Sergio avanzó hasta colocarse justo frente a la entrada del enorme pórtico galáctico. Observó la masa gelatinosa-semi-transparente que recubría el contorno del acceso delante suyo...
—Se ve raro... pero parece que todo es normal— Se dijo para sí mientras veía a los seres atravesar la "masa" —Como le llamó el— con perfecta naturalidad y confianza.
—¡Vamos chico! ¡avanza, retrasas la línea!— Dijo uno de los guardias irrumpiendo la concentración de Sergio.
Al escuchar el regaño, volteó y se disculpó con una sonrisa nerviosa. Se incorporó de nuevo de cara a la masa, la observó detenidamente de arriba abajo una última vez, suspiró de manera prolongada, y se lanzó —literalmente— al interior...
—¡Está helado!— Se dijo para sí mientras su cuerpo era acariciado por una especie de efervescencia similar a la de un refresco gaseoso.
Comenzó a caminar para atravesar todo el recorrido gelatinoso. La sensación fue muy parecida a la de intentar dar pasos en el fondo de una alberca profunda, solo que en este caso si tenía la capacidad para respirar.
El efecto burbujeante era relajador y refrescante. Pudo sentir como algunas de esas burbujas se incrustaron en su piel, entraron a través de sus poros, y después salieron por otros, emulando a una especie de "súper exfoliación" o algo similar.
A tres pasos de terminar el recorrido gelatinoso el burbujeo cesó, entonces, el gel incoloro e inoloro, adoptó una luminosidad que de a poco, se fue incrementando de manera gradual hasta tornarse en un color amarillo resplandeciente.
—¡Lo sabía!— Se dijo Sergio para sí —"Amarillo" para los humanos— Y atravesó el portal por completo.
Una vez del otro lado, vio como venía detrás suyo su "nuevo amigo" Matt, y notó algo inusual al respecto...
—¿Rojo?— Se dijo para sí un tanto confundido al ver la tonalidad que adquirió el portal con el paso de Matthew —Mmmm. supongo que me habré equivocado con los colores y significan otra cosa— Añadió y continuó con su camino.
Después del acceso, había diferentes pórticos secundarios a manera de túneles.
El último de la derecha era para los que habían obtenido el color amarillo. Enseguida del amarillo seguía el azul, al centro el color verde, el penúltimo era el morado y al otro extremo, al final, el rojo, en total había cinco diferentes accesos.
Sergio ingreso en el que le correspondía. Avanzó por un largo y oscuro túnel carente de iluminación alguna.
—Esto se siente medio macabro— Se dijo a sí mismo mientras avanzaba lo más rápido posible para salir cuanto antes del túnel.
Un par de minutos más tarde salió del oscuro pasadizo llegando a un gran salón de muchísimos pisos de altura y de base.
Hacia abajo había por lo menos otros diez niveles, y por encima también, diez niveles por lo menos. Cada uno de estos estaba repleto de asientos y butacas.
El salón era una especie de auditorio dispuesto de manera ovoidea, similar a un balón de futbol americano, amplio en el centro y angosto en los extremos superior o inferior, según fuese subiendo o bajando. No tenía esquinas ni bordes, básicamente era un cilindro con asientos en las paredes del mismo, y el centro, vacío a manera de escenario.
—Por favor, pase a ocupar una plaza de este lado— Dijo un guardia que se encontraba en el interior del extraño auditorio.
—¿Dónde?— Preguntó Sergio dudoso.
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Visitante
Science Fiction¿De dónde proviene el hombre? ¿Hacia dónde vamos? ¿Cual es nuestro propósito en la vida? ¿En realidad tenemos uno? Estos, y otros planteamientos universales son abordados y respondidos al interior de este relato de ciencia ficción; la crónica de una...