Mousse

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Mi padre estaba hecho una furia, con fuego, explosivos y más ira que coherencia en sus palabras. Me estaba llevando hacia su auto, a la fuerza.

-Señor Lipa, yo podría llevarla a casa-se ofreció Shawn.

-¡No quiero que te vuelvas a acercar a mi hija! ¡¿entendido?!-exclamó mi padre aún más molesto. Shawn no respondió pero se mantuvo alejado del automóvil. Tenía miedo. Nunca habíamos visto a mi padre así.

-Duka-Camila intentó hablarle de nuevo, pero él sólo me abrió la puerta del auto y me dejó en el interior, cerrándola de un golpe.

-No Camila, te lo advertí.

-No sabía que iba a pasar algo así.

-Te dije que te mantuvieras alejada de mi hija, de mi familia, de mi...¡¿acaso te pedí mucho?!

-No es eso lo que te molesta-desafió la señora Cabello a mi padre.

Papá la miró, y más que recelo vi ira en su mirada.

-¡¿No ves que sólo es una niña?! ¡¿No lo ves?!

-Nadie decide de quién enamorarse, Duka, tienes que aceptarlo.

-No voy a aceptar esto.

-Tendrás que hacerlo.

Papá, sin decir nada más, subió al auto y encendió el motor. Afuera Camila se acercó y lo llamó por la ventana pero mi padre sólo aceleró hasta incorporarse a la carretera. Desde ahí, un silencio casi sepulcral se formó entre nosotros. No hablamos nada en el camino y apenas llegamos a casa, mi padre bajó molesto del auto. Yo lo seguí hasta que en la sala me detuvo.

-Quiero que empaques todas tus cosas, que te des una ducha fría y bajes de nuevo, nos iremos al amanecer.

-¿Qué?

-Lo que escuchaste, Dua...

-No podemos irnos.

-Lo haremos-contestó cortante.

-Pero...¿a dónde?

-Sin más preguntas, ¡haz lo que te dije!

-No podemos irnos, estamos en casa.

-¡Pero desobedeciste mis órdenes!

-Papá, ¡no puedes hacerme esto!-repliqué.

-¡Maldita sea, Dua, haz lo que te dije ya mismo!

En ese momento, mis abuelos ya se encontraban bajando las escaleras, y mi madre después de ellos.

-¿Qué ocurre aquí?-preguntó mi abuela. En ese momento mis lágrimas ya estaban al borde, no podía evitarlo.

-Nos vamos, eso pasa.

-¿De qué hablas, Duka?-cuestionó mi madre aún más sorprendida.

-Llevaré a Dua en casa de tus padres, ellos la cuidarán.

-Pero no puedes hacer eso-respondió mi abuela mientras se acercaba hacia mí.

-Claro que puedo, mamá, es mi hija y créeme que tengo buenos motivos para que la lleve lejos de este lugar.

-Hijo, tranquilo, estás molesto, deberías pensar mejor las cosas-mi abuelo intervino al ver a mi padre demasiado exaltado.

-Tuve tiempo para pensarlo, papá, y no cambiaré mi decisión.

-Hijo, siéntate y hablemos-ofreció.

Mi padre me miró y en ese momento supe que no tenía otra salida.

BABYGIRL » duamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora