43: Sospechas.

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—¡Nooo! —Gritó Sergio desaforadamente, al tiempo que se levantaba del suelo de la cocina de Veronika.

—Ya, ya tranquilo —se puso de rodillas y lo abrazó—, no pasa nada, aquí estoy. —dijo en un tono dulce y calmado, Sergio se tranquilizó.

—Disculpa... —dijo en un tono ya normal— No sé que me pasó, me maree, y tuve una serie de visio...

—No pasa nada, tranquilo, ya, ven —contestó ella interrumpiéndolo. Lo tomó de la mano para ayudarle a levantarse.

Jerry y Steph advirtieron lo sucedido tras escuchar el grito de Sergio y acudieron a la cocina para auxiliar a "Veri".

—¿"Todou" bueno? —preguntó Jerry en su descompuesto acento extranjero.

—Sí, todo bien, ¿verdad Sergio? —preguntó ella preocupada por su "novio" de esa noche.

—Sí, no pasa nada, un ligero mareo je, je. —expresó riendo y rascándose la base de la nuca para aminorar los nervios.

Steph fue a donde Veronika, puso su mano en el hombro y le mostró una sonrisa amable. Jerry se aproximó en torno a Sergio, y entre ambos transportaron los alimentos con destino al comedor; Veronika y Steph, harían lo propio con los vinos y cubiertos.

Ya en el comedor, se sentaron, cenaron, y todo transcurrió de la misma manera que en la visión que invadió el subconsciente de Sergio. La velada —salvo este incidente— fue perfecta para él y, tras despedir al último invitado de la noche, Sergio se quedó un momento más con el pretexto perfecto: ayudar a Veronika a limpiar.

—No tienes que hacer esto —dijo ella, aunque en realidad le gustaba que lo hiciera—, es decir, no somos "novios-novios" —Y apartó la mirada con pena.

—Lo sé —dijo él y decidió continuar—. Pero... ¿Por qué lo dijiste entonces? —preguntó.

—¿Yo? —y acomodó los últimos dos platos de porcelana en el lava-vajillas—. Tú fuiste el que dijo que éramos novios, ¿Ya se te olvidó? —se giró hacia él y replicó en un tono por demás coqueto.

—¡Ah si! —recordó que la otra visión no era la de "ésta realidad" y trató de corregir— ¿Y por qué no me desmentiste?

—Pues... —tomó su copa de vino, dio unos pasos en dirección de Sergio y dijo—: Por que quizá no me desagrade la idea. —y lo miró fijamente mientras se relamía el labio inferior tras dar un pequeño sorbo a su copa.

Sergio solo paso saliva de manera nerviosa y se quedó estupefacto contemplando este acto, hipnotizado por los carnosos labios de ella pintados en un suculento rojo carmesí y humectados por el embriagante elixir liquido.

—Pero... No te preocupes —dijo ella rompiendo el trance de Sergio—. Fue solo para librarme de la presión de mis amigos. —y se giró, dio la espalda a Sergio y se dispuso a limpiar un poco la barrita de la cocina con una franela.

—¿Cómo? —reaccionó él de manera tardía tras despertar de sus fantasías mentales con Veronika—, ¿Qué tienen que ver tus amigos en todo esto?

—Siempre me molestan con sus cosas de "¿Para cuando un novio?" "¿No será que eres «tortilla»?"... Cosas así.

—¡¿Tortilla?! ¡¿Neta!? —preguntó él, y ambos se soltaron a reír a carcajadas.

Después, solo se miraron fijamente y se quedaron ahí, contemplándose por unos instantes, perdidos el uno en la mirada del otro.

El silencio pronto pasó de ser sutil a incómodo, ambos volvieron la vista hacia otro lado y decidieron suprimir la emoción experimentada en ese momento.

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