Él, esa cosa del bosque.

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14 de febrero de 1965

Escribo esto porque no estoy seguro de que mi vida dure mucho tiempo mas, Él cada vez se acerca mas al pueblo, las protecciones parecen no hacer efecto, el cura no sabe que hacer, y ya ha dejado de venir a la casa, él también tiene miedo, las armas no sirven contra Él, Dios, si es que existe, se queda de brazos cruzados, mientras eso, esa cosa, sigue acercándose.

Primero solo se quedaba en el bosque, y solo se acercaba para llevarse una o dos vacas al mes, así que nosotros todos los meses, dejábamos 2 vacas en un viejo galpón cerca del bosque, su bosque, nosotros sabíamos que si no lo molestábamos, le dábamos su comida, y no entrábamos en su bosque, no nos haría nada.

Pero últimamente, Él se empezó a comportar algo extraño, eso empezó desde que esos extraños se alojaron en el pueblo, desde el primer día en que ellos pisaron el pueblo, esos dos hombres, ambos armados con escopetas, y ropa de camuflaje, al estilo militar. Muchos vecinos afirman haberlo visto a Él observando la posada toda la noche, al otro día les dijimos que se vallan, pero se negaron.

La segunda noche, se lo vio a Él en el techo de la posada justo sobre la ventana donde esos dos hombres dormían. Les alertamos sobre eso, les dijimos que si no se iban estaban condenados, y que condenarían al pueblo también, pero esos tipos no nos hicieron caso. Dijeron que se quedarían 5 días mas, pero no pudieron cumplir, ya que en la tercer noche Él entro a la posada, se escucharon disparos, y luego unos gritos desgarradores seguidos de un fuerte rugido, entendimos que el se había encargado de ellos.

Creímos que todo había terminado, pero al parecer el estaba enfadado con nosotros por hospedarlos, ya que todos los días una persona, niños, adultos, ancianos, no importaba la edad, aparecía muerto clavados en los troncos de los árboles en los limites del bosque, a la vista de todos, y cada vez que alguien se acercaba no sobrevivía la siguiente noche. Solo quedamos 21 personas en el pueblo, 6 hombres 8 mujeres y 7 niños.

Todos estamos en la iglesia y nos quedaremos, ya que sabemos que si salimos del pueblo el nos matara sin importar que. A Él las balas no lo detienen, ya que sus heridas solo duran unos segundos, y ni siquiera un escopetazo en la cabeza sirvió, ya que su cuerpo rápidamente volvía a regenerarse. Solo lo enfurecía más y más. Él, esa cosa, estaba acabándonos 1 a 1, todas las noches, aunque desde que todos estamos juntos, el no nos a atacado, ya que somos muchos, aunque no creo que sea eso, el nos quiere producir miedo, o esta esperando que nos matemos entre nosotros al empezar a sentir hambre.

Cualquiera que sea su plan no me gusta. Esa cosa repugnante, con esos grandes ojos color verde, pero de un verde fluir, esa figura humano idee, y su poco pelo, lo hacían lo mas repugnante que vi. En mi vida, pero lo peor eran sus brazos, 4 brazos con manos terminadas en unas afiladísimas garras de unos 3 o 4 centímetros, aunque no estoy seguro por la distancia. Su piel es de un verde oscuro, igual que el de las hojas de los árboles del bosque.

17 de febrero de 1965

Esa cosa, esa maldita cosa se ha llevado a mi hijo! lo odio, quiero acabar con el. Pero se que no puedo. Además si fuera y hallara mi muerte, mi esposa quedaría sola, ya bastante destrozada está, con la pérdida de nuestro único y amado hijo. Se que no puedo hacer nada, la impotencia y el miedo me están matando...

25 de febrero de 1965

¡Demonio de mierda!, no puede ser, no esta conforme con llevarse a mi hijo hace poco mas de una semana, ahora me hace esto, ¡maldito! el, como se atrevió a llevársela, mi esposa, María, esa cosa se la llevo, esta noche pude verlo bien, mejor que nunca, sus garras eran de entre 2 y 5 centímetros, no estoy seguro, pero al poco rato, tan solo unos segundos, ya eran largos como cuchillos, de unos 10 centímetros mas o menos.

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