-Abuelo, ¿por qué cazan?-su rostro mostró asombro al escucharme y dejó escapar un largo suspiro. No esperaba mi pregunta, pero sabía que ya tenía una respuesta.
-Porque hay personas a quienes les gusta destruir...algunos consideran a la cacería como una manera para conseguir alimento, aunque hay otros que lo hacen como deporte y otros más sólo por diversión, sin motivos-.
-Eso es cruel-.
-Las personas son crueles cuando dejan de pensar en cosas buenas y permiten que los sentimientos malos los dominen-.
Aquellas palabras me dejaron pensando por un momento.
-Abuelo, ¿enamorarse es un sentimiento malo?-.
Una vez más, él se sorprendió.
-No lo es hija, enamorarse es un sentimiento bueno-me miró a los ojos como si estuviera buscando algún nombre-demasiado bueno en realidad-.
-¿Y cuáles son los sentimientos malos?-.
-El odio...el egoísmo...la tristeza...todo aquello que te dañe, aquello que te hace sentir dolor-.
Mi abuelo continuó bebiendo su té y yo terminé de comer el cereal del desayuno.
-¿Quién te habló de la cacería?-.
-La señora Cabello, ella dijo que era peligroso y que salir al bosque en la noche es un riesgo-.
-Ella tiene razón...y ahora que hablas del tema, Camila habló con nosotros hace algunos días, nos dijo a tu abuela y a mí que te llevaría al lago, parece que van a acampar esta noche...-
¿Hoy nos íbamos?
-...quiero que tengas cuidado hija, sé que vas a estar segura con Camila y que ella va a mantenerte lejos del peligro, pero me gustaría saber que tú igual vas a hacerlo por ti misma-.
-Sí abuelo, no te preocupes-aseguré.
Desde ese momento comencé a recibir indicaciones de lo prohibido y lo permitido en el bosque, mientras lo anotaba en mi mente.
Más tarde, terminé de nuevo en mi habitación, la señora Cabello no había aparecido por ningún lugar, seguramente se encontraba ocupada y yo debía preparar todo lo necesario para irme con ella en la noche.
¿Por qué no me dijo que íbamos a acampar? ¿Le había mencionado más cosas a mis abuelos? ¿Cómo será "una noche" en el bosque?
Ya quiero ir.
Terminé de preparar mi pequeña mochila, llevando sólo lo necesario, y ropa extra para cambiarme.
De pronto, escuché el timbre de la entrada de la casa. Tal vez era ella. Corrí escaleras abajo para abrir la puerta, y una vez más, no me encontré con Camila.
-Hola-.
-Hola Shawn-.
Él miró a mis espaldas y sonrió un poco.
-Eh...vine a buscar a tu abuelo, ¿se encuentra el señor Maxi?-.
-Sí, ahora le digo...-abrí un poco más la puerta y le señalé el lugar-¿te gustaría entrar?-.
-Sí, supongo que debo esperar un poco-.
-Seguro, creo que está en la cocina con mi abuela, adelante-el chico entró a la casa y le pedí que me acompañara. Escuchábamos el sonido de la radio encendida en la cocina.
-Abuelo...-llamé pero ahí sólo estaba mi abuela, quien inmediatamente nos miró a Shawn y a mí.
-Buenas tardes chicos-.
-Buenas tardes señora...-antes de que terminara de hablar, mi abuelo apareció en la cocina.
-Shawn, al fin ya estás por aquí, esta mañana fui a la ferretería de la ciudad por las herramientas que nos van a servir-.
-Necesitará un poco de ayuda-.
-Sí, todo está en la camioneta, hay una máquina podadora que pesa demasiado-.
-No se preocupe, lo acompaño...-terminó de decir el chico para despedirse de mi abuela y de mí.
Mi abuelo me miró y levantó las cejas.
-Dua, Camila vendrá por ti en unos minutos-.
Al instante, Shawn me miró y sonrió un poco más, por un instante parecía que sabía mi pequeño secreto con la señora Cabello.
Mi abuela sólo esperó a que el chico y mi abuelo desaparecieran por la puerta principal para comenzar a reír.
-Dua, cariño, debes controlar ese sonrojo en tus mejillas-.
-¿Qué?-sentí que el calor invadiera más mi rostro.
-Mira qué roja estás, eres tan adorable-tocó mi cara con sus manos y negó en silencio con esa gran sonrisa.
Seguramente pensaba que era a causa de Shawn.
-Abuela, debo terminar de preparar todo para irme, ¿me avis...-.
-Sí, sí hija, te avisaré cuando Camila esté aquí-terminó de decirme sin borrar esa gran sonrisa.
Corrí hacia las escaleras y escuché a mi abuela llamarme.
-¡Dua! ¡Dua!-.
Inmediatamente regresé.
-¿Sí...?-.
-¿Quieres que te prepare galletas para que lleves?-.
-Uhh, creo que...-no quería presionar demasiado a mi abuela con la cocina, ya se encontraba ocupada preparando la comida de la tarde-...no será necesario, no te preocupes, abuela-.
-Pero tú amas las galletas-curveé mis labios en una sonrisa, era verdad-no me digas que es "porque ya te crees una niña grande"-.
-Abuela, no...-
-Antes era "abuelita", ahora soy abuela, vaya...creo que ya estás creciendo más rápido de lo que creí-.
-Abuelita, no es eso-.
-Para las galletas no hay edad, a menos que ya hayas encontrado una mejor receta-.
-¿Una mejor receta? No, no-negué rápidamente.
-Me refiero a que...tal vez....alguien más...-miró hacia la casa de la señora Cabello y después regresó su atención en mí-...te ha enseñado un nuevo sabor de galletas-.
En realidad, si tenía que hablar de galletas, podía compararlo con lo que estaba sintiendo. Las galletas que mi abuela preparaba me recordaban a mi infancia, a mi primer hogar, al sabor dulce y a la manera más inocente de querer, a diferencia de las galletas que preparaba la mujer de la mirada cautivadora, aquellas me recordaban más a una adicción, a un sabor fuerte y a la manera más extraña e inquietante de querer, tal vez parece algo raro hacer esa comparación pero no había encontrado otra manera de decirlo.
-Hija, ¿entonces...?
-Sí abuela, está bien, llevaré algunas galletas-.
Ella asintió y yo decidí regresar a mi habitación, pero antes de salir de la cocina escuché a mi abuela hablar para sí misma.
-Dua está enamorada-.
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BABYGIRL » duamila
Fanfiction-Mami quiere un beso de su princesa, aquí- ella señaló la curva de sus labios que formaban una dulce sonrisa divertida. Mami me ha enseñado que las buenas chicas tienen su recompensa, si eres una niña mala te castigan. Ella siempre me espera en casa...