Capítulo XVI: Reencuentro, El comienzo del Caos

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__ ¡Maldita sea! – golpeó la mesa Poseidón. – Pegaso no pudo detenerlo.

__ ¿De qué te sorprendes? – apareció Apolo detrás de él.

__ Tú... - miró fastidiado Julián Solo. - ¿¡En qué te beneficia esto, qué planeas Apolo!?

__ Deberías bajarme el tono. – una energía empezó a estrangular al millonario. – Las cosas se darán por sí solas ahora que han llegado a este punto.

Aquella energía botó lejos a Julián al piso.

__ ¡Arruinaré tus planes, Apolo! ¡Esos caballeros te acabarán, serán tu perdición!

__ Eso lo veremos, humano Solo.

-

Quince horas que eran eternas para los caballeros que viajaban.

__ Somos caballeros, hemos matado Dioses.

__ Hemos logrado el séptimo sentido y el octavo.

­­__ Hemos cruzado el inframundo.

__ Hemos superado la velocidad de la luz y elevado nuestro cosmos hasta el infinito.

__ Y aun así... Viajamos en avión...

__ Solo 14 horas más... – se quejó Hyoga.

__ Ya acéptenlo, habremos hecho cosas fuera de lo que un humano puede hacer pero estos son nuestros límites. – dijo Shiryu.

__ Llegaremos un día después, ya que son 7 horas más allá. – suspiró Shun.

Todos se voltearon a ver apenados a su amigo Pegaso, ellos sabían de sus sentimientos y de su malestar. Seiya estaba pensativo y frustrado, su mirada ya no era la misma, sus ojos no brillaban, el pesar de su mente lo dominaba.

__ Quisiera dar marcha atrás... - dijo. – Desearía haber recordado antes, así quizá yo...

__ Seiya...

__ ¡Hubiera podido hacer algo!

__ El destino quiso que así sea, Seiya. – respondió Kanon. – Por ahora, no sabemos lo que nos depare al ir a un lugar tan peligroso. ¿Te has puesto a pensar que quizá habrías muerto?

Hubo un pequeño silencio, sabían que el caballero de géminis tenía razón.

__ ¿Tú crees que a Atenea le hubiese gustado verte fallecer?

__ "Nuevamente soy impulsivo..." – pensó Seiya.

__ Ya pronto podremos verla y nos explicará por qué ha llegado a este punto.

-

La noche había llegado, el velo de Atenea fue colocado en un palo y Hefesto lanzó su fuego en esta. Los guerreros celebraban y tomaban.

__ ¡Aquí va...! – gritó Aquiles con un Lutróforo en brazos, lanzando su contenido y empapando a Hefesto.

__ ¡Hey, ¿pero qué haces?! – bufó el Dios.

__ Es una costumbre griega, mi señor. – sacó la lengua el caballero de la Sarisa, Atenea se estaba riendo de aquel suceso.

Saint Seiya I. La Saga de HefestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora