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- que haces aquí? - pregunto ella aun sin mirarlo.

- quería saber cómo estabas... saber de ti... te he buscado por todos lados, pero simplemente no aparecías. - le dijo en un susurro

Ella volvió la vista en su dirección y repentinamente se sintió incomoda, todas las personas de la cafetería comenzó a mirarla, de seguro porque no dejaba de llorar; se levanto bruscamente, fue a la caja, pago su café y regreso al lado de Woo Bin

- hablemos en otro lugar.

Salieron del local sin decir nada mas, ella comenzó a caminar y el la seguía de cerca, a unas tres cuadras de la cafetería se detuvo en un pequeño y lindo parque, tomo asiento en una de las bancas y él la imito.

-Por qué me buscaste ahora?

- te he extrañado desde el momento en que dejaste la mansión - le dijo

- no la deje, me expulsaron de ahí - replico en un susurro. él solo guardo silencio por esa acusación, después de todo era cierto

- siempre tuve el deseo de buscarte, pero hace solo dos años que obtuve el poder de hacer lo que quisiera, entre esas cosas, buscarte... sabes la falta que me has hecho. - le dijo serio, casi en tono de reproche.

- no tengo cabida en esa familia - esas palabras fueron un balde de agua fría para Woo Bin - no pertenecía ahí... no pertenezco a ese lugar... como podrías haberme extrañado - ella recordaba todo, eso era seguro.

Ella sabía que él no era el culpable, su hermano lo era todo para ella, pero desde que los separaron, solo había un hombre importante en su vida, el hombre que la cuido y la protegió cuando su propia padre la rechazo, el único hombre que ella reconocía bajo ese título, Oh Gi
Dong. Debía ser fuerte y resistir la tentación de abrazarlo para no dejarlo ir, ella debía ser fuerte, ya no quería salir lastimada, y aunque siempre extraño a Song Woo Bin, nunca se lo dijo a su padre por temor a ofenderlo, después de todo el dejo todo por darle la mejor vida posible. Pero ahora su pasado la había alcanzado y no tenía manera de escapar sin salir nuevamente lastimada.

- sabes la verdad detrás de esas palabras? - le pregunto él. Ella negó con la cabeza - nuestro padre te estaba protegiendo... - ella intervino

- tu padre - le aclaro - mi padre es Oh Gi Dong y eso no cambiara - dijo seria - no me interesa saber lo que él quería... quiero saber que haces tú aquí

- ya te lo dije, te extrañaba demasiado, y ahora que tengo el poder te he buscado y cómo puedes ver... dio resultado - le dio una breve sonrisa.

Guardaron silencio unos minutos, necesitaban asimilar las cosas, ella necesitaba asimilar el hecho de que su hermano estaba frente a ella y no tenía intenciones de dejarla sola. Y él
necesitaba comprobar que definitivamente su hermanita, la pequeña niña que alegraba sus
días estaba junto a él, y no permitiría que volviera a desaparecer de su vista.

- me odias? - pregunto de pronto, la opresión en su pecho no lo dejaba respirar, necesitaba saber, tomo una de sus manos entre las suyas - nos odias? - ella era su hermana, si ella lo odiaba... ya no podía esperar nada de nadie, sería el final de su mundo.

- no - sollozo ella - como podría... eres lo más bello que tengo en mi vida.... Como podría odiarte - respondió ella entre lágrimas mientras evitaba el contacto visual. Finalmente lo miro a los ojos y le susurro - yo... te extrañaba - con eso se arrojo a sus brazos, entregándose a la seguridad que solo un hermano mayor puede brindar, sintiéndose protegida, amada, apoyada, todo gracias a los fuertes brazos que la rodeaban después de años de separación.

En el salón de la F4 cinco jóvenes intentaban localizar al príncipe Song, tenían planes, pero el mafioso ya tenía una hora de retraso, algo que no era normal en él.

Giros del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora