20: Huéspedes

94 21 5
                                    


Una vez que Sergio logró estar fuera del auditorio, Uan-Zher lo abordó:

—¿Cómo te fue?—Preguntó Uan esbozando una discreta sonrisa.

—Pues... fue un poco raro al principio... pero creó que al final bastante bien— Respondió Sergio de forma reservada.

—Muy bien.

—¿Qué sigue?— Preguntó impaciente.

—Acompañame— Uan dio media vuelta, y comenzó a caminar.

Junto con los otros, atravesaron una gran puerta, parecía un portón, por las dimensiones solamente, ya que su aspecto era demasiado futurista.

Tras caminar algunos minutos llegaron a un puente tubular, muy amplio y de aspecto cristalino, el cuál les permitía ver el espacio exterior desde cualquier ángulo.

Mientras lo atravesaban, Sergio no pudo evitar sentir un ligero vértigo ante el sorprendente paisaje interestelar, —"No seas tonto, no pasa nada, todo esta cerrado"— Se dijo para sí una y otra vez, y prefirió evitar voltear hacia los costados y fijó la vista al frente y arriba para evitar sentirse mareado de nuevo.

Una vez que terminaron de atravesar el puente se postraron delante de otro gran "portón" de estilo futurista, se abrió, y los recibieron con un afectuoso saludo por parte de un ser larguirucho, completamente calvo, de piel color cobriza, humectada, muy similar a la de un anfibio...

—¡Hola a todos! ¡Bienvenidos! Soy Uri-Yri, y yo, seré su guía— Dijo sonriente y jovial, muy al estilo de los vendedores de tiempo compartido que hay en la Tierra... a lo mejor de aquí se copiaron, o Uri-Yri se copió de ellos... bueno eso no importa, mejor continuemos con lo verdaderamente relevante del relato... después añadió:

—Esté será su lugar de descanso y relajación previo a su siguiente destino— Mencionó.

—¡Disculpe!— Interrumpió la charla uno de los "elegidos" —¿Cuánto tiempo será eso?

—No mucho— Respondió Uri de manera relajada —Tal vez solo algunos días— Añadió tranquilo.

—¿"Tal vez"?... ¿"Solo algunos días"?— Se dijo Sergio para sí —Tanta ambigüedad no me gusta— Pensó.

—¡Oh! ¿De casualidad sabe cuanto es "algunos" días?— Preguntó otro elegido.

—Eso depende de la distancia de su destino— Contestó con ambigüedad, reflexionó un poco y continuó en tono amigable tratando de aligerar sus dudas y ganar su confianza —¡Pero descuiden! ¡Serán bien atendidos!

La respuesta no fue del todo satisfactoria, sin embargo, los guías de cada uno de ellos les convencieron de que todo era parte de un protocolo de viaje de rutina.

Debían preparar los módulos —las esferas en las que llegaron— con las coordenadas necesarias, y la energía suficiente, para el viaje a realizar posteriormente.

Una vez que todo estuvo en calma de nuevo, se dispusieron a ingresar en la habitación de gran tamaño.

Aquel lugar era como una especie de bóveda de banco —pero a una escala superior— con numerosos compartimientos que parecían estar cubiertos por una suerte de pequeños portones de cochera, pero con una especie de ventana traslúcida rectangular dispuesta de manera horizontal justo al centro de cada una de las portezuelas en mención.

VisitanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora