Capítulo 16

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La feria de sueños se sentía diferente esa noche, más distante, aunque Key sabía que era solo su percepción que había cambiado. Cada luna llena desde que había sabido de su existencia, había buscado la entrada, solo para mantener entrenado su instinto, aun cuando otros agentes podrían intentarlo toda la noche sin triunfo alguno. Y cada vez, se había deslizado dentro, solo para observar y aprender. Pero en esa ocasión, se sintió más extranjera que nunca.

Siempre había mirado a los brujos creyendo saber de qué huían y por qué se refugiaban en sitios así, nunca había imaginado que vendrían de un mundo donde las autoridades serían capaces de arrancarle sus ojos a un niño solo porque sus padres eran adúlteros o hermanos se traicionarían entre ellos por unas migajas de comida. Jamás podría imaginar un lugar así.

Solía mantenerse a un lado, solo deambular por los distintos senderos para supervisar que no hubiera ninguna transacción ilegal y luego pasar las horas como tiempo de monitoreo. Solía reunirse con sus empleadores allí meses atrás, cuando la licencia la había obligado a tomar trabajos como encontrar el gato perdido de alguien antes que los brujos decidieran dejar de contratarla. Y sabía que ese era el único sitio donde podría siempre encontrar a Seito de buscarlo.

Esa vez, al momento de detenerse a observar los puestos, no lo hizo en busca de objetos ilegales. Nunca le había interesado del modo más remoto cualquier cosa relacionado con los brujos, aun ahora seguían sin provocarle el más mínimo interés. Supuso que así era como Gia debía sentirse hacia otros. Pero necesitaba saber. Muchas veces, era necesario estudiar cosas que no le apasionaban a uno.

La mayoría de los agentes tampoco se interesaban en tales cosas, los pocos que se atrevían a hacerlo y reconocerlo... Bueno, Derek había sido catalogado como un loco por eso. Y para detenerlo, entonces ella también tendría que hacerlo. Intentó entender un poco de la fascinación que él había tenido por esas cosas, aun cuando no le causaba el más mínimo cosquilleo en su mente.

Casi deseó que Nix la hubiera acompañado. Él tenía un modo de hablar, siempre soltando las cosas a medias, que lograba que ella deseara saber más, solo para no quedarse con la incógnita. Pero Key ni siquiera le había mencionado lo que planeaba hacer, y había una razón por la que él prefería no salir de casa a menos que fuera inevitable.

Se contuvo de mencionar que la venta de gemas en polvo estaba prohibida de no estar reglamentada por la Agencia al momento de ingresar a una tienda. ¿Era así cómo Nana pasaba sus días? Ella no podía simplemente olvidarse de la interminable lista de leyes en su cabeza.

—¿Puedo ayudarte en algo, ramy?

Fingió no haber notado las bolsas con polvos de colores cerca del mostrador. Odiaba esas cosas. Todo dentro de ella le estaba pidiendo que tomara su rol de agente, confiscara la mercancía y amenazara con una denuncia para que no se repitiera. ¿Cómo alguien podía ignorar esas ilegalidades? ¿Cómo Derek había sido capaz de mezclarse?

—Solo estoy mirando.

El brujo no respondió, pero tampoco le quitó su desconfiada mirada de encima. Key le dio la espalda mientras se fijaba en los distintos objetos exhibidos en un muro. El peso de su estilete en la cintura se sentía reconfortante. No había pasado por alto a la anciana sentada en una esquina, haciendo nudos con un extraño patrón mientras sus largas uñas producían ruido al chocar entre sí. Su rostro tenía más arrugas que rasgos, y cuando murmuró algo en su lengua natal, el otro brujo le respondió por lo bajo.

Había cuchillos colgados junto a sus nombres escritos en un alfabeto extraño. Sabía que los brujos no eran de utilizar armas, ella solo podía pensar en un solo tipo de magia que implicaba derramar sangre. No era sorprendente entonces que nadie pareciera haber comprado uno en años. Tampoco se sintió de lo mejor al notar que los ojos que le devolvían la mirada en el reflejo de una hoja no eran los suyos, sino que unos más oscuros y rasgados que reconoció.

El ladrón de vidas (trilogía ladrones #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora