Mommy

6.2K 321 57
                                    

Camila me estaba besando desesperadamente en el asiento trasero de su automóvil mientras mis manos bajaban por el borde de su vestido. Amaba tanto que llevara esa ropa.

Sus jadeos se estaban haciendo más intensos y mis labios se separaron de su boca para recorrer su cuello, descubriendo más su torso para seguir con besos húmedos en aquella parte de su cuerpo.

Mientras la estaba desnudando, mi excitación aumentaba cada vez más. Y más.

-Sigue, mi amor-su voz ronca y necesitada me enloquecía tanto que mi agarre en su cuerpo desnudo cada vez era más fuerte. No podía detenerme.

Mis manos fueron bajando a sus bragas para tocarla por encima de la tela, sintiendo aún más lo mojada y caliente que estaba. Maldición.

-Eres mía.

Camila jadeo entre mi boca antes de responderme.

-Sólo tuya.

Mis dedos le empezaron a apartar la ropa mientras sus labios me buscaban más desesperados, sus caderas empujaron más hacia mí, y sus manos me sujetaron con brusquedad, poniéndome contra la puerta del auto.

-Vamos Dua, entra.

Sonreí contra su boca y le saqué las bragas para comenzar a tocarla. Acariciándola y penetrándola como deseaba. Si el borde estaba húmedo, el interior de su sexo estaba hecho un desastre. Un sucio y excitante desastre. Mis dedos se movían adentro de ella, entrando y saliendo mientras mi otra mano balanceaba sus caderas más hacia las mías.

Mi boca fue bajando por los pechos desnudos de Camila, sintiendo como se apoyaba más a mi cuerpo, pidiendo más.

Sus gemidos me hacían sentir la necesidad de seguir sin detenernos. Hacerlo hasta llegar. Y continué dándole placer a Camila hasta que estalló en ese buen orgasmo que tanto me encantaba. La tengo encima de mí, como quiero.

Terminamos acomodándonos en el asiento, ella apoyándose en mi cuerpo y recuperando la respiración, mientras mis manos se entretenían en su cabello para robarle más besos lentos y sentir su calor.

-Te amo, cariño mío-me dijo entre besos.

-Te amo mucho más, hermosa.

Continué acariciando sus piernas hasta subir por su trasero y continuar por toda su espalda descubierta. Lo estaba disfrutando tanto.

Mis labios le robaron más besos rápidos y cortos por su cara, hombros y cuello, y estuvimos así por un tiempo más hasta que ella me preguntó.

-¿A dónde te gustaría ir ahora, cielo?

-Ummm permíteme pensar-hice una pausa para reordenar todo lo pervertido y pensar más claro, robándole otro besos-...¿puedo elegir cualquier lugar?

-Sí, bebé.

-Miami.

-¿Miami?

-Sí, me encantaría conocer el lugar donde vivías.

Ella me sonrió aún más y asintió.

-De acuerdo, a mi igual me encantaría que conocieras Miami.

-Y podremos ir en auto.

-Amor, ¿hablas en serio?-rió un poco.

Me enamora tanto.

-Sí, de verdad, nos divertiremos más.

-Así que...¿te gustan los viajes en carretera?-continuó curiosa.

-Me gustas tú-ella sonrió-pero si, también me gustan los viajes en carretera, la tarta de manzana, tus besos, los girasoles, el lunar de tu trasero.

-Uhmm ¿qué más te gusta?-sus besos atacaron mis labios de una manera más provocativa y realmente no podía resistirme por mucho. Necesitaba hacerlo de nuevo con esa hermosa mujer.

Sí, me había escapado. Hace dos meses había huido de casa. Ocurrió la misma madrugada en la que me escabullí adentro de la casa de Camila para decirle lo que mi padre planeaba hacer. Lo hicimos justo al amanecer, a escondidas, poco antes de que mi padre me estuviera buscando como un loco para llevarme de regreso a Londres. Camila y yo huimos de Virginia en su auto, y aunque ahora vivíamos de motel en motel, no me quejaba de nada. Estoy con la mujer que amo, haciendo lo que siempre quise, viviendo nuestra historia.

-Vale, tú ganas, iremos a Miami por carretera-sujeté su mano y la entrelacé con la mía.

-¡Sí!-sonreí más, emocionada-¿de verdad? ¿de verdad? ¿de verdad?

Ella rió y asintió.

-Sí, mi amor, de verdad.

-Gracias. Gracias mi hermosa Camila.

-¿Por qué?

-Por todo esto-le besé la mano y ella negó.

-No tienes que agradecerlo, cariño, amo estar haciendo esto, contigo-me miró y me robó un beso en la mejilla.

-¿Y te gusta el peligro?-Camila me sonrió y asintió en silencio, ella sabía a qué me refería-pero puedes ser arrestada por mi culpa.

-Si me arrestaran, diría que tú me secuestraste-bromeó.

-Si me arrestaran, diría que no tuve elección.

-No, no, eso no pasará.

-Mejor bésame-la abracé y la atraje más hacia mi cuerpo.

-Cada segundo de riesgo lo vale, mi amor, y aunque hayamos hecho una locura, lo hicimos juntas, y lo seguiremos haciendo...

-Creo que desde que nos conocimos hemos estado haciendo algunas locuras.

Camila sonrió y buscó mi mano para sostenerla.

-Desde el primer día que te vi bajar del auto de tus padres supe que tú ibas a hacerme cometer locuras.

-Recuerdo que estabas ahí, en la entrada de tu casa...como si me estuvieras esperando.

-Supongo que toda mi vida te estuve esperando-su mano subió a mi rostro para acariciarme un poco más.

....

Tenía las manos ocupadas llevando comida y golosinas hacia el automóvil mientras Camila me abría la puerta para que yo entrara. Aun así me di el privilegio de admirarla desde varios ángulos. Hoy aquella bella mujer llevaba un sensual vestido de flores más ajustado a su figura, un sombrero que me recordaba tanto al verano en Virginia, gafas de sol totalmente oscuras y una sonrisa que me dejaba locamente enamorada.

Falta poco para llegar a Miami.

Cuando estuvimos ambas en el interior del auto, ella se quitó el sombrero y las gafas, y me dio un beso en los labios.

-Bien, ahora...-Camila buscó su mapa y yo intenté encender la música, buscando en la radio alguna canción interesante-de acuerdo con esto, nos faltan como tres horas de viaje, más lo que tengamos que descansar.

-Más el tiempo que vamos a tener para lo nuestro-mi mano comenzó a acariciarle la pierna hasta ir subiendo lentamente. Ella cerró los ojos y negó un poco.

-Aquí nos pueden ver.

-Entonces llévanos lejos de aquí.

Cuando la vi sonreír de esa manera supe que también lo deseaba tanto.

-No puedo esperar-me respondió.

Yo tampoco puedo esperar mucho a tenerla de nuevo jadeando encima de mi cuerpo.

Encendió el motor del automóvil, se colocó las gafas y yo subí el volumen de la música para continuar nuestro viaje.

-¿Me das otro beso?-le pedí.

-Todo lo que tú pidas, cariño.

BABYGIRL » duamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora