Capítulo 28

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No le sorprendió que Nana hubiera organizado que le avisaran apenas algún intruso se metiera al santuario que resultaba el pliegue del Mall. Lo que sí le sorprendió, fue no llegar más allá de la plaza principal. Tampoco esperó encontrar ya un cuerpo allí. Su corazón se encogió con culpa al considerar que, de haber llegado antes... No. No había tiempo para distracciones. Luego podría culparse por lo que no había logrado salvar.

Había intentado todo el camino convencer a Nana de quedarse detrás, pero como era usual, ella no la había escuchado. Siempre estaba presente para evaluar sus enfrentamientos. Y sin Nana en su casa, nadie había detenido a Anton de seguirlos, y en su defecto Pip. Key solo podía pensar en que no los deseaba cerca del peligro, y a la vez, ya los había dejado solos y eso no había terminado para nada bien.

Cogió su estilete y se adelantó, al menos podría estar segura que tendría un ojo sobre ellos y no dejaría que ningún mal les volviera a ocurrir. Reconoció a la bruja a un lado, observando con desagrado cómo Derek saqueaba el cuerpo del brujo seguramente en busca de algo que pudiera servir para sus oscuros fines. Su corazón se mantuvo estable ante la visión.

Sintió el frío en su sangre, su cuerpo preparándose para lo inevitable. Intentó ver el parecido entre Nix y su hermana, aunque lo cierto era que no había alguno, quizás tan solo compartieran madre. Tal vez su delgadez, aunque supuso que si habían convivido, ambos habrían sufrido la misma escasez de comida, excepto que Wess no lucía tan mal como Nix cuando lo había encontrado. ¿Él habría sido del tipo que cedería su comida a ella? ¿O ella del tipo que la acapararía sin pensar en el resto?

Nix pasó a su lado sin decir nada. Key siseó al sentir el ardor en su pierna y tocó su piel solo para encontrar sangre. Un corte superficial, pero lo suficiente para haberle sacado unas buenas gotas. Miró a Nix adelantándose para enfrentar a la bruja, la garra de metal en su mano. Por supuesto. Sin importar la situación, la sangre siempre sería sangre para él. ¿Y no le había pedido que si debía tomarla de alguien, fuera ella?

De niña, Key había llegado a desear un hermano, alguien que fuera su cómplice por toda su vida y que siempre estuviera allí para ella, alguien que de algún modo sabía jamás perdería. Sus padres le habían dicho que deseaban lo mismo, y que tan solo fuera paciente. Ella no se había atrevido a averiguar si su madre había estado embarazada al momento del accidente. Había visto la relación de Pip y Anton demostrar que lo que había imaginado era posible, pero Wess y Nix no podrían parecer más extraños entre ellos.

Ni siquiera se saludaron. Wess lanzó varias de sus dagas de hielo apenas lo vio, y él las hizo estrellarse contra el muro más cercano con un simple movimiento de mano. Aquellas que lo alcanzaron, se desintegraron enseguida al tocar su chaqueta. Sin daño alguno. Nix saltó sobre un edificio, alterando la gravedad para que el muro fuera su nuevo suelo mientras corría para evadir los ataques de Wess. Menos de un minuto, y ambos ya estaban peleando como si ansiaran matarse. Hielo y gravedad, agua y oscuridad. Nunca antes había visto algo así, y hubiera sido una impresionante demostración de poder presenciar, pero tenía sus propios asuntos de los cuales ocuparse.

—¡Derek! —gritó acortando la distancia hasta él—. Lo siento, pero tengo que detenerte por traición a la Agencia, aun si no es tu culpa.

—Tú eres la traidora —él se enderezó lentamente, sus frenéticos ojos mirando su estilete—. Una familia de traidores.

No lo escuchó. Solo pudo fijarse en la solitaria lágrima deslizándose por su mejilla. Él la conocía mejor que nadie, tal vez incluso mejor que Gia. Habían patrullado demasiadas veces juntos, entrenado, peleado, y Derek sabía lo que sus palabras en realidad significaban. Seguía siendo su amigo, y a la vez no.

No quería tener que enfrentarlo, pero no le quedaba opción, y no era tan ingenua de creer que podría salvarlo de otro modo. Ya dos veces había intentado razonar con él sin resultado alguno. Si aquello fuera una historia, ese sería el momento en donde ella encontraría alguna alternativa para romper el encanto y un humano vencería a la magia, pero no lo era, y Key solo pudo pedirle perdón por lo que debía hacer.

El ladrón de vidas (trilogía ladrones #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora