Los cuatro adolescentes bajaron del vehículo quedando frente a una casa de dos pisos color cian, con dos columnas blancas al lado de la gran puerta. Podía percibirse el movimiento y se escuchaba la música tan alta que hacía retumbar las ventansas. Habia pequeños grupos de jóvenes recostados en el jardín delantero, tomando cerveza y compartiendo cigarrillos; otros estaban simplemente tirados en el cesped o incluso inclinados vomitando entre los arbustos.
Eran las doce de la noche y la fiesta ya era un completo descontrol rebasando de gente.
Los cuatro se acercaron hasta un hombre alto y formido, con el rostro hecho piedra y los brazos cruzados sobre su pecho. Tenia un portapapeles en la mano izquierda y los miraba desde arriba a través de sus lentes oscuros.
-Nombres- exigió con voz ronca y fuerte. Ellos se miraron entre sí, sorprendidos de que hayan contratado seguridad. Pero después de todo, eran los Morgenster y nunca hacían nada pequeño.
-Somos los Lightwood-Bane- el hombre los observó con desconfíanza a cada uno de ellos, Rafael arrugó su ceño cuando notó que su mirada había tardado de demaciado en abandonar el cuerpo de Madzie. Finalmente revisó el portapapeles en su mano, buscando los nombres.
-Pueden pasar.
-Gracias- Rafael lo miró mal mientras dejaba pasar primero a su hermanita, asegurándose que la vista del cuarentón estuviera lejos de ella.
Por dentro, la casa era en colores acromáticos dándole a todo un rasgo más lujoso. Frente a la entrada se alzaba una escalera ancha con escalones de marmol, se dividia en dos para hacer camimos distintos, uno a la izquierda y el otro a la derecha. Habia cuadros y espejos en los pasillos, los ventanales estaban cubiertos por cortinas azules de tela afelpada.
Toda la casa estaba inundada de adolescentes sudorosos en diversos disfraces, bailando de un lado al otro al compás de una música demasiado fuerte. Algunos se encontraban en una pequeña barra donde servian tragos atendidos por cinco barmans que hacían todo lo posible para abastecer a la gran cantidad de gente. Muchos ya se encontraban en rincones dándose húmedos besos y algunos subian por las escaleras entre risas y manoseos, perdiéndose entre los pasillos.
El grupo Lightwood se miró con una sonrisa, dispuestos a disfrutar de su primera fiesta juntos.
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Blue era consciente de que muchos estaban posando sus ojos en él y eso le ponia sumamente nervioso.
Era cierto que él era alto, casi llegando a la altura de su hermano mayor. Además estaba vestido como un peluche y muchos pasaban detrás de él esquivando su cola. Escuchaba algunas risas y exclamaciones de ternura, pero no estaba seguro de cuál era peor.
-Creo que iré a buscar a Blake y Riley- anunció alzando su voz por sobre la música y acercándose al grupo de sus hermanos y tía.
-Recién llegamos, disfruta un poco antes de ir con tu novio- se burló Madzie, moviendo un poco sus caderas y haciendo tintinear sus monedas.
-No te muevas tanto que atraes las miradas de pervertidos- Rafael miró mal al grupo de chicos disfrazados de la Liga de la Justicia, quienes se codeaban unos a otros mientras miraban el cuerpo de su hermanita.
-No te pongas pesado. O yo también podría decirles a aquellas chicas que se alejen de ti- Madzie señaló a las tres chicas disfrazadas de gatitas, sonriendo de manera coqueta a Rafael mientras sacaban pecho y saludaban con sus colas de gato en la mano. Rafael achicó sus ojos mientras veía a su hermana.
-Mmmh, bueno. Me iré ahora- aprovechando la distracción de sus hermanos, Blue se giró para irse, pero Maxie sujetó su muñeca con suavidad para verle a los ojos.
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Metamorfosis de piel [sin editar]
FanfictionAlexander y Magnus Lightwood-Bane están felizmente casados hace más de veinte años pero nadie les advirtió que ser padres iba a ser totalmente diferente a una vida de esposos, sobre todo cuando sus tres hijos ya no eran niños pequeños sino adolescen...