Capítulo 19

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Después de almorzar en la pizzería con Alexa y Normani, nos dirigimos a una joyería del centro comercial donde le compre a Lauren una cadena de oro blanco, con la letra "L" repleta de incrustaciones de diamantes.

Jamás había pensado en lo largas que pueden hacerse tres semanas, y eso sin tener en cuenta el hecho de que la mañana en que me marché de New York, Lauren "me había dado una buena despedida".

Resistirse a sus encantos más de una vez requería una fuerza sobrehumana y, desde luego, yo no la tenía.

Ahora, último día de mi ausencia en New York, ya estaba pensando en ella y me moría de deseo. Las llamadas telefónicas sólo habían servido para incrementar esa sensación, como yo ya suponía. En cuanto oía su voz, un incendio se desataba en el interior de mi cuerpo y, desde luego, ella hacía todo lo posible para que no se extinguieran las llamas.

Me llamó.

Hola amor, estaba a punto de salir ahora mismo — dije, en respuesta.

¿Cuánto dura el viaje? — En su voz había una urgencia inconfundible.

El avión sale según el horario previsto, unas cuatro horas. Calculo que llegaré hacia las ocho.

Está bien Camz, te amo.

Durante el viaje, apenas pensé en nada que no fuera ella. Empecé a imaginar cómo me recibiría, qué aspecto tendría, qué se habría puesto...

Bueno, esto último no hacía falta que me lo preguntara, se pondría la bata, pues sabía lo mucho que me gustaba. Y yo se la quitaría...

Ya en New York, dejé mis cosas en casa a toda prisa, y me dirigí hasta el edificio de Lauren iba muy alegre, me dirigí silbando a su apartamento, toque la puerta un par de veces hasta que vi cómo se abría rápidamente y allí estaba ella, me impresione al verla tan elegante.

¡Camz, mi amooor! — grito mientras se abalanzaba sobre mí y rodeaba con sus delicados brazos mi cuello, yo la abracé por la cintura pegándola a mi cuerpo y empecé a besarla.

Mmm, te extrañé tanto Lolo — le dije entre beso y beso.

No más de lo que te extrañe yo a ti — dijo con una mirada llena de amor.

Pues digamos que nos extrañamos igual — dije haciéndola reír

Luces hermosa, y dime ¿Por qué tan elegante?

Estas bromeando ¿cierto?, me arregle para ti eso es obvio, pero también por la cena de esta noche — dijo feliz.

Rápidamente recordé "oh no, le había prometido llevarla a cenar cuando llegara de mi viaje" me lleve una mano a la boca y ella noto mi expresión.

Lo olvidaste — dijo con la mirada triste y desilusión en su rostro.

¿Qué? Por supuesto que no lo olvide amor — mentí mientras la tomaba de las manos — solo dame unos minutos mientras llamo al restaurante para saber si ya nuestra mesa esta lista, llamare desde aquí del pasillo, entra al apartamento hace un poco de frió.

Está bien te espero a dentro amor — dijo con una gran sonrisa mientras me daba un beso antes de entrar.

Dios, Dios, Dios y ¿ahora qué hago? No conseguiré mesa disponible en ningún restaurante si no reserve — digo en voz baja mientras camino de un lado al otro por el pasillo.

La reina de mis nochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora