Capítulo VII: Destino.

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__ ¿Miho?

__ Seiya, sabía que estarías aquí.

__ Ah... ¡Pasa!

__ Makoto ya te lo dijo, ¿no es así? – lo quedó ella mirando seriamente.

__ Sí.

__ Lamento no haberte dicho toda la verdad desde un principio. Yo... - la joven empezó a lagrimear. – No quería verte más lastimado, ni tener miedo a que puedas perder la vida nuevamente. ¡Seiya, tienes que creerme! – se acercó Miho a él. – Sólo quiero que vivas como un joven normal y feliz.

__ Miho. – sonrió el castaño. – Gracias por tus palabras, pero si este es mi destino tendré que aceptarlo.

__ No has cambiado... Sabes que vas a morir y nunca vas a ser feliz con una familia.

__ Lo sé. – la joven siguió llorando.

__ No puedo esperarte más tiempo.

Seiya se sorprendió ante tal declaración, ahora entendía por qué Seika y Miho le ocultaban la verdad, querían tenerlo a su lado. Pero había algo más que él sabía, y era que nunca podría huir de su destino, si había de morir peleando lo haría. A pesar de los sentimientos de cualquier persona hacia él, si luchaba por una diosa, por un buen fin, por la paz, se sentía dichoso de hacerlo.

__ Lo entiendo. Lamento no corresponderte, Miho.

__ Es por ella, ¿verdad? Esa chica siempre lo ha tenido todo: dinero, una vida sin preocupaciones y al chico que amaba,

__ ¿El chico que amaba?

__ No te hagas el estúpido, Seiya. Sabes perfectamente que ambos se correspondían.

__ ¿¡Qué dices, Miho!? – Él la sujetó de los hombros. - ¿¡Es verdad lo que dices!?

__ De qué vale, ella ahora está lejos de tu alcance.

El muchacho se desesperó, sentía que la respiración le pesaba, no sabía qué hacer.

__ ¿Por qué dices eso?

__ Ella está comprometida con alguien de su nivel, por eso ya no intervendrá en tu vida.

__ ¿¡Cómo se llamaba ella!? ¡Dímelo Miho! – ella quitó los brazos de Seiya y le volteó la cara.

__ Saori... Kido.

Sí, la Saori del bosque, la joven de sus pensamientos, la misma de la foto, la misma persona que lo llamaba en sus sueños, era ella.

__ ¿¡Por qué no puedo recordarla!? – se sujetó la cabeza con frustración.

__ ¿Te has olvidado de la diosa a la que sirves, Seiya? – contestó la joven sarcásticamente.

__ ¿Diosa?

__ ¡Miho! – entró Makoto apurado.

__ ¿Makoto, no le has dicho? – Seiya se volteó a verlo exasperado. – Saori Kido es tu Diosa Atenea.

__ ¿Diosa? – El castaño tenía la cabeza a punto de explotar. – No puede ser... ¡No puede ser!

__ Seiya... - dijo sorprendido el caballero del pez dorado.

Saint Seiya I. La Saga de HefestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora