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―Ahora recibamos con un fuerte aplauso al fotógrafo Nicholas Snow. ―los aplausos resonaron por todo el lugar mientras que el chico subía las escaleras y caminaba por la tarima recibiendo su título y estrechando su mano con los profesores más honorables de la facultad.

El menor sonrió y bajó de la tarima para ir a ocupar nuevamente su puesto. Al fin, después de cinco años de esfuerzo Nicholas recibía su título. Estaba feliz, estaba contento, quería hacer una fiesta allí mismo. Estaba disfrutando muchísimo de ese momento. Sus amigos se habían graduado el día anterior y solo restaba que Nicholas lo hiciera para poder celebrar todos juntos, al fin había cumplido una de sus metas y eso lo tenía en la gloria.

Pasada algunas horas, el acto concluyó cuando todos los graduandos lanzaron sus birretes al aire. Muchos en las filas se abrazaron y felicitaron, Nicholas no pasó por debajo de la mesa y se unió a sus ahora colegas para la pequeña celebración entre fotos, comentarios y muchos abrazos acompañados de buenos deseos. Algunos profesores de igual forma se acercaron a felicitarlo y a darle sus tarjetas de presentación para llevarlo a trabajar con ellos, el chico solo agradecía y sonreía. Le agradaba mucho poder recibir propuestas siendo él un recién graduado.

―¡Nicholas! ―escuchó mientras se despedía de un profesor. Sus orbes captaron a sus dos mejores amigos y ellos se abalanzaron sobre él para abrazarlo con fuerza, haciendo prácticamente un sándwich al dejar al pobre chico en medio de los dos.

―Felicitaciones, pequeño. Estamos tan felices, al fin lograste una de tus metas, estamos orgullosos de ti, Nich. ―dijo una sentimental Vanessa entre lágrimas mientras abrazaba al chico de veintitrés años. Nicholas mordió su labio para evitar llorar con ella.

―Mi mejor amigo, Vanessa tiene razón. Estamos muy orgullosos de ti, gracias por permitirnos ser tus mejores amigos, casi tus hermanos. En verdad, me alegra muchísimo el haber conocido un ser tan extraordinario como tú. ―Lucas besó la frente de Nich de una forma paternal. ―¿Estás listo para esta noche?

―Por supuesto que sí, ya quiero verlos decir sus votos y escuchar al juez decir que los declara marido y mujer. ―comentó el chico mientras arreglaba un poco su cabello. ―¿Nos iremos ya?

―No, iremos a comer algo al cafetín, ¿quieres que te traigamos algo? ―preguntó Vanessa mientras entrelazaba sus dedos con los de su prometido, el recién graduado negó.

―No, vayan ustedes. Estaré afuera tomando algo de aire, estar tanto tiempo encerrado aquí con esta cantidad de personas me está ahogando. ―la pareja asintió y dejando cada uno un beso en la mejilla del chico, se marcharon en busca de algunos bocadillos.

Nicholas se rio un poco y se hizo espacio entre la multitud para salir de aquel lugar al jardín de la facultad. Una fresca brisa le dio la bienvenida y él se sintió completamente feliz en ese momento, su cuerpo sin duda alguna le agradecía el haber tomado la decisión de salir en busca de aire fresco.

―¡Pequeño, felicitaciones! ―escuchó que le gritaron. El chico se giró y sonrió ampliamente al ver a David frente a él con los brazos abiertos. ―Venga para darle un fuerte abrazo. ―Nicholas se acercó a él un poco tímido y se abrazaron con suavidad. ―Felicitaciones, Nich. Estoy seguro que serás el mejor en tu campo, sabes que nuestras empresas están disponibles para ti.

―Muchas gracias, señor David. En verdad gracias por haber venido, me hace muy feliz su presencia. ―dijo un apenado Nicholas mientras se separaba y observaba como Jonathan, Daniel y Dylan también lo acompañaban. ―Chicos, hola.

―Felicitaciones, peque. ―dijo Jonathan adelantándose a los demás para darle un abrazo apenas David lo soltó. ―Estoy muy feliz por ti. ―dejando un beso en su mejilla, Nicholas se sonrojó y se separó siendo ahora abrazado por Daniel.

Treinta CitasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora