Metamorfosis de piel [sin editar]

C a p i t u l o 8

Blue se sentía mareado por el leviatan de emociones que se habían desarrollado en su casa. Habian pasado de la tristeza, la confusión y la angustia, a la aceptación y alegría. Sin mencionar, que su tio jamás fue su tio, sino mas bien su tía. Algo que comprendía, pero a la vez causaba cuestionamientos en el adolescente. Fueron demasiados sentimientos para la esponja absorvente que él era.

Necesitaba distraerse, destrabarse un poco de la situación. Se disculpó con su tia y tomó su celular, estaba dispuesto a llamar a Riley, su voz siempre lo tranquilazaba. No estaba planeando contarle lo sucedido, revelar un secreto que no le pertenecía; pero necesitaba hablar con alguien que no estuviera sumido en el drama familiar actual.

Llegó hasta la puerta de su casa, necesitaba aire fresco y privacidad para ello. Marcó el número de Riley y espero a que contestara.

-Max- la voz de Blake lo sorprendió al instante, vio como se acercaba a paso lento y cauteloso. Él no podía reaccionar.

-¿Por qué sigues aquí?- No estaba reclamandole, simplemente confundido por la visión frente a sus ojos, él le había dicho que fuera a casa ¿Había esperado ahí desde entonces?

-Te esperé. Siempre voy a esperarte.- No necesitó ser más específico para que Max notara la doble intención de sus palabras. Un leve rubor lo delató.
-Hola, mi Max- Riley hablaba del otro lado de la línea, gustosa de recibir la llamada del pelinegro. Este palideció ante aquella mención de posesividad, Blake no lo había escuchado pero fruncia el ceño por el rostro del menor.- ¿Max?

-Creo que estás al teléfono asi que voy a irme. Pero llama si necesitas algo.- Blake se encogió de hombros, su rostro serio sin ápice de emoción que delatara al menor lo que pasara por su mente.

Max estaba tenso sin saber como reaccionar. No queria que el muchacho se fuera de ese modo, pero tampoco quería colgar a Riley cuando había sido él quien había llamado. No podía hablar, ni moverse. Oía el murmullo de la voz en el auricular de su telefono, pero no comprendía las palabras mientras observaba a Blake ponerse el casco angular color negro. Éste agitó su mano hacia Blue y encendió el motor para marcharse, enseguida el menor corrió hasta acercarse.

-Gracias por quedarte y aguardar por mi. Fue dulce de tu parte.

-No es nada.- La voz del mayor sonaba amortiguada por el casco y debía alzar la voz por sobre el ruido del motor.- Llámame cuando no estés ocupado.- Blue asintió y se alejó de la motocicleta para que él pudiera marcharse.

Max sabía que Blake intuía de alguien más. Una persona que confundía los sentimientos del pelinegro. Pero lo que él estaba seguro es que jamás sospecharia que era más que solo confusión. El corazón de Max estaba dividido entre dos amores dispares, entre dos versiones de personas. Les amaba y no podía elegir sin que una parte de su corazón se hiciera cenizas. También sabía que Blake no sospecharia que aquella persona era nada más y nada menos que su melliza.

Blue volvió la atención a su telefono, sonriendo porque Riley aún no había colgado.

***

-Asi que, mujer.- Los adultos y Madzie, habían dejado solos a Rafael y Maxie. No era secreto lo bien que estos se llevaban, siendo además de familia, mejores amigos.- Esa no me la veia venir.- Maxie sonrió. -¿Por qué no me lo dijiste?

-No sabía como reaccionarias, no quería incomodarte. Es mi peso, mi cruz.

-Pero yo podría haber cargado el peso contigo.- Rafael se acercó hasta estar frente a él.- Max. Maxie, no podría haber solucionado las cosas, pero podría haber sido tu soporte. Aguantaste años con esto por ti mismo, no es justo.