Adorable Maldición(Terminada)

Unión de los clanes

¡Estoy de vuelta! Y he cumplido con mi promesa, han pasado ya 7 años y tengo una hermosa sobrina que lleva por nombre Diana; Eduard es el mejor hermano mayor pero sigue sin aceptar el arrepentimiento de Andrea, los domingos él y Jasper juegan al béisbol y lo ayuda en sus deberes para que en la noche pueda ocuparse tranquilamente de los asuntos del Concejo, mi relación con el Concejo también ha mejorado satisfactoriamente, ya no recuerdo lo que era o lo que fui, sólo sé quién soy ahora y me alegra serlo. Mis hermanas al recibir la información sobre Eduard enseguida vinieron a verlo, les sorprendió, pero como era de esperarse lo aceptaron fácilmente, jugo con sus primos y conoció un poco más a sus primas, estaban muy emocionadas por poder llevárselo en las vacaciones pero Jasper no se quería separar de él así que tuve que llevármelo sin que él supiera, ¡es tan sobreprotector!

Mi querido sobrino como todos en la etapa de la adolescencia se ha enamorado y lo sé porque he fisgoneado en sus cosas, no pude evitar leer esas cartas que rebosaban amor, además, como una buena tía debo asegurarme que no sea un idiota con la chica y que no se le escape nuestro secreto por ser presa de la pasión. Al regresar de la universidad nos da la noticia que la mayoría se imaginaba pero que no esperaba que saliera de la boca de él.

En la cena.

-Tengo que decirles una cosa.

-¿Qué es hijo?

-Quiero que conozcan a mi novia, quiero traerla, sé que por no ser loba y todo eso no debe ser, pero realmente la amo.

-¿Novia? Te he dicho que no puedes tener relaciones afectivas con los humanos.

-Lo sé pero no pude resistirme.

-He escuchado eso antes, justamente esta comiendo también en esta mesa. No te preocupes –le digo- cualquier cosa la muerdes y será la próxima señora de la casa.

-No es chistoso Anna –dice Andrea- pero en fin, debes saber que es un tema delicado.

-Lo sé, no tengo 17 años realmente Andrea.

-Eduard, no le digas así.

-Perdón, señora Andrea. Quiero traerla el fin de semana para que se quede aquí, obviamente ella se quedaría en una habitación aparte.

-No lo sé Eduard, los ruidos provenientes de la habitación de tu padre podrían asustarla.

-¡Anna!

-Es la verdad, sé que somos animales, tenemos ese instinto, pero ustedes exageraron, ¿creían que no los escuchaba? ¿Quién no los escucharía?

-Esperaba que este fin de semana no tuvieran ese tipo de encuentros, sobre todo porque quiero que se duerma con total paz y no se sienta incomoda por sus cosas.

-¿Qué cosas? –Pregunta Diana que hasta ahora había estado luchando con su filete- ¿De qué hablan?

-Nada pequeña, ven que te ayudo a cortar tu filete.

-No mamá, quiero que lo haga mi hermano.

-Eduard se levanta y corta el filete de Diana en unos trozos aceptables para su mandíbula- aquí tienes, pero debes aprender a hacerlo tú sola.

-Gracias Ed, yo quiero conocer a tu novia, pero ¿qué ruido hacen papá y mamá?

-Crece un poco más, te lo diré cuando lo hagas.

-Eso no es justo –cruza sus brazos como toda niña malcriada- malo.

-Así son las cosas, vendré con ella el viernes y se irá el lunes. Me gustaría que nos fuera a buscar a su casa tía, ya que mi papá no me quiere dejar conducir aún.