Capítulo 44

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Después de acompañar a Hanna al aeropuerto para tomar su vuelo rumbo a la convención de médicos en Miami, Lauren, Emily y yo volvimos al bar por unos cuantos tragos más antes de que terminara la noche.

Tomamos asiento en la misma mesa donde estábamos sentadas la cual no estaba ocupada ya que le pedí al manager reservarla mientras íbamos y volvíamos del aeropuerto.

Emily se dirigió a Lauren.

Me alegro de que estés mejor — dijo, ya un poco más seria — Después de lo que me insinuó mi tía Hilda... bueno, no me dio muchos detalles, claro, por lo de la confidencialidad médico-paciente... pero pensé que te dejaría muchas secuelas — señaló la minúscula
cicatriz de su muñeca derecha, la única que no desapareció — ¿Es esa la única señal?

Lauren tragó saliva mucho más tensa que hace algunos minutos.

— dijo, al parecer sin importarle que Emily le sostuviera la mano.

¿Tía Hilda? — pregunté, perpleja — ¿La doctora es tu tía?

Sí, ella es la hermana mayor de mi papá, estuve sin verla una larga temporada, desde que yo era pequeña. Era la típica tía chiflada adicta al trabajo y nadie sabía muy bien qué hacer con ella. No estaba casada y todo eso, porque siempre estaba demasiado ocupada con su trabajo. Durante un tiempo, se dedicó a tratar única y exclusivamente a prostitutas, por lo general sin cobrarles.

Al oír la palabra prostituta, Lauren dio un brinco junto a mí.

Ya, y por eso me la mandaste a mí — soltó muy despacio.

Emily ni se inmutó.

No, no es por eso. No conocía a nadie más. Gracias a la tía Hilda, yo también quería ser médico, pero luego pensé que no lo conseguiría es algo estresante esa profesión — se echó a reír — Decidí psicología, intente huir de la medicina y estoy emparejada con una doctora, jajaja.

Junto a mí, Lauren permanecía con la mirada perdida. Emily utilizó ahora ambas manos para sostenerle la mano.

Sé lo que eres o lo que fuiste — dijo — y me da absolutamente igual. ¿Por qué no lo olvidas, al menos durante esta noche?, de hecho ¿porque no lo olvidas el resto de tu vida?

Tienes razón decidí comenzar desde cero y lo haré — contesto Lauren muy decidida lo cual me enorgulleció.

Que bien Lauren, la verdad me alegro mucho por ti, pero hay algo mucho peor que eso — bromeó.

¿Qué? — preguntó mi novia, aunque yo tenía una ligera idea.

Que eres su novia — lo dijo Em mirando a Lauren y señalándome a mí con el pulgar — lo cual no sería así si yo te hubiera conocido antes hermosa.

¡Emily Fields! — le dije a modo de advertencia.

No la pierdas de vista — me dijo Em, guiñando un ojo — Ya sabes que no soy monógama, bueno... no lo era, aunque puedo volver a serlo, ¿eh?

Y tanto que lo sé — suspiré teatralmente.

Emily se inclinó y me dio un beso cariñoso en la cabeza. El objeto de nuestra competición amistosa se había apartado un poco y Lauren nos contemplaba alternativamente a Em y a mí como quien está presenciando un partido de tenis.

La reina de mis nochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora