―Entonces, ¿lo perdiste? ―Dylan suspiró mientras dejaba caer su cabeza en el espaldar de la silla. Jonathan por otra parte, mordió su labio inferior para evitar reír. Le causaba algo de gracia ver a su amigo de esa forma, sobre todo después del escándalo que había hecho ayer, solo por inscribirlo en el concurso. ―Bueno, ¿y qué más sabes de él? ―Dylan negó, le había contado todo a su mejor amigo. ―Veamos, algo se me ocurrirá. Dijiste que estudia fotografía, ¿verdad? ―él asintió. ―Bien, por aquí no hay muchas universidades que den fotografía, ¿qué te parece si investigamos?
―¿Investigar? ¿Cómo? ―Dylan observó a su amigo con el ceño fruncido. Jonathan se levantó de su asiento y con un déjamelo a mí, se despidió del moreno que se encontraba bastante confundido aun en su puesto. ―¿Qué idea descabellada se te ocurrió, Jonathan Blake? ―dijo para sí, mientras volvía a su posición anterior.
Dylan cerró sus ojos mientras suspiraba. Aún se mantenía sorprendido por la situación. No podía imaginarse a sí mismo pensando en otra persona que no fuera su ex y allí se encontraba, pensando en un desconocido que tan solo había conocido por diez minutos, lo cual lo llevaba a considerarse alguien bastante extraño por como actuaba.
¿Cómo alguien podía estar tan mal solo por una persona que conoces por diez minutos?
Nadie podía actuar como él, ¿o sí? Dylan negó, estaba siendo muy estúpido. De seguro el chico ni lo recordaba y él se encontraba allí, dándose mala vida por él.
Realmente esperaba que Jonathan abandonara la idea. Él tenía que superar a su ex pareja de otra forma, no con un chiquillo de veintitrés años que amaba la naturaleza igual que él... gruñó, recordar aquello no le estaba ayudando. Debía dejar de actuar como un adolescente y tenía que ocuparse de su trabajo. Pronto sería la fiesta de aniversario de la compañía de su padre y esté ya le había encargado el trabajo de las invitaciones.
Así que se colocaría a trabajar en ello y dejaría de pensar en Nicholas.
···
―¡Lo tengo! ―entró Jonathan después de una hora. Dylan alzó el rostro para verlo. Por un momento pensó que moriría al escuchar a su amigo entrar de esa forma, pero de igual forma se encontraba agradecido. Llevaba una hora pensando en cómo hacer las cosas y no podía por una simple persona, Nicholas.
―¿Qué encontraste? ―cuestionó con bastante interés el moreno.
―En realidad fue fácil, lo sé hace media hora, solo que me dio hambre y decidí ir a comer primero. ―Dylan lo fulminó con la mirada mientras Jonathan solo reía encogiéndose de hombros. ―Tenía hambre, lo siento. Aquí está. ―dijo pasándole una hoja. ―Es su expediente del colegio, ya sabes, unas cuantas palabras bonitas y logras tener todo. De hecho, los invite a la empresa. La directora me comentó que los estudiantes de fotografía querían hacer una visita aquí y los ayude, llegan en media hora.
―¡Media hora! ¿Y hasta este momento es que me dices? ―Jonathan se encogió de hombros, ¿qué parte no entendía su amigo de que su estómago estaba primero? ―¿Me avisas cuando lleguen? Por favor...
―Claro que sí, jefe. Ahora lo dejo alistarse. ―riendo, el castaño se levantó de la silla que ocupaba y salió en carreras de la oficina.
Dylan al encontrarse a solas, solo suspiró y observó la hoja de vida del chico. Sin duda alguna, Nicholas era un buen alumno, le recordaba mucho a sí mismo cuando se encontraba en esa etapa de la universidad, hacía dos años atrás. Aun podía recordar cuando sus prioridades eran sus estudios y no las relaciones.
Jonathan siempre había decidido conducirlo por el mundo de las discotecas, el alcohol y las relaciones a montón, pero él simplemente no encajaba en ese ambiente tan rebelde. Siempre había sido un chico más de libros que de fiestas y aun así, lo había conocido a él. Al chico que le había cambiado la vida durante dos años y cuando Dylan estaba dispuesto a dar el siguiente paso invitándolo a vivir juntos, descubrió que este le había estado siendo infiel desde hacía ya un trimestre. Nunca antes se había sentido tan humillado como en ese momento.
―Ya, Dylan. No estés pensando en ese tipo de cosas, supéralo. ―se dijo a sí mismo intentando creérselo, pero hasta él sabía que esa relación había significado demasiado. Suspirando, cerró sus ojos un momento mientras dejaba descansar nuevamente su cabeza en la silla. Quizás por eso Nicholas le había llamado la atención, porque con él había podido mantener una conversación, quizás Nicholas podía ayudarlo a olvidar su pasado. Dejando sus pensamientos de lado, logró escuchar y responder a la llamada de su secretaria, unas simples palabras le fueron suficientes para responder. ―De acuerdo, ya voy.
Colgando, se levantó de su silla y caminó hacia la puerta de la oficina mientras peinaba su cabello y arreglaba el chaleco y la corbata que llevaba consigo, además de perfeccionar las mangas en su muñeca. Una vez listo, salió de la oficina y caminó por el pasillo hasta el ascensor, le llamó y cuando llegó, ingresó y presionó el botón de planta baja. Su respiración era algo irregular, tal como solía serlo cuando se encontraba nervioso y vaya que tenía razones para estarlo.
―Bienvenido, jóvenes. Realmente espero disfruten de su visita. Nuestra querida Karina les enseñará el lugar y les responderá las preguntas que hagan. ―dijo un Jonathan seguro y confiado. Su mirada se había posado sobre Nicholas, el cual había podido reconocer por la foto que traía el expediente que le había facilitado la secretaría de la directora. ―Oh, y aquí tenemos a nuestro presidente, Dylan Cooper. ―las chicas chillaron al ver al joven que se había unido al grupo.
―Hola, chicos. Realmente para nosotros es un gran placer que estén aquí el día de hoy. Nos alegra recibir estudiantes tan talentosos como ustedes, seguro cuando decidan buscar empleo, aquí estaremos encantados de atenderlos. ―aquello causó revuelo entre los estudiantes menos en uno.
Nicholas observaba al joven en silencio. Jamás se imaginó que el dueño de aquella empresa sería nada más y nada menos que el chico que había conocido en la cita de solteros. Evitando reír, solo bajó su mirada apenado. Toda la situación lo incomodaba un poco.
―Bueno, pueden comenzar el recorrido cuando quieran. ―todos asintieron comenzando a caminar tras de Jonathan y Karina. Todos incluyendo al chico de cabello negro grisáceo. Dylan lo observó en silencio y antes de que se alejara por completo le tocó el hombro logrando llamar su atención. ―Hola, Nicholas. ¿Me recuerdas? Soy el chico de anoche, el que decía estúpido, Jonathan. ―el moreno se encontraba un poco nervioso, realmente le asustaba que el chico frente a él fingiera no conocerlo.
―Ya sé a quién le decías estúpido. ―susurró entre risitas. Dylan la siguió dejando salir un suspiro. Realmente se había aliviado. ―¿Cómo te fue anoche? ¿Encontraste a alguien? ―el moreno negó, causando que el más bajo hiciera una pequeña mueca. ―Oh... lo siento mucho, ya será una próxima.
―Si, por eso estas aquí. ―Nicholas frunció el ceño y ladeo su rostro. ―Eras tú con quien quería seguir las citas, pero te fuiste antes de decírtelo.
―¿Hablas en serio? ―Dylan asintió sonriendo. Nicholas sintió sus mejillas enrojecer. ―Lo siento, tuve que retirarme, se me hacía tarde. ¿En verdad quieres salir conmigo?
―De verdad, Nicholas. ¿Puedes esta noche? ―el menor asintió causando en el mayor una enorme alegría. ―Está bien, entonces... ¿me darías tu número? Así podríamos colocarnos de acuerdo. ―Nicholas asintió nuevamente y observando como Dylan sacaba su teléfono, le dictó su número; minutos después se despidió y salió corriendo tras de sus compañeros, agradeciendo mentalmente el que aún se encontraran en la planta baja.
···
¡Capitulo nuevo!
Dado que esta historia es más corta y más larga en los capítulos, las actualizaciones son los fines de semana, aun así espero que puedan disfrutarla y tenerme paciencia /u\
Sin más, espero que disfruten de este segundo capitulo. Recuerden hacerme saber sus opiniones mediante votos y/o comentarios.
#DileNoALosLectoresFantasma.¡Feliz noche! :3
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Treinta Citas
RomanceDylan Cooper es uno de los jóvenes más exitosos al nivel profesional. Sus habilidades en innovación lo habían llevado a alcanzar los puestos más altos de popularidad en el campo del diseño gráfico. Sin embargo, aunque todo marchaba bien en su ca...