El Rey y su lobo 2

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Había sido una noche caliente, sin nubes y con la Luna en alto y brillante.

Steve se encontraba sentado en su bar preferido, con el torso descubierto cómo los cambiaformas usualmente se encontraban debido a su alta temperatura corporal. Y cómo el bar era propiedad de su amigo Sam Wilson, una Pantera de la jungla, se sentía más cómodo aún con su media desnudez.

- Bonita noche ¿no?

- Lo es. Perfecta para la caza.

- Vaya, Sam ¿Quieres cazar algo en especial?

- Un hombre sensual de largo cabello negro y ojos celestes sería genial.

- Eso es muy específico, amigo.

El rubio siguió la mirada de Sam para encontrar a un hombre con las características que le había dicho junto a otro hombre pequeño con cabello castaño desordenado y ojos café brillantes mientras veía todo el bar.

- Interesante.

- Parece que nuestras presas han llegado, amigo.

- Así parece.

Los dos esperaron que los desconocidos se acercaran a la barra a pedir sus bebidas. Volvieron a sus posiciones, Sam sirviendo y saludando a los clientes mientras Steve seguía bebiendo con calma su cerveza.

- Deseo un vaso de ron con hielo y una cerveza.

- Bienvenido, ojos fríos.

- ¿Disculpe?

- Que enseguida le traigo el pedido.

- Ah, claro.

Sam compartió una sonrisa conocedora con Steve.

El más pequeño seguía mirando el bar con ojos curiosos aunque su energía había bajado y su rostro había adquirido una expresión seria.

- Aquí están sus pedidos y disculpen la pregunta pero ¿no son cambiaformas, verdad?

- No, no lo somos. Gracias.

El hombre de cabello negro había respondido de forma escueta y puso el pago sobre la barra para luego alejarse hacia una mesa.

- Parece que serán difíciles.

- Eso hará todo más divertido, Sam.

- Al parecer hay otros que también quieren divertirse.

Sam señaló hacia dónde un grupo se acercaba hacia los dos hombres que con miradas aburridas los veían acercarse.

- ¿Deberíamos ayudarlos?

- Veamos sí necesitan ayuda. Tal vez seamos más un estorbo que ayuda.

Steve había dicho eso pero no quitó su mirada. No iba a permitir que lastimaran a su hombre. Porque ese hombre sería suyo. Tal vez sólo por una noche pero lo disfrutaría.

Los cambiaformas habían abordado a los dos hombres y se veía que estaban coqueteando con ellos, pero sólo recibían una sonrisa.

- Al parecer no querían pelear.

- Pero quieren robarse lo mío.

- ¿Lo reclamas, Steve?

- Lo hago.

El rubio se paró y sus orejas plateadas se movieron junto con su cola mientras caminaba a la mesa de los hombres. Los cambia formas que los rodeaban lo vieron e hicieron una reverencia. Después de todo era el Alfa del lugar.

- ¿Divirtiéndose, chicos?

- Sí, Alfa. Es una buena noche.

- Lo es.

OneShots STony.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora