Nicholas se despidió de sus compañeros una vez que había tomado sus cosas. Todos le respondieron y luego de eso el chico salió de la cafetería y tomó asiento en una de las bancas que allí había. Ocultando sus manos en los bolsillos de la chaqueta, se dispuso a ver el cielo en silencio, sus orbes grises se deleitaban de las estrellas aquella noche y de la gigantesca y maravillosa luna llena que adornaba la ciudad. En ese momento deseaba tener su cámara para fotografiarla y atesorar la foto con su vida.
Sin duda alguna eso era lo que más amaba de su trabajo, fotografiar la naturaleza. Le encantaba más trabajar con fotos de paisajes que con personas, el chico sentía que los humanos no eran transparentes como la naturaleza misma.
Escuchando la bocina de un auto, el muchacho salió de sus pensamientos y llevó la mirada hacia este, sonrió al ver a Dylan en el interior del mismo esperándole. El chico se levantó y caminó con calma hacia el automóvil, abriendo la puerta e ingresando a este. Después de haber cerrado y de haberse colocado el cinturón, se acercó al moreno y le dio un beso en la mejilla para luego separarse algo tímido.
―¿Qué tal el día, Nich? ―el muchacho suspiró y se dispuso a ver el camino una vez que el mayor comenzó a conducir.
―Estuvo bien. Estoy algo triste, mañana es mi último día allí y la verdad es que me siento mal por eso. No pensé que el tiempo fuera a pasar tan rápido y que ya este a una semana de graduarme, ¿puedes creerlo? ―el mayor asintió sonriendo. No quería desviar la mirada del camino para evitar accidentes.
―Bueno, pero ve el lado positivo. Ahora harás algo que realmente te gusta. Eso es bueno, ¿o no lo crees? ―Nicholas rápidamente respondió de forma afirmativa. Eso causó que el mayor riera y siguiera conduciendo.
Dos meses habían transcurrido desde aquella plática en la universidad en donde Dylan muerto de miedo le pedía una oportunidad a Nicholas. Sin duda alguna esa petición había marcado un antes y un después para la vida de ambos chicos.
Iniciando con Dylan. Quien ahora era más feliz, más alegre. Más extrovertido en su trabajo, con sus amistades y su padre. El joven ahora era más seguro de sí mismo y de cierta forma se había quitado de encima todo ese rencor que sentía hacia su hermano. No entendía por qué había hecho aquello con Miles, pero tampoco pretendía hacerlo. Simplemente había decidido seguir adelante viviendo cada día como si fuera el último en compañía de Nicholas, aquel chico que con una sola mirada lo hacía sonreír tontamente.
Luego estaba él, Nicholas. El joven durante esos dos meses había aprendido muchas cosas en su carrera, en su trabajo y en la vida de Dylan. El mayor era simplemente un libro abierto para el muchacho, a diferencia de él que todavía seguía ocultándole por qué le incomodaba hablar tanto de sus padres. Se había propuesto decirle, pero la verdad es que ni él sabía por qué sus padres actuaban como lo hacían con respecto a él. Por otra parte, su entorno también había sufrido cambios. Con su trabajo había logrado comprar la cámara que tanto había deseado, además de que había logrado costearse el viaje de sus sueños. Aquel que realizaría unas semanas después de graduarse y al cual quería ir con Dylan. No sabía si el chico podría asistir con él, pero se había arriesgado a comprarle un boleto.
De igual forma, sus amistades se habían comprometido y él era el padrino de Lucas. Se había vuelto algo loco cuando sus mejores amigos le habían dado aquella noticia. Aun no podía creer que con veinticuatro años, la pareja hubiera decidido tomar aquella decisión. Nicholas por un momento había pensado que Lucas había dejado embarazada a Vanessa, pero al descubrir que no era así, se había relajado.
La relación con Jonathan y David, de igual forma había mejorado. Ambos consideraban al muchacho como parte de la familia. David en ocasiones se atrevía a llamar yerno al chico, aun sabiendo que él y Dylan no eran novios. Motivos por el cual el menor de los Cooper siempre discutía con Jonathan, quien había comenzado a llamarlo tortuga por su lentitud en aquel asunto.
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Treinta Citas
RomanceDylan Cooper es uno de los jóvenes más exitosos al nivel profesional. Sus habilidades en innovación lo habían llevado a alcanzar los puestos más altos de popularidad en el campo del diseño gráfico. Sin embargo, aunque todo marchaba bien en su ca...