Nos encontrábamos en la orilla del lago, debajo del cielo cubierto de estrellas, la Luna iluminaba el lugar de manera natural y me permitía admirar el perfil de la señora Cabello, ella parecía concentrada admirando la noche en el bosque.
-¿Qué piensa?-.
-Que eres demasiado linda...-apartó su mirada del cielo para verme y sus manos se dirigieron a mi cabello para acariciarme- me gusta esa manera tuya de ser dulce, inquieta, y romántica... a veces distraída-.
Suspiró.
-Tienes muchas cualidades que me gustan de ti-.
-Usted no tiene ningún defecto-el color café de sus ojos continuaron enfocados en mí, pero ahora parecían más curiosos que antes-...usted es perfecta-.
-No soy perfecta-.
-Para mí si lo es-.
-Cariño, creo que deberíamos dormir-.
Inmediatamente negué.
-No, aún es temprano, nos falta algo por hacer-.
-No vamos a bañarnos en el lago-parecía que había leído mi mente.
-¿Por qué no?-.
-Porque no-.
-¿Aún no se siente lista?-ella rápidamente se sentó y yo la seguí.
-No, no me siento lista para hacerlo-.
Ahora yo dejé escapar un largo suspiro y toqué su hombro para que me mirara de nuevo.
-Si el motivo por el que no me ha tocado es porque tiene miedo, debería saber que no importa, no creo que usted me lastime-el silencio entre nosotras se prolongó un poco antes de que continuara hablando-...pero voy a respetar su decisión y esperaré todo el tiempo que sea necesario, ¿de acuerdo?-.
-Bésame-.
A pesar de no esperar esa petición, obedecí en un solo movimiento, atrayendo su cuerpo al mío para terminar de unir nuestros labios en un suave y cálido beso. La sincronía de su boca en la mía era agotadora, y me provocaba a continuar con el ritmo, como si me invitara a probar cada vez más el sabor de sus labios.
-Bésame hasta que me sienta lista-.
Sólo conseguí mantener aquél beso unos segundos más hasta que me recostó de nuevo, terminando sentada encima de mis caderas, con sus piernas firmes en cada lado de mi cuerpo. Cerré los ojos con fuerza al recordar que llevaba el vestido blanco con flores que me hacía sufrir.
-Abre los ojos, cariño-.
Estaba debatiéndome conmigo misma si debía obedecerla o no. En cambio, mi mano se aferró a su pierna desnuda y mis dedos ascendieron lentamente, la fuerza parecía contenerse entre la palma de mi mano y su piel.
-Hazlo...quiero que me veas mientras me desnudo para ti-.
La presión y el calor aumentaron en mi pecho, y sin resistir más obedecí.
Su agarre en el borde de la tela se deslizó hacia arriba para sujetar con delicadeza el vestido y retirarlo de su cuerpo. No llevaba sujetador, y su pecho quedó completamente expuesto, aclarando su silueta con la luz de la noche.
A pesar de haberlo hecho con ella un par de veces antes, esta parecía ser la primera.
El viento fresco en la noche sofocaba a mis pensamientos, y el suspiro entre sus labios creció con mis caricias más seguras en sus piernas.
Estoy enamorada.
-Sigue tocándome hasta que pierda el miedo a lastimarte-.
Mis manos probaron la fragilidad de su cintura y subieron más para recordar lo que era tocar el mismo cielo.
Comencé a perderme cuando sus caderas comenzaron a balancearse contra las mías, donde la única ligera barrera entre ella y yo era la ropa, pero me concentré en tocar cada uno de los lunares que se dibujaban en su cuerpo. Mi boca estaba necesitando a la suya.
-Camila...-
Su mirada se clavó en la mía, el deseo la estaba consumiendo y a mí con ella.
-Entremos al lago-.
-Aún no...-.
-¿Y si no resisto?-.
-Bebé, lo vas a hacer- cerró los ojos y tiró un poco su cabeza hacia atrás. Sus movimientos me traicionaban.
Estaba disfrutando aquella vista de ella por arriba de mis sentimientos, como si estuviera invadiendo cada espacio con más satisfacción y me dejara encontrarla en la profundidad de sus caricias. Su perfume se mezclaba con la brizna del bosque y su cabello largo y oscuro me recordaba la hora en la que nos perdíamos.
Logré sentarme aún con su cuerpo encima de mí. Ella envolvió sus brazos en mi cuello y bajó sus labios para besarme.
-Recuérdame que eres mía, mi pequeña y dulce niña-.
-Soy suya-logré pronunciar entre sus labios.
Suspiró pesadamente contra mi boca, y mordí un poco sus labios carnosos.
-Mmh..cariño...-
Su lengua recorrió el borde superior de mi boca para arrancarme un suspiro desesperado por continuar. Parecía un juego donde ambas estábamos disfrutando de la calmada furia de besos.
-...ya puedes llevarme a donde tú quieras-.
Me quejé cuando intenté separarme, sus manos me retuvieron más cerca de su pecho y mi agarre bajó por su desnuda espalda.
Entre más besos sofocantes hablé.
-¿Le gustaría...sentirme bajo el agua?-.
Su respuesta fue un beso más pronunciado y lento. Entre más caricias y miradas logramos entrar al agua.
Nuestros cuerpos que ardían por el contacto disminuyeron la temperatura con el agua fría, aunque podía jurar que Camila era capaz de calentar completamente el mismo lago en el que ahora nos sumergíamos.
Soy tan joven, y tan inquieta.
Ella es tan experimentada, y tan delirante.
Quiero hundirme en cada sensación que me causan sus manos y en cada beso que me arranca de los labios.
Lo que me hace creer en las estrellas que veo es que, mis deseos los encuentro de la misma manera en su mirada y me desvanezco entre sus brazos cuando siento el dulce sabor de sus besos.
Voy a ser completamente suya por primera vez.
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BABYGIRL » duamila
Fanfiction-Mami quiere un beso de su princesa, aquí- ella señaló la curva de sus labios que formaban una dulce sonrisa divertida. Mami me ha enseñado que las buenas chicas tienen su recompensa, si eres una niña mala te castigan. Ella siempre me espera en casa...