Después de ascender unos cien o ciento veinte escalones llegaron a un descanso. Ahí, el puente se reconfiguró en una especie de rampa con inclinación de unos cuarenta grados.
—Bueno, por lo menos ya no hay más escalones —Expresó Sergio exhalando fuertemente, mostrando su evidente falta de condición física.
—Je, je, je —Uan se rió de el —Andando, aún nos falta camino por recorrer.
Avanzaron por la cuveada rampa y, tres descansos más tarde, es decir unos doscientos escalones más, por fin, llegaron al lugar que Uan tenia preparado para ellos.
—Mira Sergio, aquí también tenemos nuestro "Mirador" —Dijo sonrientey complacido.
—Sí —Contestó el con la voz entrecortada y sin mucha fuerza debido al cansancio —Que bien... ahorita me asomo... ahí voy —Pujó.
Por fin, después de que recuperó el aliento, se acercó. La vista era sorprendente.
Observó como las aparentes nubes multicolor no sólo cubrían el suelo de Yutopya, sino además, se entremezclaban con la arquitectura del lugar, abrazando de manera envolvente algunas construcciones, mezclando los colores del entorno ofreciendo un colorido de atardecer perpetúo.
Los tonos que más destacaban eran el coral, rosa pálido, así como el color salmón. Era una paleta de colores de ensueño y fantasía.
Más allá del horizonte, donde la vista se fundía con la oscuridad del espacio sideral, se apreciaban también discretos destellos de tonalidades doradas y cobrizas.
Brillaban desde la distancia y atravesaban las nubes iluminando las construcciones de manera majestuosa y divina, aquello era como estar observando el olimpo de manera directa.
Los matices eran sublimes y hermosos, propios de la más bella obra impresionista, ni Monet habría podido concebir algo igual ni en un millón de intentos.
Una postal maravillosa que regocijaba los sentidos y, que a la vez, estaba muy por encima del entendimiento humano y la razón limitada del hombre.
—¿Hermoso verdad? —Preguntó Uan-Zher orgulloso de su mundo.
—¡Si! ¡Mucho! Está bien ching... —Se detuvo y recapacitó su respuesta —bien hermoso je, je, je.
—No te limites, no puedes llegar a ofenderme por una mera expresión coloquial de tu mundo. —Dijo Uan para inspirarle confianza, después añadió —Sí, es hermoso, pero el propósito de estar aquí es otro.
—¿Ah si? ¿Cuál es? —Preguntó curioso.
—Que observes, que mires abajo, no sólo la arquitectura, no nada más la belleza del paisaje, sino más allá —Dijo con tono entusiasta, motivándolo a realizar la tarea solicitada.
—Ok, lo haré —Contestó en tono pausado y dudoso —Pero... ¿Qué debo mirar exactamente? ¿Qué quieres que vea?
—No sé, tu hazlo y dime —Exclamó Uan de una forma por demás misteriosa y dotada de intriga.
Sergio comenzó a observar a detalle el paisaje tratando de ser lo más minucioso posible.
Tras pasar unos minutos absorto en la majestuosidad del mismo, por fin volteó la vista hacia abajo y comenzó a recorrer las calles y construcciones con un paneo lento y pausado.
No encontró nada que captará especialmente su atención, pero decidió continuar con la labor de vigía.
Tras recorrer de izquierda a derecha y viceversa, los mismos parajes una y otra vez, cambio de lugar.
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Visitante
Science Fiction¿De dónde proviene el hombre? ¿Hacia dónde vamos? ¿Cual es nuestro propósito en la vida? ¿En realidad tenemos uno? Estos, y otros planteamientos universales son abordados y respondidos al interior de este relato de ciencia ficción; la crónica de una...