Fortaleza

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Mi padre no me mira, suspira y pasa de mí. Soy cómo un mobiliario en su oficina, sí me quedo quieto puedo permanecer ahí. Sólo quiero ver su sonrisa orgullosa dirigida hacia mí.

Mi madre me mira y también suspira. Ella repite que me ama y que papá también, que sólo hay otros menesteres que él debe cumplir. Me abraza. Y ya no soy una mesa, sino su querido hijo.

Voy creciendo, el mundo toma un aspecto más gris pero aún es hermoso. Soy un genio y el MIT me recibe con las manos abiertas. Papá ahora me ve pero sus ojos no muestran algún sentimiento. Mamá me abraza de nuevo y me dice lo orgullosa que está y que ellos dos me aman. Todo sigue igual.

Conozco a una agradable persona llamada James, me sonríe y mira. Es más grande que yo pero nunca me ha tratado cómo un niño, aunque sus regaños son peores que los de mi madre. Le ayudo en sus tareas y él me ayuda a socializar.

He cumplido mayoría de edad, a punto de acabar el MIT y aunque soy un genio no sé qué hacer. Mi padre me ha dicho que las empresas Stark son su legado y que debo seguir con los proyectos que lleva. Su tono fue urgente y repitió muchas veces al Capitán América. "No descanses hasta encontrarlo, él nos necesita. Te necesita. Ha estado en el hielo demasiado tiempo. "
Creo que ya somos dos pienso mientras él me mira por primera vez con alguna clase de sentimiento. Sólo que no es para mí.

¿Cómo se puede llegar a odiar a una figura que nunca viste? ¿Cómo mi yo adulto cambió la admiración por el héroe patriota a un resentimiento? ¿Él es mejor? ¿Por eso mi padre lo ama más que a su propio hijo y esposa? Me siento herido, desechado. Me siento poca cosa. Y mamá llega a abrazarme y besarme, a despedirse, vuelve a decir que mi padre me ama. Me insta a decirle que lo amo. Lo hago y no consigo más que unos ojos borrosos en mi dirección. No consigo más que un intento de amor.

Tiempo después una llamada me dice que estoy solo. Que soy el único Stark vivo. Que no habrá más miradas borrosas, que los abrazos han acabado. James me mira y pregunta, yo no puedo contestar, él sigue insistiendo hasta que con una cara seria le digo: Estás viendo al dueño de Industrias Stark, genial ¿No? Él se sorprende para luego abrazarme. Susurra bajo: Es genial, Tony. Puedes llorar de lo genial que es ¿No? Y lo hago. Lloro por lo que nunca tuve,por lo que nunca tendré.  Lloro por mi madre que me conoció mejor que yo. Lloro por el padre que jamás conocí. Lloro por mí.

Los funerales son preparados por el socio de Howard, no conozco ni al 0.001% de la gente que desfila para darme un abrazo, una condolencia y alabar a mis padres. El mundo es hipócrita, es cuestión de quedar bien y decir las palabras exactas para conseguir lo que se desea.

En un mes todo es normal, mis padres siguen siendo recordados pero nadie más los llora. Sólo su hijo que ahora siente la soledad más profunda. Que ahora no tiene ni unos ojos borrosos ni unos brazos alrededor. Hasta que James lo arrastra a una fiesta, el bullicio y los cuerpos calientes me ofrecen una manta. En una fiesta nadie te ve realmente pero compartes intimidad en ella. Es perfecta.

Mis últimos meses en el MIT son frenéticos, apabullantes y me consolidan cómo el adulto que seré. Obadiah está a cargo de la empresa y yo sólo soy una imagen, el del heredero huérfano que es todo un ganador. La pregunta llega un día "¿Qué hacemos con la búsqueda del Capitán?" Lo pienso todo un día hasta que decido que sí hay algo después de la muerte, me encontraré con Howard y le diré: "Tu bello chico de Brooklyn fue tragado por el hielo, hey, gastamos millones y millones pero tranquilo. Seguí con tu deseo." Tal vez aún deseo esa mirada de orgullo y me enfada reconocer eso así que luego de responder con la orden que sigan en busca del fósil salgo de fiesta por tres días, no recuerdo rostros ni nombres pero recuerdo la calidez de los cuerpos y me siento humano. Uno digno de ser abrazado.

El tiempo pasa, James se convierte en un General respetado y todo adicto a las leyes. Yo soy su único punto rebelde y él me ata a ser un poco más responsable. Sigue siendo peor en los regaños que mi madre. Hasta que llega Pepper y ella lo supera en eso, es una mujer fuerte, sin miedo a enfrentarse a mí, es mi mano derecha y se vuelve mi amiga. La amo. Y ella también a mí aunque suspira con fuerza ante mis noches de fiesta que son cada vez mayores. Y un día la fiesta acaba porque soy secuestrado en uno de mis viajes para ser la imagen de mi empresa. Estoy mostrando armas creadas por mi legado y son esas mismas las que me dañan matando a jovenes cuya vida parece que vale menos que la mía sólo porque soy un Stark.

Mi cuerpo es impactado, ver mi apellido en el arma que ha destrozado mi cuerpo es una ironía. Mis ojos se cierran pero antes de entregarme a la oscuridad veo unos ojos borrosos.

Despierto en una mesa, un hombre alto y delgado me está reparando. O eso dice él. Tipos que no conozco y parece que ellos tampoco a mí porque sólo jodidamente me piden que les cree una arma. Que les de el sello Stark, y todo por mi vida.

Es el tiempo más horrible pero esperanzador de mi existencia, he encontrado un amigo y pienso llevarlo conmigo. Pero cómo siempre la vida me da un revés y me lo quita. O mejor dicho, él ha querido irse. Me ha dejado con una armadura y con una misión en la vida.

Soy un genio, millonario, playboy y filántropo.

Soy Tony Stark.

Y ahora soy Iron Man.






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Porque una personita me pidió que lo suba, que no podía quedarse guardado.

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