C a p i t u l o 2 1

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-¡Feliz cumpleaňos!- Blue se abalanzó sobre Riley, abrazàndola con fuerza. La muchacha reía por la sorpresa y el gusto de verle.

-Mi Max- ella lo estrechó entre sus brazos-. Eres una dulzura, muchas gracias- se separaron para mirarse a los ojos. A Blue se le colorearon las mejillas al instante, pero le sonreía ampliamente haciendo que la mayor se sonrojara aún peor.

-Ya eres demasiado adulta para ésta escuela.

-Lo sé. Pero a diferencia de mi hermanito, yo quiero mi maldito titulo- caminaron juntos por los pasillos, Riley sonriendo y agradeciendo la lluvia de felicitaciones que le llegaban.- ¿Vendrás a nuestra fiesta el viernes, verdad? Nuestros padres se irán por un fin de semana, aprovecharemos para festejar a lo grande.

-No esperaba menos de ti, cariño- se giraron para ver a un muchacho de piel canela y ojos chocolate. Le sonreía de manera descarada a la rubia, sin siquiera inmutarse de la presencia del menor.

-De mi solo se espera grandeza- Riley le sonrió con arrogancia, no dejándose intimidar por el patán.

-Espero tú y yo ganemos algo de acción. Tal vez podrías enseñarme dónde está la habitación de tus padres y acompañarme a usarla.

-O tal vez podría arrancarte el pene con mi manicura si tan solo te atreves a acercarte a mi- ella le guiñó un ojo y tomó la mano de Max, tirando de él para alejarse.

El pelinegro mantenía la vista baja y el ceño fruncido, sintiéndose disgustado y celoso por la escena anterior. Le molestaba en grande que todos los chicos de la institución buscaran con la mirada a la rubia ceniza, pero sabía bien que era algo que no podía evitar facilmente. Ella era preciosa, carismática, dulce, fuerte y con personalidad. Era alguien de quién sin dudas quisieras ser amigo, y ni hablar sobre estar junto a ella para ser su pareja.

La rubia se giró para verle, buscando su mirada de manera divertida.

-¿Qué tienes?- Max negó, levantando su vista como si nada hubiera pasado-. Vamos, Max, no puedes molestarte por ese idiota.

-Fue irrespetuoso.

-Es un idiota, ¿qué esperabas?- ella se detuvo y lo obligó a hacer lo mismo. Lo miró con sus ojos celestes y sonrió- No me interesa cuántos imbéciles se acerquen a mi, porque yo solo tendré ojos para ti en ese lugar. En cualquier lugar. ¿Lo sabes, cierto?- Max no respondió, sus oídos quedaban sordos por el latir de su corazón que martilleaba en su pecho. Sentía su mano acalambrada bajo la palida y delgada palma de Riley. Asintió con torpeza y ella sonrió aún más.- Eres demasiado timido.

-Lo siento.

-¿Por qué?- ella volvió a caminar con él de la mano-. Así me gustas.

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-Tienes que estar encantadora, Madzie.

-No,no,no. Ella debe verse sensual y confiada.

-O dulce y delicada.

-O como una maldita bomba sexy.

-De acuerdo, ya basta- Madzie se sentó en el sofá de la tienda de disfraces. Estaba agotada por la torpe discusión de su hermano y su prima-. Cuando accedieron a acompañarme no pensaba que serian un verdadero dolor de-

-Aquí está el disfraz, señorita- una mujer joven, de piel clara y ojos chocolate, le tendió el disfraz de gitana. La morena lo aceptó con un suspiro y entró al cambiador.

-Creo que ese disfraz es algo gastado, me refiero a que seguro habrá otras diez gitanas en la fiesta- Cecily observaba que otros atuendos podría usar su prima, convencida de que tendría que deslumbrar.

Metamorfosis de piel [sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora