Corriendo hacia el mañana

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¿Ahora qué hago? Mi familia esta rota, no sabemos cómo reaccionar y nos hemos convertido en unos robots que domina la rutina, viviendo cada vez más como humanos y no como lobos, los vampiros merecen morir por lo que han hecho, por lo que han provocado pero ¿nosotros habremos hecho lo mismo? Los matamos, los perseguimos, los rechazamos. Creo que no somos tan diferentes después de todo.

Andrea al regresar de su viaje me contó muchas cosas, no ha cambiado en nada: alegre, bromista y terca. Debería dejar todo como esta, ya no más venganza, cada vez que lo hago algo en mí se oscurece, no vuelvo a ser igual. Seré una chica normal, no haré caso a lo que digan, viviré feliz con mi familia y me aseguraré que mi presencia sea beneficiosa para ellos.

De seguro esta decisión los sorprenderá, pero no tengo ánimos para seguir luchando conmigo misma, todo el odio que me tengo lo exteriorizo hacia ellos y por eso soy tan cruel, debo perdonarme y seguir adelante, mi madre habría querido eso. Pasan los meses y lo hemos pasado muy bien, me gusta entrenar con Andrea y ayudar a Jasper con asuntos del Concejo, todo es muy interesante hasta que un inesperado visitante llega a nuestra puerta.

Domingo, levantarse tarde y quejarse porque mañana es lunes, me parezco a Garfield. A mediodía cuando estoy en el jardín del frente quitando la maleza, tocan la puerta y salgo al encuentro de quien llama.

-abro la puerta- Hola, ¿qué necesita?

-Estoy buscando a una señorita llamada Annastasia.

-Disculpa. Pero aquí no se encuentra nadie con ese nombre.

No podía decir que era yo, no sé quién sea y de dónde venga, es tan incómodo no poder decir quien eres...

-Sé que tú eres ella.

Eso me había puesto en alerta ya no le hablaba con delicadeza o ternura, usaba un tono frío y sombrío.

-¿Quién eres tú?

-Mi nombre es Eduard, estoy tan feliz de por fin haberte encontrado –me abraza- te he buscado por todas partes y justamente te vi ayer en un centro comercial y te seguí hasta aquí, no tuve el valor de hablarte pero hoy me dije a mí mismo que debía lograrlo.

Veo al chico desconcertada, no sé quién es pero siento algo familiar en él, se parece a alguien pero no lo recuerdo...

-Anna –dice Jasper desde adentro- ¿con quién hablas?

-Necesito ayuda aquí, hermano.

Jasper aparece rápidamente a mi lado y se queda igual de confundido que yo al ver que el chico me esta abrazando.

-Sabe mi nombre, Jasper... mi verdadero nombre.

-¿Quién eres? –Pregunta Jasper separándome del chico- ¿De dónde vienes?

- El chico se aparta de mí y observa unos segundos a Jasper- Soy su hijo –dice con voz firme.

-¡¿QUÉ?! ¿Cómo es eso posible? Si yo no...

-Tú no Annastasia, me refiero a él –señala a Jasper.

-¿Yo? No estamos para bromas de mal gusto, vete antes de que te obligue.

-Mi madre dijo que te costaría aceptarlo, escribió una carta para que supieras que digo la verdad.

-miro a Jasper y luego a Eduard- entra, resolveremos esto dentro de la casa.

Al entrar el ambiente se ha puesto incómodo, es complicado pensar en tan solo la posibilidad que Jasper tiene un hijo. Nos sentamos y Eduard le da un sobre a Jasper.

-Allí se encuentran las pruebas junto con la carta.

-Jasper saca de ella una carta que esta en un papel amarillento y lo lee-

Adorable Maldición(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora