—¡Sergio!... ¡Sergio! —retumbaba una voz como eco de caracola al interior del subconsciente de este— ¿Me escuchas?... ¡Háblame!
—Te escucho, ¿Qué pasa? ¿Cómo llegué aquí? —exclamó Sergio al realizar un paneo alrededor suyo, se encontraba en el mirador de Yutopya— ¿Puedes explicármelo Uan?
—Tu cuerpo sigue en Santiago, yo te traje aquí a través de la Quinta-D, tenemos poco tiempo.
—¿Qué pasó? ¿Voy a morir? —cuestionó intranquilo.
—Todos morimos constantemente Sergio, tú moriste a tu vieja vida y renaciste en una nueva —declaró con suma filosofía en sus palabras.
—Uan, no empieces, ¡Sabes a lo que me refiero!
—Entiendo —asintió y guardó silencio un momento—, eso no depende de mí, pero sin duda has cambiado la historia, tu historia.
—¿Eso qué significa? —todo quedó en un profundo silencio— ¿Uan?... ¿Uan?
Gradualmente el eco se distanciaba hasta perderse por completo; el paisaje del mirador de Yutopya fue desvaneciéndose paulatinamente hasta fundirse en una gran masa oscura, después todo se volvió negro. Sergio abandonó la Quinta-D, y su esencia retornó de nuevo a su cuerpo.
Parpadeos discretos, y de ritmo irregular, fueron realizados por Sergio. La incandescente iluminación blanca de la habitación era cegadora para él. Tras continuar pestañeando un par de minutos más, sus ojos se acoplaron a la luz del entorno. Realizó un paneo lento para reconocer el ambiente. Se supo acostado, y distinguió la inconfundible bata blanca, la rigidez de la cama, la mesita con ruedas, y entendió, que estaba en un cuarto de hospital.
Quiso incorporarse, pero un fuerte dolor en su costado derecho le impidió hacerlo.
—Tranquilo Sergio, no te esfuerces —exclamó Veronika levantándose de su silla para acercarse a él—, estas débil, necesitas reposo —y acaricio su cabello peinándolo hacia atrás con los dedos.
—¿Qué pasó? —cuestionó todavía aturdido por los recientes eventos.
—Pasó... ¡que me salvaste la vida! —y besó su mejilla con suma ternura—, no sé como lo hiciste, pero por ti es que aún respiro.
—¿Y qué pasó con el sujeto del arma... el... Andino? —hizo una pausa— ¿Y Tadeo?
—Lamentablemente el Andino logró escapar, y Tadeo... fue arrestado tras comprobar los nexos con este criminal. Será extraditado, solo que aún no se sabe si a México o a Estados Unidos, ambos gobiernos buscan su cabeza —declaró ella muy seria al respecto—, ¿Cómo te sientes?
—Mal, me duele mucho —exclamó con suma tristeza en la mirada evadiendo el rostro de ella.
—Imagino, recibiste un impacto de un calibre cuarenta y cinco, de milagro no afectó órganos importantes por que... —no pudo terminar de decir, Sergio interrumpió.
—No me refiero a eso, Veronika... O mejor dicho, Kurnova —expresó con reclamo—, ya no sé que me duele más, si la bala o el haber sido utilizado como un idiota para que lograras tu objetivo... ¿El fin justifica los medios? ¿no? —y lagrimas recorrieron su rostro devastado por el engaño sufrido.
—Ay Sergio —dijo cabizbaja y en un tono bajo, como un susurro ahogado—, si tan solo me dejaras explicarte —secó las lagrimas del rostro de él.
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Visitante
Science Fiction¿De dónde proviene el hombre? ¿Hacia dónde vamos? ¿Cual es nuestro propósito en la vida? ¿En realidad tenemos uno? Estos, y otros planteamientos universales son abordados y respondidos al interior de este relato de ciencia ficción; la crónica de una...