Las ventanas ocultas del alma II

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Al inscribirme me tropecé con una chica de mi edad, era: morena, chaparrita, de cabello largo y abundante color negro azabache y unos intensos ojos de color marrón oscuro. Aunque tropezarme con ella me molestó, al mirarla fijamente a los ojos me di cuenta que ella también estaba sufriendo, porque como dicen por ahí: "Los ojos son el espejo del alma". No cruzamos palabra alguna, pero se sintió extraño.

El primer día de clases, entro sin ningún tipo de interés en los que me rodean y me siento en la última parte. Notó que en el asiento de al lado se encuentra la chica con la que me había tropezado, tiene puesto los audífonos así que aprovecho para detallarla más a fondo: lleva unos jeans ajustados, una blusa negra y unos converse del mismo color de la camisa. No esta maquillada (a mi nunca me ha llamado la atención que las chicas se maquillen), tiene un lunar en su labio inferior. De un momento a otro ella voltea y también me mira, duramos en este constraste por más de 5 minutos, hasta que me decidí en hablar.

-Hola, ¿cómo te llamas?

-se quita los audífonos- ¿Disculpa? -pregunta con una dulce y chillona voz.

-¿Cómo te llamas?

-Mi nombre es Anna.

-Disculpa que te estaba viendo de esa manera, es que estabas escuchando música y recordé que nos tropezamos el día de la inscripción.

-Sí, ya te recuerdo, ¿cómo te llamas?

-Andrea.

-Un gusto en conocerte Andrea. Te digo un secreto.

-Claro.

-Quisiera escaparme de aquí.

-¿En qué estás pensando? (pero si a mí no me importan los estudios) ¿te digo un secreto también? 

-Cuéntamelo.

-Yo me largo -diciendo esto me levanto colocándome mi bolso y saliendo de la misma forma que entre.

Seguí caminando y me sentía bien, atrevida, loca... alegre. No había caminado mucho cuando Anna se me unió.

-¡Sorprendente! Me encanta como eres, ¿a dónde vamos?

-No lo sé.

-Supongo que nada es pefecto -toma mi mano- vamos a ser locas juntas.

-Está bien.

Anna y yo fuimos al estacionamiento de la uni en el cual nos subimos a una camioneta de color vinotinto.

-Es muy bonita, ¿es tuya?

-¡Claro que no! Es de mi hermano mayor, pero ni notará que salió -la enciende- ¿estás lista para una aventura?

-¡Sí!

Ese día fuimos a diversos lugares, fuimos a tomar café y nos comimos 2 cachitos, luego paseamos por un centro comercial y nos robamos algunas prendas, para finalizar pasamos por la fuente que hay en Plaza Venezuela y nos tomamos infinidades de fotos en cada uno de nuestros destinos, por último pasamos por una gasolinera para dejarle el tanque lleno al hermano de Anna y regresar a la universidad.

*En la gasolinera*

-Eres divertida Anna, ¿te puedo preguntar algo?

-Lo que quieras.

-¿Por qué estás sufriendo?

-se quedo callada y bajo la cara-

-No quise incomodarte, lo siento.

De regreso a la universidad íbamos en completo silencio, Anna no me habló después que le pregunté eso. Al llegar, su hermano estaba esperando en su lugar de estacionarse, al darse cuenta de que su hermanita se había llevado su auto le reclamó de una forma escandalosa a Anna y ella no dijo ni una palabra.

-¿En qué estabas pensando? ¡En tu primer día de clases! -me mira- ¡¿y te llevaste a otra estudiante contigo?! -se acerca hacia donde estoy- ¿qué te hizo mi hermana para que se fuera contigo?

-N-no me hizo nada, yo fui la que la saqué del salón y una cosa llevo a la otra.

-sorprendido- Deberías irte a casa.

-¿Anna estará bien?

-Anna estalla en llanto y cae de rodillas- ¡Fue mi culpa! ¡Perdón! Yo no quiero vivir así... perdón...

-corro hacia ella y al verla me recuerda a mí misma frente al espejo cubierta de sangre- ¡Sé fuerte! -la abrazo- no importa lo que hayas hecho, tienes que ser fuerte.

-ella duda, pero me devuelve el abrazo- Soy una mala persona, deberías alejarte de mí.

-¡No! ¡Seré tu mejor amiga! Entiendo tu dolor, sé que estás sufriendo desde hace tiempo... al igual que yo.

Visualicé a Anna como esa pre-adolescente de hace 4 años, de cierta forma me estaba ayudando a mí misma, Jasper nos dijo que subieramos al auto, yo me fui en el asiento de atrás junto a Anna, seguí abrazándola hasta que llegamos a su casa, allí ella se bajó y antes de entrar me brindó una sonrisa "Seré fuerte" -dijo.

Jasper insistió en llevarme a casa, así que nos pusimos en camino, vivía a 30 minutos de su casa, y cuando ya íbamos por la mitad él me dijo algo que nunca olvidaré.

-Gracias por salvar a mi hermana.

-¿Salvarla? -pregunté confundida.

-Sí... hace mucho que no lloraba de esa manera... desde esa noche mi hermana no volvió a ser la misma, sufrió un cambio drástico. No la volví a ver sonreír como hizo hoy. Gracias.

-Creo que de cierta manera ambas nos salvamos.

-Siento mucho que me vieras en ese estado, pero aunque ella no lo crea, me preocupa que le ocurra algo malo.

-Eso es normal en los hermanos. Sé lo que es.

-Me gustaría que siguieras hablando con Anna, la has sacado de esa prisión en la que ella mismo se encerró y ha olvidado cómo salir.

-Te lo prometo.

Me dejo en mi casa y por primera vez no sentía un sentimiento desgarrante en mi corazón, me sentía como El Grinch cuando su corazón sintió por primera vez el amor; me sentía viva otra vez. Desde ese momento nos volvimos un dúo inseparable, pero ya no nos saltabamos las clases (seguido) porque su hermano nos mantuvo vigiladas por un tiempo, pero después de esa escena, estábamos prácticamente todo el tiempo juntas. Han pasado 8 meses desde que nos hicimos amigas y le he dicho que se venga a "vivir" conmigo, ella accedió gustosamente y con el permiso de sus padres la hemos pasado ¡súper!

Pero aún sigo guardando mi secreto... no he sido capaz de contarselo. A pesar de todo, sigo teniendo miedo...

¿Será capaz de decirle su secreto a Anna? ¿Logrará superar su miedo? ¿Tendrá el valor de ella salir de su prisión?



Adorable Maldición(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora