CAPITULO 37 EL CORAJE

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Cuidado con los miedos, les encanta robar sueños.

EL CORAJE

EVANS

No estoy para perder, me repito una y otra vez.

De lejos veo como los portones están abiertos, entro sin pensar mucho, veo guardias acribillados.

Bajo de la camioneta sin pensar, con mi corazón latiendo a 1.000 km por hora, entro en mi casa gritando.

-Papaaaaaaaaaaaaaa – y solo me responde el silencio.

Recorro corriendo todas las primeras habitaciones y veo a mi papa en un charco de sangre, me arrodillo y siento que no tiene pulso.

Lo abrazo y empiezo a gritar y a llorar como un niño, me levanto buscando a mi mama, no está lejos.

Un impacto de bala en la frente.

-Mamaaaaaaaaaaaaaa – grito.

Mi nana está cerca de mi madre con un impacto de bala.

Mis lagrimas no me dejan ver bien, en más de una ocasión me resbalo y caigo para volver a levantarme.

Corro escaleras arriba para llegar a mi habitación, tengo miedo de lo que voy a encontrar.

Lo que encuentro me da esperanza, una esperanza acompañada de un miedo aterrador.

Se llevaron a mi mujer.

Encuentro signos de lucha.

Me arrodillo y grito – ALYSA AMOR CUIDATE voy por ti – es una promesa.

Bajo de nuevo la escalera y me siento en el último escalón.

Con ambas manos aprieto mi cabeza.

-Evans – me llama, no sé cuántas horas estuve en esta misma posición.

-Ramuel mate a mi padre – digo llorando.

-No lo mataste – dice apretando mi hombro.

-Le pedí que se quedara – contesto duramente.

-Evans las cosas son como tienen que ser, ¿quieres salvar a tus padres, a tu gente? – lo observo más de cerca.

-Como vas a sacar una varita y hacerlos revivir – le grito.

- Yo no, pero puedes hacerlos una vez que encuentres el destructor. Tu mujer y tu hijo te necesitan no es el momento de ponerte a llorar – me grita.

Me levanto y no puedo sostenerme.

-Evans has visto las noticias últimamente, viste el terremoto que mato a miles de personas, hijos, bebes, madres, padres – grita.

-Déjame – contesto.

-Has visto como la nieve está matando a personas, claro que no, el sr vive su vida de millonario – dice sarcásticamente.

- ¿De qué demonio hablas? – contesto molesto.

-Puedo hablarte de miles de demonios, pero ahora no es el caso, despierta y mira a tu alrededor, uno de los puntos energéticos de la tierra se está apagando y si continua así, eso traerá una cadena de consecuencias, ESTAMAMOS VIVIENDO LA APOCALIPISIS y tú, te pones a llorar, llora, pero llora ayudando a los que te necesitan.

-Necesito encontrar a mi mujer – me atajo por la pared.

-Enseguida tendrás noticias – dice mirando la destrucción de mi casa.

Como por arte de magia, en mi celular muerto le llega un mensaje.

4 días para entregarme el destructor. Por cada día que pase, una parte de tu mujer sufrirá.

Vuelvo a ver el mensaje, pero este vuelve a desaparecer.

-Que Mierda – digo mirando a Ramuel.

Él se encoge de hombros.

-Abre tus ojos Evans y observa.

Unos minutos después veo como todo comienza a tambalearse, corro y beso a mi mama.

-Te amo mama, te amo perdóname – digo con lágrimas cayendo.

Luego busco a mi padre, esta frio al tacto, lo beso en la frente como solía hacerlo el conmigo y mi hermano.

Ramuel grita mi nombre, mientras corremos al frente, la tierra comienza a temblar, este lugar nunca tembló.

¿Qué está pasando?

El día comienza a oscurecer como si se tratara de la noche.

Los pájaros vuelan desperados cantando músicas de terror.

Los perros aúllan.

-Observa – dice Ramuel estirándome hacia los árboles.

Unos minutos después se me eriza la piel cuando veo sombras, no personas muertas, no zombis, sombras que vienen a llevar a mi padre, madre y guardias muertos.

Por instinto quiero ir a su rescate, Ramuel me ataja del brazo y niega con la cabeza.

-Son carroñeros –

-A donde los llevan, quiero sepultarlos – murmuro.

-Es que aún no te das cuenta, estamos en el medio de la historia, donde no hay principios ni finales.

Dónde estás hermano, grito de frustración.

-Evans vamos – dice Ramuel.

Nos subimos a la camioneta y conduje sin dirección.

Las cosas que veo al pasar, son cosa que nunca pensé que pasarían en la vida real.

Casas destrozadas, caminos destruidos, gente gritando.

El cielo totalmente oscurecido.

No hablamos, mientras recorremos durante horas.

-Dime quién eres Ramuel –

-Soy o fui un mensajero cuidador del portal, un ser que puede intervenir entre el bien y el mal, un ser que esta por sobre los humanos, un ser con alas. – dice mirándome.

-No veo tus alas – digo sarcásticamente.

-Me las arrancaron y me tiraron para sufrir en carne viva lo que es ser un humano. Ahora quiero recuperar lo que me fue arrebatado y volver a mi casa –

- ¿Por qué te la arrancaron? – veo que mi pregunta lo incomoda.

-Por qué fui un tonto y deje libre a un demonio – contesta.

No sé si creerle o reírme, pero últimamente estaba viendo cosas que no tenía explicación.

Una de ellas, es que en todo el viaje veo esas sombras recorriendo como si este fuera un parque de diversiones.

Detengo la camioneta, para cargar combustible.

Miro a todos lados viendo los destrozos que dejo el temblor, es casi un milagro ver como la gasolinera sigue en pie.

Me fijo en el suelo y veo un cartel caído, esos carteles pequeños con frases.

Aquí es donde empieza todo.

Todo comienza aquí.

HOY DE DAVID NICHOLLS

Eso me prende la lamparita, dónde empezó todo.

Subo a la camioneta corriendo.

-Ramuel, ¿Quiénes fui en el pasado? – pregunto alterado.

-Evans no es el momento pa................... – me observa como si también se le hubiese prendido la lamparita.

-Un Espartano – dice sonriendo.

-Vamos a Grecia – decimos juntos.

Escapando de Alysa       (+ 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora