Capítulo 5

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Jueves por la noche, y yo con mi celular en mano, dando vueltas y vueltas por mi apartamento la verdad es que soy muy afortunada en tener un apartamento tan grande porque de lo contrario habría hecho un enorme hoyo en el piso de tanto caminar en círculos alrededor de la mesa, me detengo, camino hacia las enorme ventanas de vidrio que se encuentran frente de la mesa y observo la noche de Nueva York, con los edificios, las luces y el ruido, no pude evitar preguntarme "¿que estará haciendo Lauren?" ¿Tendrá la noche "libre" o estará con una clienta?

Una clienta que está disfrutando de su cuerpo, sus besos, sus carisias... ¡ya basta Camila deja de torturarte! Si lo está, no es tu problema, me digo mientras que sostengo muy fuerte el celular aun en mi mano.

Quería llamarla me convencí a mí misma hoy en la oficina que lo haría, pero ahora que estoy a un paso de hacerlo ¿porque no lo hago? ¿Qué me detiene? Si ya la he llamado antes, será porque esta vez es diferente, esta vez no la llamo para pedirle "sexo" a cambio de "dinero" ¡cielos!

No dejo de sentirme fatal cada vez que pongo los pies sobre la tierra y me doy cuenta de que me he convertido en una clienta fija de una prostituta ¿en qué momento paso? Aunque la verdadera pregunta es ¿en qué momento me enamore?

¡¡Demonios yo no quiero ser solo una maldita clienta!!

Le grito al apartamento vacío, ya que ni siquiera una mascota tengo, que triste suele ser mi vida a veces, este apartamento tan grande y yo viviendo aquí sola, pero lo más extraño de todo es que siempre me sentí bien, nunca me sentí sola... hasta que conocí a Lauren.

Me separe de la ventana, y camine hasta los sofás grises que se encuentran en el salón, con una mesa en el centro y sobre está, mi pequeña planta que es al parecer es mi única compañera en el apartamento, me siento en el sofá más grande el cual está ubicado en otras de las enormes ventanas de mi hogar y miro mi celular decidida, busco su número entre mis contactos y llamo.

El celular hace ese famoso ring un par de veces mientras que yo me muerdo una uña esperando escuchar su voz.

¿si Camila? — se escucha su hermosa y potente voz, me derrito al instante, con tan solo escucharla — ¿Qué se te ofrece?

Ho-hola — contesto un tanto nerviosa — ¿puedes hablar o estas ocupada?

Estoy libre hoy, solo estaba viendo tv — me dice de lo más calmada, mientras que yo estoy hecha un mar de nervios.

Está bien, me preguntaba si... bueno si .... ¿Podríamos tener una cita? — dije expectante, esperando su respuesta

Está bien, déjame buscar la agenta y te digo, no cuelgues — "¡me va a programar otra cita! Dios" — ¿Camila sigues allí?

Si aquí estoy — digo tratando de decirlo lo más naturalmente posible.

Excelente, tengo libres, el próximo jueves, pero en la noche y el viernes "solo" en la mañana, ¿cual día escoges? — me dice con tanto profesionalismo que por un momento pensé que estaba pidiendo cita con el dentista o la peluquera.

Lauren creo que no entendiste lo que intentaba decirte — le dije armada de pura valentía.

Por supuesto que entendí, me dijiste que querías una cita y te estoy dando un espacio en mi cronograma, ¿o no era eso lo que querías? — pregunta un tanto confundida

No, no era eso lo que quería, te estoy hablando de una cita, pero de esas citas de la vida cotidiana, como.... Como ir a ... cenar, por ejemplo.

La reina de mis nochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora