Capítulo 45

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Camz por favor no seas mala — insistió — cuéntame algún detalle — le di un poco de lo que quería.

Es sencillamente fantástica — le comenté — ¿Qué más quieres que te cuente?

Siempre has tenido una gran vena sádica — aquello me pareció bastante injusto — pero ya, te lo sacaré, ya — me dijo, fingiendo decepción.

Bueno está bien — le dije suspirando con resignación — te diré solo un pequeño detalle.

Si, lo sabía, sabía que no me dejarías con las ganas de saber — dice con una sonrisa victoriosa — y todo por tu vena sádica.

Abro mis ojos a mas no poder con indignidad.

¡No soy sádica!, ¿sabes qué? ¡ya no te diré nada Fields!

Era broma Camz — dice riendo nerviosamente — bueno, no es broma, pero te pido disculpas, ¿ok? — yo asiento seriamente — ahora cuéntame.

Pues... veras... hay veces en las que Lauren me despierta dándome sexo oral — le digo en voz baja a pesar del ruido que hay en el bar, Emily abre la boca incrédula.

¿Lauren te hace eso?, ¿en las mañanas?, ¿para despertarte? — pregunta más que curiosa. Yo asiento lentamente con una sonrisa risueña.

— le respondo aun con mi sonrisa — aunque no todas las mañanas Em, solo a veces, te confieso que la primera vez que lo hizo me sorprendió, pero es muy placentero.

Vaya, es sin duda la mujer perfecta — dice impactada — Hanna nunca lo ha hecho, ¡y como me gustaría que lo hiciera! — dice entusiasmada — se lo propondré.

Suerte con eso Em.

La protagonista nuestra conversación volvió a la mesa.

Había mucha fila en el baño y parece que se la pasaron excelente cuando yo no estaba — comentó al sentarse a mi lado. Me encantó recibirla con un exquisito beso.

No estábamos hablando de ti cariño — intenté negar.

Sí que estábamos hablando de ti — Emily no estaba dispuesta a cambiar de conversación. Muy satisfecha, me guiñó un ojo.

¿Y entonces de qué hablaban? — preguntó en un tono inocente la mujer que estaba a mi lado.

Luego te lo cuento — la verdad es que quería cambiar de tema, pues ya me sentía lo bastante incómoda.

En la cama te lo cuenta Lauren — Emily no podía evitar soltar cada comentario picante que se le ocurría — o tal vez te lo diga mañana a primera hora del día cuando tú la despier...

Fields si no te callas ahora mismo, te arrepentirás — le dije entre dientes.

Emily puso cara de no haber roto un plato en su vida. Mientras nos mirábamos fijamente, Lauren se apoyó en mi hombro y se echó a reír.

Estaban hablando de la conversación telefónica que tuvieron antes.

Dada su perspicacia, habría sido un milagro que no hubiera captado al menos una parte del tema. Gracias a Dios que fue la parte más inocente. Le lancé una mirada amenazadora a Em y, finalmente, secundó mi estrategia.

La reina de mis nochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora