OneShots STony.

Tentación

La adolescencia es para la mayoría una etapa de descubrimiento, rebeldía y hormonas alborotadas, para Steve estaba pasando sin cambio alguno. Su cuerpo seguía siendo igual de pequeño y esbelto.

Hasta que al fin el cambio llegó, su cuerpo creció en altura y grosor haciendo que sea notado en la escuela por hombres y mujeres por igual, ya sea envidia, deseo o admiración. El rubio era de las personas que causaba reacciones a su paso y que no podía pasar desapercibido pero al ser su personalidad tranquila y no ser un matón, todo ese encanto aumentaba llegando a todos los grupos de la escuela. Su sonrisa brillante y ojos tan azules como el cielo lograban atrapar a quien fuera el afortunado de tenerlos para ellos. 

Y Peter Stark había caído con ellos, el famoso hijo del aún más famoso Tony Stark, el adolescente era delgado pero tonificado aunque esto se ocultaba entre sus ropas holgadas. Era un genio con bellos ojos chocolate que estaban llenos de ira la primera vez que el rubio lo encontró para salvarlo de los matones del grupo del futbol americano, quienes se alejaron soltando maldiciones hacia el nerd  y el bibliotecario.

- No tenías que salvarme pero gracias.

- No hay de qué, odio que esos tipos se aprovechen de su tamaño.

- Es la escuela.

- Pues no en frente de la biblioteca, no mientras yo pueda ayudar.

- ¿Por qué?

- Porque creo que tengo este cuerpo por algo, yo era pequeño y frágil pero me convertí en esto por una razón o al menos yo quiero darle una razón. Ayudar a los que eran cómo yo de personas que tienen el cuerpo que tengo ahora.

- Eso suena idealista. Casi a un héroe.

- Todo comienza con uno ¿No? Y sé que tú también quieres hacer el cambio, por eso no te has defendido.

- ¿De qué forma no defenderme me convierte en alguien que quiere hacer el cambio?

- En que no has querido ser igual de ellos aun pudiendo usar ese aparato que llevas en tu muñeca. Se ve peligroso.
Peter se sonrojó profundamente ante la mirada conocedora del rubio.

- Lo es, mi padre lo ha hecho por mi seguridad.

- Sobreprotector eh.

- Ni te imaginas.

- Eres su pequeño tesoro de ojos bonitos.

- ¡Oye!

El rubio sonrió con suficiencia mientras Peter hacía un puchero, al final terminaron riendo. Desde ese día se volvieron inseparables y la escuela los molestaba sobre su relación. El castaño se enojaba pero Steve sólo sonreía y con su mejor sonrisa abrazaba al otro mientras instaba a que dijeran algo más sobre ellos. Cómo era de esperarse la mayoría se callaba pero los que seguían con sus groserías probaban el puño del bibliotecario que no era suave ni ligero.

- ¿Por qué decidiste tomar el cargo de bibliotecario? Oí que te querían fichar todos los grupos de deportes.

- Porque mi cuerpo no lo usaré para formar parte de juegos donde ganar sea la meta.

- ¿Y sí para cuidar la Biblioteca?

- Adoro leer, eso y dibujar eran los únicos pasatiempos que hacían mi vida en la cama durante mis etapas de recaídas tolerables.