Aquelarre: Profanar en un beso el reino del cielo. (Soudam) (Parte 1)

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Así como el "aquelarre" había terminado para el delincuente y el monitor de pasillo el del criador y el del mecánico apenas comenzaba, eso después de que Souda dejándose llevar por sus tan fuertes emociones hubiera arrastrado a su novio dentro de la tienda de campaña apenas iluminada por la luz artificial de un par de lámparas dentro de esta.
El muchacho de cabellos bicolor sabía exactamente lo que quería, el disfrutar de su "mascota" cuanto pudiera claro que estaba en sus planes. Lo mismo era para su compañero de cabello rosa, disfrutar de esa noche, tomar cuanto pudieran uno del otro hasta lograr ser uno solo y así permanecer.
... Aún si los papeles cambiaban un poco para ese momento.
Los labios de Souda eran empujados contra los de Tanaka en necesidad y deseo dentro de la intimidad de la tienda de campaña, el colchón especial para acampar en el suelo resistía el peso de ambos mientras continuaban con ello, disfrutando del sentirse tan cerca abrazados y de rodillas en este.

Los cuatro Dioses Oscuros de la Devastación tan fieles aguardaban fuera de la tienda de campaña tal como Gundham les había pedido, los cuatro entre la capa para su disfraz de vampiro que antes él habría estado usando para soportar el frío y tan juntos como solían ser mientras el criador se encargaba de "otras cosas".
Las manos de Kazuichi habían quedado fijas por un momento en la cintura de Gundham mientras este muchacho le había despojado de su gorro y enredaba los dedos en su cabello, atrayéndolo hacia sí y a la vez impidiéndole alejarse.

Gemidos se hacían presentes así como seguían con eso, las falsas orejas nunca habían abandonado la cabeza del criador mientras Kazuichi sin separarse de sus labios buscaba el desnudarle.
Había subido sus manos desde su cintura hasta su pecho, tomando un tiempo para acariciar el contorno de todos y cada uno de sus bien trabajados músculos por encima de la ropa todavía.
Por su parte Gundham continuaba enredando los dedos en el cabello teñido y por esa noche increíblemente suave, los botones de su disfraz, tanto los de la camisa como los del chaleco iban siendo retirados uno a uno y él de alguna u otra forma sentía no podía quedarse atrás, llevando sus manos con rapidez hacia el cuello, seguido los hombros y finalmente el pecho de su novio, buscando a tientas el cierre metálico del mono amarillo para poder deslizar este.

Sus lenguas entrelazadas ocasionaban un sonido bastante lascivo como su saliva se combinaba y los trajes eran completamente retirados. Ahora la camisa blanca y de cuello en v que llevaba Souda debajo quedaba expuesta junto a parte de su llamativa ropa interior, otro caso era con Tanaka, ambas prendas que cubrían su torso habían sido desabotonadas por completo dejando expuestos parte de su pecho y abdomen. Sus manos buscaban mutuamente su cuerpo en necesidad de ser uno solo mientras sus lenguas se veían involucradas en lo que más allá de ser una lucha o batalla era una perfecta melodía a la par de ambos acelerados corazones.
-Mmng... Ahh~ Tanaka~- Souda jadeó cuando tras sentir necesitaba un poco de aire se alejó de sus labios, había un hilo de saliva que todavía en ese momento unía a sus bocas, pero, este rápidamente fue cortado cuando tras mirar al rostro sonrojado del criador a Souda, todavía embriagado por la pasión y el deseo no le quedó más que descender a su cuello en búsqueda de otras reacciones deliciosas como eran esas, su rostro era poco, sentía que todavía podía obtener mucho más.

Al darse cuenta de sus intenciones Gundham levantó un poco su mentón mientras continuaba acariciando sus hombros y bajando de a poco las mangas de ese traje de una sola pieza, así le daba todo el acceso que quisiera a su cuello, pecho, hombros y todo lo que Kazuichi deseara.
El mecánico dedicó un tiempo al cuello contrario, tomando un poco de la pálida piel entre su boca y succionando esta con sus dientes afilados mientras daba un par de lamidas, las marcas de su llamativa y extravagante dentadura iban dejando marcas todavía más llamativas en la piel del criador.

Mientras él dedicaba su boca a esto Gundham todavía estaba buscando el desnudarle, bajando sus mangas tanto como era posible hasta que finalmente era el mismo Souda el que había terminado de retirar este. Con sus manos ahora libres el muchacho de cabello rosa se encargó de quitarle la camisa y el chaleco al contrario, teniendo todavía más espacio para lamer, chupar y mordisquear cuanto quisiera cuando estos dos habían caído en el colchón detrás de ellos.

Con su lengua bajó por su pecho siguiendo el contorno de su figura con sus manos, su abdomen tan bien trabajado, su cintura increíblemente delgada y luego su ancho pecho, para este punto Tanaka había vuelto a colocar las manos encima de su cabello, dejándose llevar por aquellas sensaciones que creía nunca lograría sentir, demasiado prejuicioso en cuanto a las necesidades carnales de los mortales, juzgándolos mal todo el tiempo y sintiéndose en infinidad de ocasiones superior a ellos... O bueno, eso hasta que había conocido a Souda y tras tantas cosas se había dado cuenta de que quizás sí había un "mortal" que pudiera apropiarse de sus emociones, hacerlo sentir tan frágil y tonto en algunas ocasiones... Enamorarlo.

Abrió sus ojos con sorpresa cuando ese pensamiento fugaz atravesó por su mente, había estado tan ocupado con su propio placer que era como si por un momento hubiera dejado de lado a aquel que le estaba proporcionando sensaciones tan extrañas y magníficas a la vez.

-Detente... - tan simple como podía ser para aquel que se hacía llamar "Dark Overlord" pidió con su agitada respiración, con su mano alejando un poco a Souda y mirándolo directamente a los ojos -... Deja a aquel sentimiento brotar como recíproco, no insistencia inerte...- le dijo con una voz tremendamente seria, tan seria que en algún punto daba miedo, mas, Souda debía dejar pasar esto.
A punto de formar alguna palabra coherente con la que pudiera responder a eso fue empujado contra la colchoneta, así hasta que antes de que pudiera darse cuenta Tanaka ya estuviera encima de él.

El criador no tuvo ningún problema en actuar como ya antes lo había hecho, en un principio respirándole en el cuello y con esto arrancando un escalofrío en el contrario, seguido de esto y en una sensación más agradable con ayuda de su garganta comenzó a imitar el ronroneo de un gato, bajando por el cuello desnudo del mecánico hasta llegar a donde la camisa comenzaba, en este momento comenzando a acariciar por debajo elevando la camiseta apenas un poco.

Su mano algo fría iba acariciando despacio encima de los abdominales hacia el pecho mientras a la par iba bajando con su rostro, esta actividad arrancando tantos escalofríos en la erizada piel del mecánico que eran imposibles de contar, así hasta que, a punto de llegar a sus pectorales el criador se detuvo.
Miró hacia arriba para toparse con aquel rostro sonrojado, igual o probablemente más que él mismo, sonrió, las marcas en su cuello, pecho y hombros comenzaban a arder, pero esta sensación, igual de agradable que desagradable no podía importarle menos... Le encantaba, y a sobremanera el estar así con aquella persona a la que simplemente no podía dejar de amar.
Alejó su mano de donde antes había estado para con ambas acomodar las orejas encima de su cabeza, tomando una muy larga respiración seguido de esto.

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