Capítulo 4 Adiós moto

515 73 50
                                    

"Adiós moto "

*EVANS*

La pequeña descarada estaba vestida con un micro mameluco y una minúscula remera blanca casi transparente, dejando a la vista su sostén negro.

Sus exuberantes curvas y sus generosos pechos a la vista de todos.

La enana estaba bien dotada, claro que también podría ser todo de goma.

Pero lo único cierto es que le queda de maravilla a la condenada esta.

Cuando se dan cuenta que estoy aquí, todos retoman sus tareas como si nunca hubiera pasado nada.

Penélope está a punto de atacar, a esa maldita condenada que no me dirige ni una sola mirada.

-Penélope, no quiero problemas con Alysa –ordeno.

- ¡TE GUSTA por eso la defiendes! –murmura.

-No quiero problemas en mi taller, entendido –agarro su brazo para ser lo suficientemente claro.

- Está bien, pero me busca y la mato –afirmo con la cabeza y me dirijo a mi oficina, donde tengo un panorama completo de todo lo que pasa en el taller.

El día es un infierno, todos estamos con las hormonas alborotadas.

El aire acondicionado no da abasto, aquí todos estamos sudando, pero no por el trabajo.

NO CLARO QUE NO.

Estamos a si por esa maldita enana, cada que la busco con la mirada la encuentro agachada con el culo arriba y mis malditos chicos babeando atrás de ella.

James se esfumo temprano dejándome la carga a mí.

Y lo que es peor, no hay una tarea que ella este realizando.

Nada de nada, pero como va hacerlo si estos malditos babosos dejan lo que están haciendo para hacer las tareas de ella.

Ya sea barrer, sacudir y pulir cualquier estúpida cosa que se le pida, ellos lo hacen.

Cualquier cosa con tal de ver su maldita remera mojada pegada a su sostén negro, o su culo en pompa.

Maldito infierno.

Ya no aguanto más este circo tiene que terminar, salgo de mi oficina

-Alysa, prepárate te llevo – grito enojado.

Y quiero subir por las paredes cuando veo con ojos incrédulos que una moto personalizada esta con pegatinas brillantes rosa.

-Qué demonios – me acerco a la moto y para mi tranquilidad sale sin problema.

- No te preocupes pueden venir a buscarme. -contesta la muy descarada.

-No me discutas, te doy 5 minutos.

-La llevaras ENSERIO ¿y yo? -pregunta Penelope, está de nuevo fastidiando.

- Robin te llevara, nos vemos más tarde si –le doy un pequeño beso en los labios, no está nada contenta, la veo alejarse con cara de pocos amigos.

Tiro a Alysa el casco, se cambió por una muda de ropa seca.

Infierno su remera es blanca y se nota la punta de sus tetas, la muy descarada esta sin sostén.

Esta enana será mi perdición.

Se pega a mi espalda, puedo sentir la punta de sus tetas apuntando mi espalda.

Estoy tentado de meterla en una caja con destino a Paquistán.

Ya me imagino a todos muertos de un infarto solo con verla, mientras yo dejaría de sufrir de bolas azules.

Escapando de Alysa       (+ 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora