Paz y Guerra

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'Cuándo encuentres a quién te da paz, serás capaz de ocasionar la guerra por éste.'

Él había leído eso en algún lado pero no lo entendió hasta que encontró el cuerpo mal herido de su protegido. Sus alas se desplegaron, tan oscuras cómo las de su parte animal y su llanto se escuchó varios kilómetros por delante. Los hombres armados se quedaron en Guardia observando la figura que se alzaba con el rubio hombre entre sus brazos. Los ojos antes café ahora eran totalmente negros, sin pupila ni iris y su cuerpo magro contenía la ira.

Un silbido se oyó y los aleteos de unas aves acudieron al llamado. En un momento una bandada de cuervos de pelaje brillante y ojos rojos llegaron para posarse cerca a su amo.

— Vayan.

Y las aves con graznidos furiosos fueron en pos de los soldados que confundidos fueron consumidos por éstos que sólo dejaron cuerpos destrozados derrochando sangre para luego volver a su lugar alrededor de su amo.

— Steve. Nos volveremos a ver.

El hombre con las alas negras y brillantes colocó el cuerpo del rubio en un tronco liso. Besó la frente de éste para luego que dejarlo cuidado por algunos de sus subordinados dirigirse a la ciudad de dónde los soldados muertos provenían. Después de todo éstos habían sido enviados por el verdadero culpable quién lo recibió con una sonrisa en su trono.

— Sabía que vendrías sediento de mi sangre. Y todo por un simple humano.

— Vas a morir ahora.

— Y cuándo lo haga tú vas a vagar en mi busqueda y en la suya también.

— Pagaré el precio.

— Lo sé, Anthony. Por eso te elegí y por eso lo elegí ¿No te hace eso responsable de su muerte?

— Lo hace, por eso tú vas a morir y yo voy a deambular solo por el mundo. Los dos pagaremos.

— Que así sea.

El viento cambió de rumbo, el destino fue sellado y la sangre del Rey fue derramada en medio de su habitación real mientras la figura oscura se alejaba con cadenas invisibles atando sus alas.

La figura llegó a dónde el humano reposaba con una expresión tranquila y se quedó con él hasta que siete días pasaron. Al octavo con la luz del sol el cuerpo fue quemado, las cenizas echadas en un vial que fue puesto en un colgante. Tony se alejó con su preciado objeto que contenía al único ser que le había dado la paz y cuya muerte lo hundió en una guerra eterna.

— Steve.

Con el nombre de su amado, el hombre se alejó en dirección a lo desconocido. Cuervos siguiendo a su amo quienes olían la tristeza emanando de él.

Una estela de humo fue dejada en dónde el amor murió.

Pero cómo todo en la vida, tal vez habría segundas oportunidades. Para el hombre con las alas oscuras. Para el rubio que aún muerto representaba paz y hasta para el Rey asesinado por sus acciones.

' Y cómo puedes ocasionar la guerra, también puedes detenerla al tenerlo de vuelta.'

OneShots STony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora