Marshmallows

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-¡Dua, hija, Sarah y Rosie están aquí!-mi madre me avisó para que bajara, eran las primeras horas de la mañana y seguramente ella y mi padre estaban por irse a trabajar en la ciudad.

Las hijas de la vecina habían ido a buscarme para comenzar a estudiar.

Bajé las escaleras para encontrarme con las chicas, y ellas al verme me saludaron desde el lugar donde se encontraban. Su compañía comenzaba a ser agradable, excepto cuando comenzaban a hablar del vecino.

-Es que su sonrisa es perfecta, además es alto...y cada vez parece más fuerte-.

-Si-respondí sin demasiado interés.

-Su mejor decisión fue regresar a este lugar, así podemos verlo por más tiempo, ¿tú que dices de él, Dua?-.

-No lo conozco-.

-¿Qué? ¿No? Pero si es Shawn, uno de los chicos más guapos del condado-Sarah lo dijo como si no supiera en dónde me encontraba.

-No tengo idea de quién es él-.

-Te lo presentaremos pronto, tal vez vaya hoy al granero de tus abuelos, o al gran molino en la colina...-no escuché el resto de lo que dijeron porque la señora Camila estaba en la entrada de su casa, esperándonos con una gran sonrisa, aunque su mirada no se apartaba de mí y eso me hacía sentir nerviosa.

-Buenos días señora Cabello-saludé.

-Hola Dua, buenos días-.

-Mamá, ¿podemos ver rápido los temas de hoy?-preguntó Rosie.

-Es que, queremos ir a la colina-continuó su hermana.

-¿Con el permiso de quién?-la voz divertida de la madre de las chicas no parecía para nada molesta.

-Mamá, por favor, queremos llevar a Dua para que conozca el Gran Molino de la colina-mi mirada viajó sorprendida de las chicas hacia su madre, quien había dudado más de su respuesta al escuchar mi nombre.

-De acuerdo, pueden ir después pero deben prometerme que van a tener cuidado en el camino-.

-Si mamá-respondió Sarah un poco molesta, a ella no le gustaba que le dijeran indicaciones como si aún fuera una niña.

Estuvimos aprendiendo varios temas nuevos de matemáticas, historia e incluso de química, la señora Cabello era demasiado paciente para enseñar, explicaba cada detalle de la manera más sencilla posible.

-Mamá, nuestro padre vendrá este fin de semana ¿verdad?-.

-Si-.

-Dijo que nos iba a llevar en la casa de verano en Miami-.

-Eso lo hablaré con él-parecía que la señora Cabello no estaba cómoda hablando del tema.

-Pero él lo aseguró, y nosotras ya nos preparamos, solo será una semana-.

La mujer miró a sus hijas, y no dijo nada más, se había quedado más pensativa. Intenté concentrarme en la tarea hasta que escuché su voz.

-Cariño, ¿podrías venir a la cocina por un momento?-rápidamente miré a las chicas, ellas no parecieron darle importancia.

-Eh, creo que tu mamá te está hablando-.

Rosie me miró, sonrió un poco y continuó escribiendo.

-Te habla a ti-.

Fruncí el ceño, preguntándome para qué o por qué me hablaba a mí. Me levanté de la mesa y fui a la cocina, mirando a las chicas quedarse ocupadas trabajando en la tarea que tenían.

-¿Si?-.

La señora Cabello se encontraba ocupada preparando varios emparedados, pero al verme en la entrada pidió que me acercara a ella, su sonrisa me hacía sentir un poco más segura.

-Eres muy buena aprendiendo-.

-Si tengo a una maestra como usted, si-ella me miró divertida, acariciando mi hombro al pasar a mi lado para buscar el jugo de fruta que había preparado.

-Podría recompensarte después por tu buen desempeño en el estudio, si cumples con tus tareas podría darte dulces, galletas, leche y todo lo que me pidas-era un intercambio. Entrecerré los ojos ante su propuesta.

-¿Sabía que ya tengo 17 años?-.

-Eso lo dicen los niños cuando quieren que los traten como mayores-dejó el jugo en varios vasos de cristal, acomodando toda la comida en una gran bandeja por encima del desayunador.

-Ya no soy una niña-repliqué.

-Podrías ser mi dulce y linda niña, ¿te gustaría?-se acercó a mí y depositó un corto beso encima de mis labios, su sabor a durazno me hizo buscar un poco más pero ella ya se había apartado.

Si quiero más besos de la señora Cabello no puedo pensar mucho en su propuesta.

BABYGIRL » duamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora