La hora esperada.

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Leon incómodo sentía el par de ojos rojos y el par de ojos bicolor encima suyo, preguntándose en algún momento porqué era que lo miraban a él y no a Celes o Junko... Incluso a Fukawa, que había dicho aquel comentario tan obsceno que por poco estaba fuera de lugar... ¿Quizá si lo estaba?... Con el ceño fruncido ambos muchachos miraban al pelirrojo que en ese momento llevaba una peluca, unas gotas de sudor deslizándose por su frente, así como pasaba con el motociclista y con el mecánico.
... Eso hasta que Tanaka se puso de pie... Que de hecho Ishimaru hubiera hecho lo mismo de no ser porque tenía la canasta encima de sus piernas.
-¡Ha llegado la hora esperada!- el muchacho de cabellos bicolor así como sus ojos exclamó, haciendo una de sus ya casi características poses con los brazos al frente suyo y los cuatro Devas encima de estos. -... El enfrentamiento entre el bien y el mal, así como una esperanza a su insistente desesperación ha finalmente marcado su iniciación, sus razones inocuas inadver...-
-¡Ja, ja,ja! ¿Ya vieron la hora qué es?- Ishimaru le interrumpió levantando las manos abiertas y con las palmas hacia afuera a lado de su cabeza... Eso antes de que como era de esperarse al igual que Gundham se pudiera de pie sujetando su canasta a un costado...
"Si tan sólo pudiera darle una mirada... " Mondo pensó por primera vez ignorando lo que ocurría... Eso a muy grande diferencia del resto de participantes que formaban aquel círculo, que se habían quedado muy atentos al comportamiento del criador, sobre todo porque para la mayoría de ellos parecía bastante obvio que ambos sólo querían interrumpir o impedir el que Oowada y Souda se encerraran en el armario durante 7 minutos.

Tanaka volteó a ver al monitor de pasillo mientras los cuatro hámsteres iban a sus hombros, los primeros tres en uno mientras el más regordete, Cham-P terminaba en el otro.
-Acerca de sus intenciones permita el conocer detrás... - El criador pidió, su posición ya había caído para simplemente poner las manos sobre sus caderas, exactamente jugando con las presillas de sus pantalones.
... Los dos sólo querían impedir que eso pasara... Y los dos eran tan raros y poco directos.
Ishimaru levantó su brazo izquierdo delante de su rostro observando su reloj -¡Son casi las 10! ¡A esta hora todos los niños y las niñas decentes ya deberían estar en cama listos para dormir!-
... Eso no podía ser cierto...
... Aunque era más cierto que la batalla entre la esperanza y la desesperación de lo que hablaba Gundham o lo que fuera que este chico decía.
... ¿O no?

-¡¿Las 10?!- Souda se sobresaltó, saliendo de sus pensamientos de lo que probablemente iba a ocurrir si estos dos no lo impedían.
-Las 10:00...- Tanaka repitió, todos demasiado callados después de los inoportunos y quizás no tanto comentarios. -...Ha llegado la hora...- el criador agregó a lo apenas dicho bajando la cabeza y esta vez caminando hacia el beisbolista.
-¡Así como el que nuestro camino ha comandado! ¡El llevarnos a nuestro futuro destino la prueba absoluta de su presunta no ineptitud es...!- señalando a este muchacho exclamó, que probablemente no notó mucho el segundo mensaje en esas oraciones pues sólo sonrió con nerviosismo.
-Ya hombre... Pero aún tenemos unos minut... - Leon decía hasta que...
-¡Me niego a permanecer un minuto más!- Ishimaru gritó interrumpiendo -¡Los minutos son fundamentales cuando se trata de cumplir un horario!-
-¡La bestia de los ojos ardiendo en llamas tiene razón!-... Vaya manera de Gundham para referirse a las personas -¡Ahora un destino igualitario debe cumplir! ¡La premisa de obtener el llegar a aquella locación antes de que la absoluta oscuridad se apodere de la noche queda en sus manos mortales!-
La mueca en el rostro de Leon se extendía desde el "Aún podemos quedarnos, no se desesperen" hasta el "Si ya nos vamos, ¿Me dejaran en paz?" Al final había tomado una decisión... Decisión que no había tomado del todo él solo.
Tomándole por la correa el "Dark Overlord" jaló a Kazuichi para que se pusiera de pie. Este chico de cabello rosa sorprendido con el acto, pero sin poder hacer más que con torpeza ponerse de pie para seguir a su novio que ya se dirigía a la puerta.

Por su parte Ishimaru colocó su mirada encima de Oowada con las manos puestas encima de su canasta al frente suyo, la severidad en sus ojos estaba siempre presente mientras Mondo pensaba que había salido de esa... De la peor manera y por tanto la menos convencional... Pero había salido de esa.
... Aunque de todos modos hubiera podido pedir pasar turno...
... ¿O no?
... Cualquiera se hubiera sentido bastante idiota al no pensar eso como primera opción...
-De acuerdo...- apoyándose con una mano en el suelo el delincuente suspiró, poniéndose de pie antes de caminar detrás del muchacho al cual se le movía la caperuza con cada paso firme de sus botas.
Leon les vio... Primero a los dos que se habían marchado, luego por supuesto a estos dos que ya se estaban marchando, sorprendentemente todos estaban callados mientras él se preguntaba en que momento habían decidido que se convertiría en su chófer... Ah sí... Tal vez era en ese momento en el que él mismo se había ofrecido para recogerles y llevarles... -Como sea...- rodó los ojos y se puso de pie con cierta dificultad sintiendo como sus piernas temblaban gracias a su elección de calzado... Al menos había logrado pararse.
-¡Ya vuelvo! ¡No sigan sin mí!- pidió (¿U ordenó?) para enseguida darse media vuelta e ir directo a la puerta, caminando cuán rápido podía con esas plataformas antes de que Tanaka intentara abrir la puerta de su automóvil con un hechizo demoníaco o las cosas que ese tipo hiciera.
-Vamos a seguir sin él... - Apenas se había alejado un poco Mukuro sin ninguna aparente empatía aseguró, Kirigiri asintiendo completamente callada con algún comentario de Celestia similar a "Eso sería lo correcto" con la compostura que sólo la apostadora podía tener y entonces el que bajo la orden de Junko, Mikan volviera a girar la botella.
...
Leon salió de la casa, observando a todos allí esperándole... Souda sentado en el pasto de fuera de la casa con Tanaka acariciándole la cabeza tal como si se tratara de un gato. Ishimaru sobre una de sus rodillas mientras su otro pie estaba en el suelo y se dedicaba a acomodar sus medias y cintas con Oowada con sus brazos cruzados apoyado en la pared de al lado de la puerta.
-... ¿Nos vamos?- el beisbolista preguntó.

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