XXXI

123 21 22
                                    

JungKook se había cambiado de calle, ¿por qué? Fácil, por el trabajo de sus padres. Quedamos un par de veces en el cine, parque, y hoy, habíamos quedado en las montañas que había detrás de mi universidad. No estábamos en la misma, pero al menos salíamos a la misma hora. Mientras estaba intentando atender a una explicación de las partes más importantes del magnífico mundo de la neurología cuando me llegó un mensaje. Sí, de él, de JungKook. Más bien varios mensajes.

JungKook.

Me aburro :(.
12:34

No vino el profesor y la profesora de guardia nos dejó por los pasillos.
12:34

Y como tengo el WiFi de la biblioteca vine aquí.
12:34

Pfff, ¿tan rápido te aburres como para hablarme?
12:36

Estoy en una interesante clase de neurología.
Min JiHye no puede atenderle en este momento.
12:36

No te hagas la interesante. Ambos sabemos que odias neurología. No sé porque no escogiste bellas artes.ㅋㅋㅋㅋ
12:36

Cállate.
12:36

Bueno, a lo que vengo es a decirte si después de clases vamos a la montaña que está al lado de la cafetería Mimo-K.

12:37

Nope.
12:37

JiHye.
12:37

12:37

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

12:37

Eres un asco de chantajista. Me debes una comida.
12:37

Sí, sí, vale. ㅋㅋ
12:37
Visto a las 12:38

Al final el profesor me pilló y no pude responderle, me había requisado el móvil los treinta y cinco minutos que quedaban de su amargada clase. Duró más de lo que pensaba, menos mal que era la antepenúltima hora y después tocaba valores éticos y bueno, tutoría -en ambas materias estábamos viendo unas películas- al menos serían entretenidas las dos últimas horas -además podía dormir ya que tocaba en la misma clase-. Al acabar la clase recogí mis cosas y me planté enfrente de le mesa del profesor extendiendo mi mano. Me lo dio y suspiró, parecía que iba a decirme algo pero sin embargo salí de clase antes de que sus cuerdas vocales emitiesen su voz. Fuimos saludandonos con demás alumnos y me senté al final detrás de una columna para que la profesora no me viese dormir.

Nada más reproducirse la película me acomodé poco a poco con la mochila en la mesa y un poco de música con mis auriculares a un volumen que nadie pudiese escuchar. Me despertó el último timbre y me levanté rápidamente arrastrando mi silla. Corrí a la salida y abrí la puerta corriendo escaleras abajo hasta las taquillas. Me cambié los zapatos, dejé los libros más pesados y me puse mi peludo y abrigado abrigo azul marino que combinaba con aquel uniforme típico. Volví a ponerme la mochila y comencé a correr hacia la parada de autobuses para ir a aquella cafetería y reencontrarme con Jungkook una vez más.

Dulce Amargura - Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora