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El flash de la cámara cegó a los invitados por cuestiones de segundos, causando que Lucas hiciera un comentario gracioso referente a ello y todos rieran. La suave melodía ambientaba el lugar mientras que familiares y amigos de los recién casados se agrupaban en mesas y hacían temas de conversaciones para conocerse unos con otros. Mientras que la pareja se tomaba fotografías con los familiares y Nicholas se estrenaba relativamente como fotógrafo aquella noche.

―Nich, tienes que hacer que luzca hermosa. ―dijo Vanessa entre risas mientras que el moreno negaba y volvía a arreglar la cámara para sacar una nueva foto aquella noche.

Nicholas había sacado tantas fotografías aquel día que ya había perdido la cuenta, tendría luego que colocarse en casa y acomodarlas todas para poder hacer que sus amigos eligieran las favoritas para el álbum de fotos, aquel que él iba a obsequiarles como el padrino de la ceremonia. Además de ello, había tenido que sacar algunas fotografías con los compañeros de facultad de sus amigos, quienes el día anterior se habían graduado como arquitectos; sin duda alguna aquella noche era de muchas celebraciones.

―Creo que deberían dejar que el fotógrafo se tome un descanso. ―comentó el moreno mientras hacía un puchero, la pareja asintió riendo y Lucas se acercó a él para ir por algo de beber. ―Las fotos están quedando preciosas, Lu. ―dijo el chico mientras caminaba y observaba unas que otras fotografías en su cámara.

―Eres el mejor fotógrafo de esta ciudad, Nicholas; por supuesto que están quedando preciosas. ―sonrió el recién casado mientras se detenía en el pequeño bar del salón y serbia algunas bebidas. ―Ahora dime algo, ¿hoy le pedirás a Dylan que sea tu novio?

Las mejillas del moreno se tornaron carmesí en cuestiones de segundos al escuchar aquella pregunta. Se había sumergido tanto en su trabajo que se había olvidado por un momento de la misión que tenía por cumplir ese día con cierto compañero de departamento.

―Si... estoy muy nervioso. ―confesó el chico mientras apagaba la cámara y la dejaba colgar en su cuello. Tomó el vaso que su mejor amigo le ofreció y dio un trago al refresco. ―Aunque ahora que lo mencionas, es un poco extraño que aún no haya llegado.

Lucas miró el lugar y frunció el ceño al darse cuenta de que su mejor amigo tenía razón, se habían concentrado tanto en las fotos y las bromas que no se habían percatado de tal detalle. El rubio miró a su amigo y alzó sus hombros un poco desconcertado.

―¿Te confirmó su asistencia?

―Si, lo hizo. Me dijo que tenía una reunión de último momento con Jonathan y que luego de eso se nos unirían. ―respondió el menor haciendo una pequeña mueca dando otro trago a su bebida.

―Seguramente se le hizo tarde, ya sabes cómo son esas reuniones en ocasiones. Gracias a Dios no estudiamos para ser empresarios o cosas así. ―dijo aliviado el rubio mientras suspiraba, aunque aquello solo había causado que Nicholas se riera. ―¿Qué? ¿De qué ríes?

―Lu, nosotros también tendremos ese tipo de reuniones. Cuando tengas un proyecto tendrás que reunirte con otros especialistas para ver como desarrollan este y yo también haré lo mismo. Todos tenemos reuniones de una forma u otra. ―dijo como si aquello fuera lo más obvio del mundo. Lucas hizo un puchero y fingió comenzar a llorar.

―¡Me aburriré en esas cosas! ¡Ayúdame, Nich! ―se abalanzó con cuidado sobre él para evitar dañarle la cámara y apoyó su rostro en el hombro ajeno mientras seguía su escena. ―Moriré, moriré... ―decía entre sollozos causando que el menor comenzara a reír un poco fuerte.

―Ya, niño loco. No vas a morir, seguro serán increíbles reuniones porque hablaras de cosas que te gustan, tranquilo. ―dijo consolándole mientras le acariciaba la espalda. El rubio se separó y lo miró haciendo un puchero.

Treinta CitasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora