Hoy era el cumpleaños de Sarah. La hija de la señora Cabello nos había invitado a su reunión familiar. De cualquier manera, Sarah y Rosie se encargaron de advertirme para que no intentara hacer nada con su madre frente a los invitados.
Ahora nos encontrábamos en el jardín posterior de la casa. El día era un poco frio, ya eran las primeras semanas de invierno y mi secreto con Camila seguía oculto casi para todos.
Mis padres y mis hermanos estaban felicitando a Sarah, junto a otros invitados que no conocía.
Mi mirada seguía buscando a la mujer de ojos cafés.
Ella apareció cuando todos los invitados se sentaron a comer. Me sentía aburrida escuchando a mi padre hablar de cocina y barbacoa.
Había un chico entre los invitados que no dejaba de mirarme y me hacía sentir incómoda porque no podía enviarle indirectas divertidas a la señora Cabello.
Camila me estaba mirando desde el otro lado de la mesa.
Listo, ya tengo su atención.
Sonreí al ver cómo se acomodaba en su asiento. Mami, estoy aburrida, ¿podemos jugar un poco?
La torta de cumpleaños tiene mermelada. Me gusta lo dulce.
Busqué un poco de la mermelada con mi dedo y lo llevé a mi boca.
La miré.
Señora Cabello, creo que debe tranquilizarse, desde aquí veo cómo se sonroja.
Retiro mi dedo de la boca y busco más mermelada, esta vez mi lengua prueba de primero el sabor dulce de la frutilla.
Parece que todos están concentrados hablando de cosas aburridas. Adultos.
Camila se levanta de su asiento.
-Mamá, ¿ya terminaste de comer?-parecía que sus hijas la cuidaban más.
-Si cariño, ahora regreso...-ella me estaba mirando-...debo ir a buscar algo en la cocina-.
-Te acompaño-.
-No cariño, no es necesario-vi que se acercara a decirle algo y Rosie asintió.
Cuando regresé mi atención a la mujer, ella me llamaba discretamente. Quería que siguiera sus pasos.
Me levanté del asiento y manché mi ropa con comida. Todo es con intención.
-¿A dónde vas, hija?-papá estaba preguntando con demasiada "curiosidad".
-La mermelada se me cayó encima-señalé la mancha roja en mi blusa.
-Cariño, ve a limpiar tu ropa, con un poco de agua es suficiente-sonreí porque ya tengo otra idea.
-Si papi, ahora regreso-.
Caminé hacia el interior de la casa.
En ese instante, me encontré con la señora Cabello, estaba en el pasillo. De cerca su vestido se veía más ajustado y perfecto. Se lleva con ella uno todos mis suspiros.
-Dua, cariño, ¿qué estabas haciendo ahí?-.
-¿Se refiere a la mermelada?
-Sí-.
-Sólo comía-.
-Amor, te vi y...-sujeté sus caderas para acercarla a mí. Lo primero que obtengo es un beso rápido de esos labios.
-Me gusta el color rojo de sus labios-.
-Linda, vi lo que estabas haciendo con la comida-.
-Sólo jugaba, ¿le gusta verme jugar?-.
Ella no respondió con palabras, solo entrelazó su mano con la mía y me llevó hacia las escaleras.
-Pero, señora Cabello, no tenemos mucho tiempo-.
-Lo sé, cariño, ven-.
Entramos al baño del segundo piso, el más cercano a su habitación y a la escalera. Camila colocó el seguro en la puerta y buscó mis besos con desesperación, mientras me retiraba la ropa manchada con mermelada.
-Dua, bebé, tienes cinco minutos para jugar conmigo...después bajamos a la fiesta-.
Sentí que el reloj imaginario había comenzado a contar nuestro tiempo.
Acomodé el cuerpo de Camila delante de mí, frente al espejo.
-Me gustaría que viera nuestros reflejo ahí-.Señalé el espejo de su baño y cuando su mirada se encontró con la mía, bajé a besar su cuello. Su piel se estremeció al sentir mis caricias. Y su cuerpo buscó unirse al mío, terminando con la distancia entre su espalda y mi pecho.
Mis manos buscaron cómo liberar un poco su vestido.
-Amor...-
Mis labios se presionaron en sus hombros y deslicé mis manos hacia sus muslos. Suspiró pesado y en ese momento deseé tener mis labios contra ella.
Logré descubrir un poco de su cuerpo y levanté mi mirada.
Nuestra imagen, vista desde el espejo, me dejó sin aliento. Ella tenía los ojos cerrados, con la cabeza ligeramente hacia atrás, apoyándose en mi cuerpo mientras mi mano cubría su pecho izquierdo, completamente desnudo. Presioné un poco y ella se recargó más sobre mí.
Sus besos comenzaron a buscarme y yo no aparté mis ojos de ese reflejo.
Ella giró para tenerme frente a su cuerpo y continuó besando mi cuello.
-Cariño...
Mi mirada se encontró directamente con el desastre que ya había hecho en la ropa de Camila y la subí al lavamanos del baño.
-Bebé, el tiempo con mami...
Se quedó en silencio cuando mi boca comenzó a besar su pecho.
Mis labios continuaron deslizándose por su piel descubierta hasta terminar en su boca. Ella ya había repetido que me detuviera porque era momento de bajar.
-Cariño, cuando termine la fiesta, mami te espera en su habitación para seguir jugando-.
Terminó de acomodar su vestido y buscó mi blusa en el suelo para colocármela de nuevo.
-Ve a mi habitación y busca en el clóset alguna de tus blusas que has dejado, ¿sí, bebé?-.
-Sí, mami-.
Dejé un beso en sus labios y salí del baño para hacer lo que me había dicho.
Cuando estuve de regreso en la fiesta, mi padre se sorprendió.
-Hija, ¿esa es otra blusa?-me acerqué y le di un beso en la mejilla.
-No papi, es la misma-.
-Podría jurar que tenías otra-.
Reí. Cuando miré hacia el otro lado de la mesa, la señora Cabello me estaba mirando mientras comía.
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BABYGIRL » duamila
Fanfiction-Mami quiere un beso de su princesa, aquí- ella señaló la curva de sus labios que formaban una dulce sonrisa divertida. Mami me ha enseñado que las buenas chicas tienen su recompensa, si eres una niña mala te castigan. Ella siempre me espera en casa...