XV

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- Lo siento, no pretendía ponerte de ese humor. - Murmuró cabizbajo y con sus manos en los bolsillos de su bermudas.

Me sorprendió, y vaya que sí me sorprendió. Pero por suerte supe responder perfectamente.

- Tonto, no estoy enfadada. Simplemente... me importas.

Sí, el chico de mi lado me importaba, pero de una forma la cual no podía expresar -o al menos eso pensaba yo-. Se detuvo bruscamente y soltó una carcajada mucho más cabizbajo, como si algo le pasase.

- Quieres hacerme daño intentando ser cercana, ¿cierto?

- JungKook, no seas imbécil. No te haría da-...

- Eso lo dice todo el mundo, se aprovecha de mi sensibilidad, frialdad y amabilidad para después clavarme puñales por la espalda, y son más de los que tú piensas. No necesito ayuda, tampoco necesito a YoonGi ni a JiMin y menos a ti siendo cercana a HoSeok.

Me sorprendí bastante pues su voz dura y segura se había tornado a una débil y nerviosa, ese chico realmente necesitaba ayuda...y no solo ayuda de psicólogos. Jungkook podría estar esperando algo que nunca hubiese tenido, algo que se hubiese imaginado incontables veces...no necesitaba estrés de personas, eso lo empeoraría. Antes de yo contestar soltó un pequeño ruido y acto seguido un llanto no muy ruidoso, en ese mismo instante me dí cuenta de que realmente estaba sufriendo...y mucho.

No se me ocurrió otra cosa que quitar sus manos de la cara y abrazarle, era extraño, esa sensación de calor que no notaba hace años, era extraño pues solo había abrazo a pocas personas en los dieciocho años que llevo de vida. Noté cómo no correspondía, me empujó brutalmente y secó sus lágrimas caminando a un paso acelerado intenté detenerle pero mis intentos fueron en vano...había perdido toda oportunidad con él.

Dulce Amargura - Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora