Capítulo 6

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Key suspiró mientras observaba las fotografías. El sol entraba por el ventanal del ático, ella ya había tenido que aplicar dos veces protector en sus piernas y la vista comenzaba a cansársele por el esfuerzo. Sabía que sus lentes estaban en alguna parte, pero tras lo sucedido la noche anterior ni siquiera quería considerarlo.

Las palabras de Peter no dejaban de repetirse en su cabeza. Personas como ella. ¿Y qué si su puntería no era perfecta? La Agencia no le había regalado nada. Ella misma había entrenado por años para conseguir su puesto, y aun así no dejaba de ser un simple agente de campo como cualquier otro. Nadie estaba siendo bondadoso con ella.

Ahora tan solo tenía una fotografía en pésima calidad, la pantalla de su móvil quebrada, y la sensación que nadie compartiría nada con ella respecto a la mano. No podía comprarse uno nuevo, la Agencia tampoco le daría otro alegando que no lo necesitaba al no estar en servicio.

Se puso de pie y marcó sobre el mapa todos los pliegues que conocía. Los cuerpos habían sido encontrados en proximidades a sus entradas. El asesino tenía que estar usándolos para deshacerse de ellos y huir sin inconvenientes. Algunos tenían salidas capaces de dejarte en otro estado, y aunque Key aprovechaba esos para que la ida y vuelta al teatro fuera una caminata de unas pocas calles, estaba segura que un criminal lo encontraría más provechoso.

Tenía que hablar con Seito. E insistir con esos hechos a la Agencia. Inocentes estaban muriendo. ¿Entonces qué era tan difícil de ver para los demás?

Cogió su segundo juego de instantáneas y bajó corriendo los escalones hasta llegar a la planta principal. La sala olía a huevos. Podía escuchar el zumbido de la sartén. Se dijo que no era culpa de Nix, él solo estaba actuando de buena voluntad, incluso cuando debió haber abierto las ventanas para evitar eso.

Se acercó hasta la cocina para ver lo que estaba sucediendo. Para su sorpresa, el brujo era mucho más limpio y organizado de lo que hubiera esperado. Nada parecía fuera de lugar, más que los huevos revueltos sobre la sartén y la espátula que estaba usando para ellos.

—Eso es muy poco —comentó Key acercándose—. Pip está en crecimiento, necesita proteínas. Anton se enfada fácil, y si eso pasa no saldrá de su habitación durante el resto del día, así que debes alimentarlo todo lo que sea posible durante el desayuno. Y yo entreno bastante seguido, la buena alimentación es fundamental para mantener mi rendimiento.

—¿No racionan aquí? —preguntó Nix mirándola.

—¿Cuántos huevos pusiste allí?

—Uno.

—Compro huevos todas las semanas. Este mundo está lleno de desigualdades, has sido afortunado y aparecido en un lugar donde no escasea comida —Key sacó media docena de la heladera y se la entregó—. Mientras yo tenga trabajo, no faltará nada en esta casa que ayude al desarrollo del cuerpo y la mente. No escatimes cuando te toque preparar el desayuno.

Prefirió no preguntar qué clase de presente haría que alguien considerara adecuado un huevo para cuatro. Había llegado demasiado tarde en la noche para encontrar a Nix durmiendo, pero ahora que se había cortado el cabello podía ver en detalle el lugar en que sus pómulos se hundían, y cuánto se marcaban los huesos de su clavícula. Había algo duro y delicado a la vez en esos detalles, como si las penurias hubieran forjado a alguien resistente también.

—Lindo corte —ella le sonrió con honestidad.

—Había un brujo cerca de aquí, y...

—Taw es un buen estilista. Tocaste mi agenda —Nix no respondió ante esas palabras—. No tengo problema en que lo hagas, pero me gusta el orden. La próxima vez, vuélvela a dejar en donde la encontraste.

El ladrón de vidas (trilogía ladrones #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora