué solo tú, sabias ver lo que tenía en mi interior, solo tu conocías a la verdadera Alysa, la que se sentía sola, la que se sentía miedosa, e insegura.

Quiero volver a ser niña, quiero volver atrás.............que ironía cuando estas en esa etapa solo quieres crecer y cuando creces a veces pierdes a las personas que amas, el tiempo se las lleva y tú te quedas solo con el recuerdo de lo vivido, con ganas de decir tantas cosas que nunca se te ocurrió expresarla con palabras, con momentos que quisieras revivirlos.

Quiero congelar mis recuerdos, congelar mi dolor.

Los momentos pasaron y te quedaste con las emociones vividas, con los recuerdos, y deseando que desde donde este sepa cuanto la querías.

Escapando de Alysa       (+ 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora