'Pasión al desnudo.'

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Era otra noche en la Torre de los Vengadores, un Sábado que por obra y gracia de algún ser divino los villanos habían decidido descansar y dejar la ciudad en paz. Y esto había sido aprovechado por la pareja de héroes más famosa de New York. Una cena tranquila en un restaurante desconocido, un paseo por un parque aledaño para finalizar con ellos besándose de forma desenfrenada por su elevador privado no bien habían bajado de la moto del rubio. Las manos ágiles de Tony ya habían liberado el torso de las prendas que cubrían la parte superior de su amado y ahora estaba luchando contra el maldito cinturón que no quería liberar el miembro palpitante que tanto ansiaba saborear y sentir dentro suyo. Tan concentrado estaba en la labor que el pitido avisando que al fin se encontraban en la privacidad de su habitación lo hizo dar un pequeño salto para luego posar la mirada de un lugar a otro tratando de orientarse. Al parecer ya no le quedaba sentido común.

— Tranquilo, cariño.

Manos fuertes tomaron las suyas para llevarlas a sus labios hinchados por el beso y besarlas.

— ¿Sabes que en cualquier maldito momento un villano puede pensar: 'Vamos a malograr  la noche con un plan idiota que no va a funcionar pero qué importa.'? ¡Es ahora o nunca!

Una mirada fulminante fue puesta sobre el objeto de su odio, el cinturón, esa cosa que impedía el pase al premio mayor.

— ¿Y tú sabes que sigues viendo esa parte de mi anatomía con tanta reverencia que hace cuatro años?

Con sus manos unidas el genio fue llevado a la cama y puesto sobre ella con delicadeza para luego soltarlo y pararse al pie de ésta.

— ¿Qué te parece si nos quitamos la ropa juntos, Tony? Te daré un show que no vas a olvidar y tú me vas a dar lo mismo.

— ¿Hablas de striptease? ¿Los dos? Pero no hay música y tampoco lo necesario...

— Estamos tú y yo ¿No es eso lo
necesario? Y creo que nuestros corazones hacen la música perfecta.

Una gran sonrisa brotó del genio.

— ¡Eres cursi, Rogers!

— Tienes razón, podemos esperar a tener lo necesario.

Y el Capitán empezó a acomodar su camisa maltratada, su chaqueta se encontraba en el garaje perdida en acción.

— ¡¿Qué haces?!

La voz indignada del hombre de hierro se escuchó haciendo que sus miradas choquen.

— Vestirme, por supuesto.

— No te atrevas.

Con la mandíbula en un gesto terco las manos del ingeniero se posaron sobre su sudadera que salió volando hacia un lado de la cama dejándolo con una cafarena de color negro que formaba su cuerpo definido. Una ceja arqueada retó a su amante. Éste sonrió ante su objetivo cumplido y volvió a desabotonarse la camisa con movimientos lentos revelando piel a cada paso, en el último con un movimiento fluido de hombros la prenda cayó al suelo consiguiendo que el torso lleno de músculos definidos y dos tetillas esté libre para el ataque del genio que no bien posó sus ojos en él aprisiono una de las protuberancias con sus dientes, labios y lengua ocasionando gemidos altos de su pareja mientras sus manos viajaron hasta su jeans abriendo el cierre y bajandolos gracias al movimiento de caderas y trasero.  Sus ojos dilatados subieron para ver el bello rostro que sonrojado formaba un gesto de placer. La mirada azul seguía el recorrido de sus pantalones que cuándo descubrieron sus nalgas bien formadas se volvió intensa y guiando los ojos de su pareja los llevó a su parte baja para que con lentitud cuidada quitara el cinturón ¡Al fin! Pensaron los dos.

El cierre vino después y con él el calzoncillo blanco fue bajado para liberar piel caliente que turgente se alzaba con orgullo pidiendo ser venerada. Tony encontró fascinante tal muestra de poder que ocasionó que su boca dejara el torso contrario para que sus dedos de la mano izquiera rodearon el miembro de su amante mientras que los de su mano derecha viajaban hasta el trasero de Steve para que jugaran a sus anchas al mismo tiempo trayendo placer al héroe americano. Tras unos minutos fue bañado por la esencia combinada de los dos, que resaltaba en su cafarena negra. Con una sonrisa pícara se levantó y con movimientos fluidos se despojo de ésta dejándolo totalmente desnudo. Se echó en la gran cama y abrió sus piernas para mostrarle el camino a seguir a su amante. Steve desgarro sus pantalones ya caídos al nivel de sus rodillas.

— ¿Ansioso? Pensé que querías un striptease lento.

— Lo mejor de uno es tenerte sin ropa, Tony. Y aquí estás, listo y desnudo para mí.

La mirada del genio bajó a la entrepierna del rubio Capitán que no se había suavizado aún con el orgasmo compartido.

— Estoy listo. Totalmente.

— En verdad me encanta que sigas viendo esto cómo hace cuatro años.

Steve tomó su miembro palpitante y atraído cómo polilla al fuego fue llevado al interior del genio de un empuje.

Dolor y placer estallaron. Desnudez absoluta de dos cuerpos que se fundieron en pasión.


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18/12/2017

OneShots STony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora