C a p i t u l o 25

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24 de Diciembre.

-Eso es, amor. Lo haces fantástico- Alec dejó un beso suave sobre la cabellera de Max.

Estaban preparando galletas, Alec ya tenia la masa lista y sus hijos, junto con Maxie, cortaban de diferentes formas las galletas de jengibre.

Era la mañana del veinticuatro, Alec enloquecía por los alimentos y porque Izzy había insistido en que llevaría comida suficiente. Con el miedo de que su hermana envenenara a la familia completa, comenzó a preparar comida a lo loco para abastecer a todos.

-Ya terminamos- anunció Madzie, satisfecha por el resultado de sus galletas.

Alec las colocó en el horno y puso las que ya estaban cocidas frente a ellos. Dejó en la mesada de la cocina diferentes mangas con merengue italiano de diversos colores, chispas y malvadiscos.

-Bien, ahora a decorar- Alec sujetó una galleta y enseñó a sus hijos como debían usar las decoraciónes, a paso lento y tomándose el tiempo para explicar cada movimiento-. Ahora dejen volar su imaginación, iré por la camara.

Alec salió de la cocina con una gran sonrisa en su boca, entusiasmado por la idea de sus pequeños preparando galletitas con él.

-Tiene una obsesión con esa camara- dijo Maxie-. Siempre está sacandonos fotos de algo nuevo que hacemos.

-Agradece que no haz tenido que vivirlo toda tu vida- le recordó Blue.

Los cuatro adolescentes se dispusieron a hacer galletitas. Madzie hizo perfectos hombres de nieve, con chispitas de chocolate y galletas de vainilla bañadas en merengue blanco. Max hizo los muñecos de jengibre, entusiasmado por la idea y tratando de que quedaran muy similares al de Shrek, usando botones de gomitas y merengue lila para sus ojos. Maxie por su lado hacia pinitos de navidad, decorandolos con merengue verde y muchas chispitas de colores para que simularan las luces, una gomita color amarilla cumplía la función de estrella.

Cuando habían acabado con sus galletas, se giraron para ver a Rafael, que con el ceño fruncido y totalmente concentrado en armar una casa de jengibre, o había terminado. Los tres chicos se miraron incrédulos.

Alec llegó casi corriendo, temiendo haberse perdido toda la diversión. Desplegó la camara de fotos y comenzó a disparar a sus hijos, quienes reían divertidos haciendo muecas y mostrando orgullosos sus creaciones. De nada servía que se quejaran de ser fotografiados, de todas formas Alec siempre lo haria y luego se las mostraría como si ellos no supieran lo que hicieron.

-Rafa, déjame ver que hiciste- pidió con amor Alexander. Rafa quitó las migas de sus manos y sonrió satisfecho.

-Admiren mi obra de arte- giró el plato donde descansaba la casita. Todos miraron con confusión.

La casita parecía ser una normal. El techo era a dos aguas, cubierto por coco rallado que simulaba ser nieve. Las paredes era de galleta y estaban pintadas de merengue rosa y azul. Habia dos muñecos de nieve en la entrada, uno tenia chocolate en tiras como cabello rizado, a su lado habia una galleta con un vestido rosa y lo que parecia ser una chamarra color azul, no tenia cabellos. Frente a ellos, una especie de alien color rosa que abría su boca y mostraba sus afilados dientes de malvadiscos.

-Rafa- llamó con confusión Alec-, hijo ¿qué es esto?

-Este es Mike, esta es Eleven, y ese es el demogorgon- señaló a cada uno con su dedo índice y una sonrisa ancha en su boca-. Es una extraña navidad. ¿Lo captan?

La cocina quedó en silencio, hasta que Max estalló en risa y fueron seguidos por los demás. Alexander sonrió por las ocurrencias de su hijo y besó sus mejillas.

Metamorfosis de piel [sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora