Adorable Maldición(Terminada)

La exigencia de la excelencia

En este capítulo solamente me quise enfocar en Jasper y en Susan, el camino de su vida, sus sentimientos y frustraciones, hasta sus más oscuros secretos, espero que les guste queridos lectores. No olvides dejar tu estrella si te han gustado un montón y los comentarios siempre los leo y respondo, no te cohíbas.

¡Ufs! Los meses han pasado como si de días se tratara, estamos en el mes de marzo y han ocurrido muchas cosas desde enero, Jasper se le declaro a Andrea y son novios desde el 18 de enero, ha sido complicado para ellos fingir que son solo amigos en la universidad, sobre todo para Andrea que no soporta los celos cuando las compañeras de clases de Jasper se le acercan y esto ha provocado serias discusiones entre ellos. Susan y yo hemos mejorado en nuestra interacción, llegamos a un acuerdo en el que ninguna de las dos nos ofenderíamos y ha funcionado. Con respecto a Benjamín (Wilson) aún no me ha disculpado, me habla y pasa tiempo conmigo pero siempre me deja en claro que aún no soy su amiga, siento que esta jugando conmigo. William sigue acercándose a mí y eso ocasiona que Ben se moleste conmigo, sigue con la idea de que me gusta pero no es así, además, él tiene novia y yo respeto eso.

Narra Jasper

Abro los ojos y miro el reloj, son las 2:30 am. Nuevamente el insomnio me esta atacando, me levanto y deambulo por mi alcoba, salgo y voy a la habitación de mis hermanas que ya no viven con nosotros, las extraño inmensamente pero sé que están bien y que son felices, además, nos vienen a visitar en los días festivos y en vacaciones, no me puedo quejar. Entro a la habitación de mi hermana más pequeña: Anna. Ella ha sufrido mucho desde que mato a nuestra madre, su corazón se ha cerrado y con el sus sentimientos, duro así hasta que conoció a una linda chica la cual es mi amor prohibido e hizo que saliera de su encierro y desde entonces se han ayudado entre sí a superar los eventos que las han vuelto frías.

Tuve que convertirme en el apoyo de mis hermanas aún cuando yo estaba roto por dentro, la pequeña Anna se mantuvo encerrada en su cuarto por un mes después de que la encontramos en esa escena tan desagradable, ella no quería hablarle a nadie y me costo acercármele, sus transformaciones eran cada vez más seguidas y estaba totalmente fuera de control. Mi padre llego a pensar que debíamos meterla en un internado, yo me opuse rotundamente a esa decisión, sabía que mi hermana necesitaba era que le dijeran que mamá de seguro no estaba molesta con ella, que la seguía amando y su familia también.

Aunque logré sacarla de su habitación, mi hermana no era la misma, ya no la veía reír o hablar, parecía un cascarón vacío. Fui fuerte para ella y por ella, sé que se hacía la fuerte porque eso le había pedido mamá, pero no podía seguir suprimiendo lo que sentía, al hacerse amiga de la humana ella logro lo que yo no había podido en todo ese tiempo: que mi hermana se desahogara.

Bueno, ya no hablaré más de mi hermana, sino de mi vida, si es que se le puede decir así. Desde que empecé los estudios quise ser el mejor de mi clase, quería que mis padres se sintieran orgullosos de mí, pero ser el mejor de la clase no es para nada sencillo.

Cuando tienes 300 años, es extraño que las cosas y hasta las personas te sorprendan pero yo soy mucho más emotivo que Anna, decidí no encerrarme y seguir disfrutando de lo que me tenía reparado el destino. En todos nuestros hogares tenía un "imán" con las chicas, no era necesario que yo las buscara porque ellas venían a mí, jugué por un tiempo con ellas pero nunca me enamoré realmente, dejé de hacerlo una noche que una simple humana me explico su sentir, su nombre era Raquel.

Nos encontramos en el techo de mi casa –tenía 200 años- bebiendo alcohol y mi linda chica quiere ponerse más ardiente.

-Edgard, ¿por qué no entramos a tu cuarto?